Los viajeros de Venezuela deberán pagar desde hoy fianza de cien por ciento por las divisas que compren, y quien viaje menos de cinco días sólo dispondrá de 100 dólares diarios cualquiera sea su destino.
El gobierno, que estableció un control de cambios en junio de 1994, lo cierra como un torniquete cada vez más apretado sobre sus ciudadanos viajeros, aunque también deploran el racionamiento de divisas las empresas de industria y comercio que requieren hacer importaciones o remesas de fondos al extranjero.
El país lleva tres años de recesión de su economía no petrolera, la inflación anualizada pasa de 70 por ciento, crece el desempleo y descienden las ventas y la inversión pública y privada, pero los aviones siguen atestados de viajeros.
Ese "frenesí turístico" se explica en buena medida por los viajeros "overnight", aquellos que van al exterior por un día o una noche para hacerse con un "cupo de dólares", de los que gastan una pequeña porción en el viaje, con reventa del resto en el mercado negro.
Estela Hidalgo, de la Junta que administra el control de cambios, dijo que en las últimas semanas los viajeros causaron una "fuga" de 10 millones de dólares diarios.
El presidente Rafael Caldera implantó el control de cambios para contener la fuga de reservas, pero éstas sólo se han contenido, en los 20 meses del régimen, cuando la Junta ha retrasado o racionado las entregas para importaciones, viajes o remesas que, según sus normas, tendrían libre acceso.
En el caso de los viajes de turismo, en julio de 1994 se autorizaron hasta 4.000 dólares a cada viajero con un tope de tres viajes anuales. Luego, comenzaron los recortes.
Hasta el miércoles, los viajeros mayores de 14 años disponían de un cupo anual de mil dólares para Florida (Estados Unidos), América Central y la mayor parte de América del Sur. Para Colombia, Panamá y el Caribe sólo se entregan 500 dólares.
Los viajeros a México pueden comprar 1.500 dólares, y al resto del mundo 2.000 como máximo. Todos, a la tasa oficial de 290 bolívares por dólar.
En el mercado paralelo legal, de bonos Brady de deuda externa, el dòlar se cotiza a casi 500 bolívares, y ese precio funciona como marcador de las operaciones en el mercado negro.
Desde este jueves, los viajeros estarán obligados a dejar, en el banco donde compren las divisas, una fianza de 100 por ciento sobre los dólares que compren, lo que implica erogar temporalmente 580 bolívares por cada dólar.
Más aún, estableció la Junta, quien permanezca en el exterior menos de cinco días sólo tiene derecho a 100 dólares diarios.
Se mantiene intacta la autorizaciópn para que cada viajero pueda comprometer hasta 2.000 dólares anuales a través de sus tarjetas de crédito.
Pero, como señaló un editor partidario de Caldera, Rafael Poleo, "este gobierno cierra el corral después que han huido los caballos".
Durante año y medio, entre julio de 1994 y diciembre de 1995, el dólar oficial que se entregaba a los viajeros -y a todos sus usuarios autorizados- se cotizó a 170 bolívares, mientras en el mercado paralelo pasó siempre de 200, y de 300 al final de ese largo período de bolívar sobrevaluado.
Cuando el gobierno llevó el tipo de cambio a 290 bolívares, en diciembre, el dólar siguió disparado en el mercado paralelo. Los viajeros o los comerciantes de divisas que los financiaban habían ya ganado millones con el diferencial cambiario.
Entretanto, el gabinete económico de Caldera permanecía reunido para estudiar, entre otras materias, una nueva devaluación, que lleve oficialmente el dólar a 360 bolívares. (FIN/IPS/hm/dg/if/96)