El movimiento juvenil palestino conocido como Intifada fue la mayor contribución a la paz en Medio Oriente, según un estudio del Comité de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) españolas presentado hoy en esta capital.
El informe, de 432 páginas, fue presentado por la secretaria de la Coordinadora de ONG, Maite Serrano, y Antonio López, director general del oficial Instituto de Cooperación con el Mundo Arabe, Mediterráneo y Países en Desarrollo (ICMAD).
El documento es producto del trabajo realizado por un grupo de especialistas del Comité, que permaneció seis meses en Palestina en 1995.
El Comité se instaló en la sede de la Sociedad para las Relaciones Austro-Arabes, en Jerusalén, y desde allí se desplazó a los territorios bajo control de la Autoridad Nacional Palestina y a "distintas poblaciones que permanecen aún bajo la ocupación israelí", según se precisó en la presentación.
A pesar de las dificultades, señala el informe, el proceso de paz en aquella zona "ha probado que un estado de conflictos puede transformarse en un estado de acuerdos".
La Intifada, que en los años 80 tuvo en jaque a las fuerzas de seguridad israelíes con manifestaciones y pedreas pero sin uso de armas de fuego, "significó la mayor contribución palestina a la paz, al haber sido el punto de arranque de todo el proceso de pacificación vivido en la actualidad", señala el informe.
El grupo de expertos constató que subsisten grandes dificultades para consolidar la paz.
Entre ellas indican que los colonos israelíes siguen atemorizando a la población civil palestina y que el ejército israelí sigue disparando y matando a palestinos desarmados.
"La indecisión israelí entre sus dos mentalidades contradictorias, la de ser una fuerza ocupante y la de mantener una orientación hacia la paz, ha dañado el proceso de paz en todos sus frentes", puntualiza.
Por el contrario, "el pueblo palestino ha ido asumiendo el conjunto del proceso de paz y ha ido creando las bases para normalizar la sociedad palestina con una mentalidad influída por la cultura de la paz", añade.
El informe prevé que el estatuto definitivo de Jerusalén Oriental árabe será el punto más conflictivo en el futuro y recuerda que la anexión israelí de la ciudad ha sido condenada por la Organización de las Naciones Unidas.
"Los propios dirigentes israelíes son conscientes de que no habrá una paz real y duradera en el Oriente Medio si la cuestión del estatuto definitivo de la ciudad de Jerusalén no satisface las aspiraciones del pueblo palestino", afirma.
Esas aspiraciones son "el establecimiento del Estado independiente de Palestina con Jerusalén Oriental como su capital", añade.
Otro tema que dificulta las negociaciones es la situación de los refugiados palestinos.
"Más de la mitad del pueblo palestino vive en campamentos de refugiados, tras haber perdido sus propiedades y sus bienes y obligados a desplazarse a otros países", recuerda el documento. Por ello, la situación de los refugiados debe ser resuelta por motivos políticos y de principios, pero también humanitarios.
"Tiene que desaparecer la identificación del pueblo palestino con la de un pueblo formado por refugiados", postula.
"El pueblo palestino debe ejercer el derecho a regresar a su patria y poder realizar sus derechos a la libre determinación, independencia y a la soberanía nacional. Cuando llegue ese día, es cuando se podrá decir que han triunfado la paz y la justicia", afirma.
El documento contiene un amplio informe sobre los derechos humanos, el movimiento sindical, las relaciones con Israel, la situación de las mujeres en la sociedad palestina, la salud, la economía y las áreas de acción prioritarias para las ONG internacionales en Palestina. (FIN/IPS/af/ag/ip/96)