Expertos de siete países de América Latina y España integrantes del Convenio "Andrés Bello" procuran establecer una nueva cultura de la integración que promueva el desarrollo humano y garantice una educación para todos.
Con ese propósito Panamá se incorporó esta semana a la cátedra de integración que en los otros países miembros lleva a cabo el Convenio Andres Bello, fundado en 1971 en Caracas por Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Panamá, Perú y España.
Pedro Henríquez Guajardo, secretario ejecutivo del convenio, indicó a IPS que la iniciativa, la primera en su tipo realizada en América Latina, "busca humanizar un poco más el esquema" de reformas educativas que se están gestando en la región al amparo de los procesos de integración política y económica.
"El Secab (Secretaría Ejecutiva del Convenio Andrés Bello) es un organismo que no tiene fines de lucro si no que busca, principalmente, complementar (en el área educativa) los procesos de integración económica y comercial" que se desarrollan en la región, explicó Henríquez.
Sin embargo, aclaró que la cátedra que se está realizando en los países miembros del Secab "se orienta al desarrollo humano" y a que los especialistas intercambien experiencias en torno a la calidad de las reformas que propician las naciones del área.
A su juicio, la reforma educativa "no es una entelequia que piense solamente en los que están arriba sino que es un trabajo fundamentalmente de base".
"La transformación del pensamiento no puede ser una transformación que venga de arriba, sino que nace de abajo", insistió.
Tras aclarar que la educación "tiene que ser funcional", Henríquez puntualizó que eso no significa que sea ineficiente o ineficaz, sino que tiene que "responder realmente a lo que se pretende, que busque formar a la persona humana y garantice la educación para todos".
En cuanto a la formación académica, el experto precisó que la idea del Secab es "humanizar el modelo de globalizacion". "No podemos pensar solamente en los rendimientos económicos", aclaró.
"Las personas tienen que saber por qué estan desarrollándose mejor y para qué", señaló.
Respecto a Panamá, que desde 1990 participa en el proceso de integración económica y política con los otros seis países de América Central, Henríquez afirmó que debe servir de "puente" para hacer que esas naciones se integren al proceso de reforma educativa y cultural que impulsa el Secab.
Para tales efectos, la estatal Universidad de Panamá acordó con el Secab adjudicar la organización de la cátedra integradora al Instituto Centroamericano de Administración y Supervisión de la Educación (Icase), que funciona en los predios de esa casa de estudios superiores.
El rector de la Universidad de Panamá, Gustavo García de Paredes, reclamó durante el acto de instalación de la cátedra que la integración "vaya más alla de los procesos cosméticos y que sea entendida y asimilada por todos los integrantes de la sociedad".
También abogó por "una unidad en la diversidad" y por que "la integración sea un proceso humano que permita superar todos los escollos y antagonismos de antaño" entre los países de América Latina.
La coordinadora del departamento de Supervisión y Currículum del Icase, Abril Chang de Méndez, comentó a IPS que el fenómeno de la globalización plantea a su vez el dilema de cómo mantener la identidad nacional "como expresión propia en un mundo de integración cultural y de todos los órdenes".
Explicó que para llegar a una cultura de la integración se parte "de una escuela que poco fomenta el desarrollo de la autoestima personal, que se caracteriza por un marcado olvido de la cultura de la cual provienen los educandos (y) que fomenta el individualismo y la competencia desleal".
Subrayó que una escuela de esas características "en nada está contribuyendo al logro de la cultura de la integración", la cual, a su juicio, debe verse como "integración personal", luego como "integración colectiva nacional" y posteriormente pasar a "una idea de integración con otros países".
Tras señalar que "es preciso contar con un documento base" que oriente a todos los países en materia de integración, Chang adujo que sería "muy difícil formar una conciencia colectiva de unidad regional si cada sistema educativo se propone políticas y estrategias de desarrollo curricular" diferenciales.
"Se debe reconocer que en nuestros países el tema de la integración apenas ha rozado los espacios académicos y ha sido motivo de discursos y algunas reuniones de alto nivel, pero la filosofía, necesidad y perspectivas de esta tendencia no ha alcanzado a ser parte del lenguaje colectivo en nuestras aulas", destacó.
Además de recomendar "un cambio sustancial" de estilos de enseñanza en la formación de valores, sentimientos e ideales, Chang subrayó que "este tipo de formación requiere de propuestas didácticas de carácter crítico-constructivo". (FIN/IPSsh/dg/pr-ed- if/96).
