El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se dispone a votar este lunes una resolución que impondrá sanciones a Sudán por su aparente vinculación con el intento de asesinar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el año pasado.
El coche que trasladaba a Mubarak sufrió un ataque armado en las calles de Adis-Abeba, capital de Etiopía, cuando el presidente egipcio participaba en una cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA), el 26 de julio de 1995.
El gobierno de Sudán y la compañía aérea sudanesa son acusados de haber dado amparo a la acción de un grupo de islamistas radicales egipcios que quisieron acabar con la vida de Mubarak.
Los miembros del Consejo están divididos entre los que sólo apoyan leves sanciones diplomáticas contra el gobierno sudanés y los que quisieran descargar el tipo de castigo económico que fue utilizado en los casos de Libia e Iraq.
El presidente del Consejo, el chileno Juan Somavía, predijo esta semana que se podría llegar a una solución de compromiso basada principalmente en sancionar a la compañía aérea sudanesa, Sudan Airways.
El acuerdo supondría que los países se comprometieran a no permitir los vuelos de Sudan Airways, que es culpada por los delegados de Etiopía y Estados Unidos de colaborar en el transporte de los extremistas egipcios.
La resolución también podría amenazar a Sudán con nuevas sanciones si en el término de 60 días no proporciona mayor información sobre los supuestos autores del atentado.
Se sabe que los responsables de la emboscada están vinculados al grupo islamista radical egipcio Gamaat al-Islamiya, cuyo líder, Sheikh Omar Abdel-Rahman, fue sentenciado el año pasado a prisión perpetua en Estados Unidos por su responsabilidad en el ataque terrorista contra un centro empresarial en Nueva York.
Los gobernantes etíopes han repetidamente acusado a Sudán de proteger a los terroristas egipcios y rehusarse a colaborar con la ONU en la investigación del atentado.
"Es evidente que Sudán aún no ha cumplido con la exigencia del Consejo de Seguridad, de extraditar los tres sospechosos a Etiopía, y que todos los vecinos de Sudán han acusado a este país de apoyar actividades terroristas dentro de sus respectivos territorios", reconoció el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, en un informe.
Sin perjuicio de esos problemas, la primera redacción del proyecto para sancionar a Sudán, patrocinada por Egipto, fue de contenido moderado.
Egipto no pasó de solicitar a los Estados miembros de la ONU "reducir el número y el nivel de las representaciones diplomáticas en sus relaciones con Sudán" y "restringir la entrada y la circulación por sus territorios, a los funcionarios sudaneses".
En general los círculos diplomáticos no desean debilitar aún más al gobierno sudanés, que en la actualidad enfrenta la acción de dos ejércitos rebeldes en el sur del país.
No obstante, Estados Unidos y Gran Bretaña solicitan fuertes medidas económicas. La delegación estadounidense afirmó tener pruebas de que los terroristas entraron y salieron de Adis-Abeba en aviones de Sudan Airways.
Los representantes de Sudán niegan todas las acusaciones y sostienen que la iniciativa de sancionar a su país tiene el propósito de voltear al gobierno islamista sudanés. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/arl/ip/96)