TAIWAN: En términos militares Beijing aún puede morder

China quizás no logró su objetivo de asustar a los votantes durante las primeras elecciones presidenciales directas en Taiwán, pero los juegos de guerra fueron de todas maneras desconcertantes por su intención y ejecución.

Los resultados de las elecciones fueron considerados por analistas políticos como una bofetada a China de los votantes taiwaneses. El presidente Lee Teng-hui, que enojó a Beijing porque visitó Estados Unidos el año pasado, obtuvo un reconfortante 54 por ciento de sufragios el último fín de semana.

Sin embargo, en el aspecto militar, los analistas coincidieron que China logró su objetivo.

Si bien los juicios se concentraron en determinar si China puede montar una exitosa invasión a Taiwán, analistas asiáticos y occidentales concordaron en su veredicto que las maniobras fueron "impresionantes y preocupantes".

China movilizó su armamento más avanzado en una serie de tres juegos de guerra frente a las costas de Taiwán, e incluyó aviones de combate SU-27, submarinos nucleares de la clase Kilo, equipos electrónicos nunca vistos hasta ahora en sus blindados, y varios tipos de mísiles, incluído el M-9.

Tai Ming Cheung, un analista en cuestiones militares basado en Hong Kong, señaló que "China ha recorrido un largo camino en 15 años. Sus mísiles son muy certeros".

Maniobras militares en esa escala no habían sido vistas en 15 años, especialmente ejercicios combinados fuera de las costas del país, lo cual mostró la evolución de la capacidad militar china.

"La coordinación ha dado sustancia al énfasis chino sobre un ejército altamente tecnificado y capaz de luchar más allá de sus fronteras", apuntó Cheung, que describió el despliegue de las maniobras como "impresionante".

Además, los ejercicios militares presagian una nueva beligerancia en la región por parte de Beijing, opinaron analistas de defensa.

Japón, India, Corea del Sur, Vietnam y algunas naciones del sudeste de Asia, preocupadas por las ambiciones expansionistas de Beijing en el mar meridional de China, observaron atentamente no solo la manera en que fueron conducidas las maniobras, sino tambien la escala y el alcance de las armas empleadas, particularmente en los últimos ejercicios que finalizaron el domingo.

Estados Unidos estuvo en la vanguardia de aquellos deseosos de comprobar la capacidad bélica china. Actualmente, dos portaaviones patrullan las aguas del Estrecho de Taiwán. Tras las pruebas misilísticas chinas anteriores a la elección taiwanesa, Washington envió sus unidades navales para vigilar la situación.

"Cualquiera haya sido el verdadero propósito de la fuerza de tareas estadounidense, una cosa es segura: los norteamericanos tuvieron la mejor oportunidad de observar de cerca el armamento chino y sus alcances", dijo en Hong Kong el analista Wu Zhong.

Otro experto occidental en Taipei comentó que "tambien ha sido una advertencia a Estados Unidos y Japón que, si hay guerra, será más dura de lo que piensan".

El Ejército Popular de Liberación (PLA) comenzó a modernizarse despues de la Guerra del Golfo en 1991, cuando los bombardeos de las fuerzas aliadas evidenciaron lo mal entrenadas que estaban las tropas chinas y armamento obsoleto.

"El PLA debe estar satisfecho con su demostración", dijo Cheung, señalando que todos los informes sobre las maniobras coincidieron que no se registró el menor inconveniente. "No se dispararon unos a otros, los buques no sufrieron colisiones y no perdieron un solo hombre, de modo que todo fué bien".

El Ministerio de Defensa de Taiwán ha dicho que los misiles M-9 lanzados por China en aguas en torno a la isla, con un radio de acción de 600 kilómetros y una capacidad de alcanzar el blanco de 600 metros, fueron muy certeros.

Diez M-9 fueron disparados durante las maniobras y el Ministerio de Defensa en Tokio informó que fueron exactos en un rango entre 302 y 503 metros del blanco.

También en julio del año pasado, seis mísiles M-9 lanzados por China a través del estrecho de Taiwán aterrizaron con notable puntería dentro de los 180 kilómetros al norte de la costa taiwanesa.

El esquema de fuego de las pruebas misilísticas chinas no solamente se concentraron en torno a los principales puertos marítimos taiwaneses de Kaohsiung y Keelong, sino también amenazaron bases aereas y navales de la isla, reveló un observador.

Analistas de Taipei dijeron que las maniobras han puesto nerviosos a los responsables de la política de defensa de Taiwán, que ahora debaten si las actuales estrategias pueden proteger las instalaciones militares de la isla.

Observadores militares asiáticos dijeron que ese fué el disparo de largada de la nueva carrera de Taiwán para obtener sofisticado material militar de Estados Unidos, con el consiguiente temor que ese hecho pueda desencadenar una carrera armamentista en la región.

"Despues de las maniobras del PLA, los militares taiwaneses temen que sus defensas antimisilísticas sean débiles. China ha demostrado que puede disparar certeramente", apuntó otro analista en Taipei.

Sin embargo, algunos expertos militares indicaron que la importancia que se ha dado a los mísiles en cualquier invasión de Taiwán por parte de China es exagerada.

"De la manera que fueron realizadas las maniobras, los chinos efectuaron sus ejercicios de tiro, sobre todo, con fines intimidatorios", apuntó un experto militar en Hong Kong. "Las ejercitaciones fueron precipitadamente planeadas y con objetivos limitados. En verdad, no fueron prácticas reales de combate".

La fuente dijo que los mísiles chinos serían incapaces de destruir la fuerza aerea taiwanesa en tierra, uno de los propósitos principales de la tecnología misilística en el caso de un intento chino para invadir Taiwán.

"Si los chinos creen que pueden tomar la isla por la fuerza necesitan montar un operación anfifia de enormes proporciones, mucho mayor que la empleada durante la Guerra del Golfo", añadió.

No obstante, los analistas coincidieron que una de las conclusiones inmediatas de las maniobras es que China será ahora más proclive que antes en emplear la fuerza.

Mientras algunos dudan de la habilidad de Beijing para lanzar una invasión contra Taiwán, todos coinciden que China podría bloquear exitosamente la isla.

En todos los escenarios bélicos posibles, tanto China como Taiwán, así como el resto de la región, sufrirían graves pérdidas tanto humanas como económicas.

"Si hay una guerra en el estrecho de Taiwán, no habrá vencedores", pronosticó un analista en Taipei. (FIN/IPS/tra- en/rc/cpg/ego/ip).

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