Un Tribunal internacional independiente declaró en México culpables a empresas multinacionales y organismos financieros por "organizar el trabajo de menores con el afán de acumular ganancias para la especulación".
Formado por sindicalistas, diputados, académicos y dirigentes de grupos humanitarios de 50 países de Africa, América, Asia y Europa, el Tribunal contra el Trabajo Infantil condenó también a los gobiernos que promueven despenalizar el trabajo de menores y permiten la continua violación de leyes laborales en esa materia.
Unos 200 millones de niños trabajan en el planeta, cifra que se estima podría aumentar a más de 400 millones a mediados del próximo siglo si los gobiernos no adoptan medidas drásticas contra el problema, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
"Hemos sentenciado al repudio general a empresas y organismos, pues las pruebas contra ellos son claras: toleran y promueven la explotación de menores", dijo a IPS el abogado mexicano Emilio Krieger, miembro del Tribunal que sesionó en México entre viernes y domingo.
Los declarados como culpables son Coca Cola, Volkswagen, Reebok, Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comecio.
"Las empresas y las organizaciones que los respaldan consideran al trabajo infantil un elemento de la oferta y la demanda, postura que consideramos totalmente repudiable, pues los niños definitivamente no son una mercancía", expresó Krieger.
En su veredicto, el Tribunal sostiene que los programas de ajuste estructural, impulsados por el FMI y el Banco Mundial, "son el origen del hundimiento social, del cual el trabajo infantil es una consecuencia".
Para denunciar a los "responsables" del problema y pedir que los gobiernos suscriban el Convenio 138 de la OIT, que se refiere al trabajo de menores, los miembros del Tribunal se comprometieron a realizar campañas públicas en sus respectivos países.
El Convenio 138, elaborado en 1973 y suscrito por apenas 46 estados, compromete a "aplicar una política nacional dirigida a asegurar la abolición efectiva del trabajo infantil y a aumentar progresivamente la edad mínima de acceso al empleo".
Krieger indicó que el Tribunal, instancia creada en enero de 1995 en Bangladesh en el marco de una conferencia internacional sobre trabajo de menores, también condenó a la Unión Europea (UE) y al Tratado de Libre Comercio de América el Norte (TLC), integrado por Canadá, Estados Unidos y México.
La UE y el TLC buscan reglamentar el trabajo de los niños, lo que el Tribunal considera inaceptable. "Para nosotros el lugar de los niños es la escuela", reza el veredicto.
Estudios conocidos durante la reunión del Tribunal indican que la mayoría de los infantes del mundo sufren pobreza y abandono, por lo que se ven obligados a trabajar o a deambular por las calles para mantener familias o simplemente sobrevivir.
Esta situación los expone a la amenaza de agresiones sexuales, drogadicción, enfermedades y a una muerte temprana.
En América Latina, donde residen 197 millones de niños, se calcula que 15 millones viven en la calles, seis sufren desnutrición y 30 millones trabajan desamparados por la ley.
A diferencia de los adultos, en el mundo del trabajo los niños no tienen derechos, "lo que es aprovechado por las empresas para pagarles mal y explotarlos", dijo Krieger.
Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), alrededor de 60 por ciento de los hogares pobres de la región tienen niños y adolecentes de 13 a 17 años de edad.
Si los niños que aún viven con sus padres no trabajaran, la incidencia de la pobreza en América Latina aumentaría entre 10 y 20 por ciento y la de la indigencia entre cinco y 10 puntos, indica la Cepal.
"El trabajo infantil en la mayoría de sus formas es una afrenta a la sociedad, pues roba a un sector importante de la población su derecho al juego, a la educación, a la risa, a un futuro feliz", expresó Krieger.
Un estudio del Centro Latinoamericano de la Universidad Nacional Autónoma de México asegura que "por lo regular" los niños pobres de la región que tienen entre cinco y siete años deben trabajar en dos actividades o más.
El Tribunal Internacional contra el Trabajo Infantil prometió reunirse por segunda vez en 1997 para conocer los avances de su lucha, emitir un nuevo veredicto y preparar su postura frente a la conferencia internacional sobre trabajo infantil que la OIT programa realizar en 1998. (FIN/IPS/dc/dg/hd-pr/96).