Treinta y cinco de los 185 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) perdieron su derecho de votación en el foro mundial hasta que se pongan al día en el pago de sus contribuciones.
Algunos estados tienen un atraso de varios millones de dólares. Yugoslavia debe pagar 9,8 millones de dólares para recuperar su derecho al voto, mientras la deuda de Georgia asciende a 3,5 millones.
"Ciertos gobiernos no son conscientes del atraso que tienen, y sólo cuando ven el nombre de sus países en la lista envían un cheque", dijo Sylvana Foa, portavoz de la ONU.
La ONU, en medio de una profunda crisis financiera, está considerando la aceptación de pagos con tarjeta de crédito. "Eso podría ayudar", opinó Foa.
De los 35 países que perdieron su derecho de votación, 17 son africanos: Burundi, Chad, Comoros, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Liberia, Madagascar, Mali, Mauritania, Níger, República Centroafricana, Ruanda, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona y Somalia.
Otros morosos son Afganistán, Bolivia, Domínica, Georgia, Grenada, Guatemala, Haití, Iraq, Latvia, República Dominicana, Suriname, Siria, Tajikistán, Uzbekestán, Vanuatu, Yemen y Yugoslavia.
El Comité de Contribuciones de la ONU realiza una sesión especial para considerar los reclamos de aquellos países que alegan circunstancias fuera de su control, informó Foa.
Después de Yugoslavia y Georgia, los mayores deudores son Iraq (2,7 millones de dólares), Latvia (1,5 millones de dólares) y Tajikistán (1 millón de dólares).
El artículo 19 de la Carta de las Naciones Unidas establece que aquellos miembros con un atraso equivalente o superior a dos años en sus contribuciones no tendrán voto en la Asamblea General.
El mayor deudor individual del organismo (y el mayor contribuyente) es actualmente Estados Unidos, que debe 1.500 millones de dólares. Sin embargo, este país no perdió su derecho de votación porque realizó pagos correspondientes a 1994, explicó la portavoz.
Hasta el 1 de marzo, la ONU tenía un déficit de 3.100 millones de dólares (1.300 millones correspondientes al presupuesto regular y 1.800 millones a operaciones de pacificación), y sólo 33 de los 185 estados miembros habían pagado totalmente su contribución para el presupuesto regular de 1996.
El secretario general Boutros Boutros-Ghali, en procura de una solución para la crisis financiera de la organizaicón, advirtió a los delegados que debe haber una modificación en la escala que determina la contribución de cada uno de los miembros al presupuesto regular.
Para 1996, Estados Unidos debe contribuir con 25 por ciento del presupuesto regular, seguido por Japón (15,4 por ciento), Alemania (9), Francia (6,4), Gran Bretaña (5,3), Italia (5,1), Rusia (4,4), Canadá (3,1), España (2,3) y Brasil (1,6).
La escala se basa en la "capacidad real" de pago de los países. La Asamblea General fijó un máximo de 25 por ciento del presupuesto para cualquier contribuyente, y un mínimo de 0,001 por ciento para las naciones más pobres.
"La realidad actual de las relaciones internacionales no es la misma que aquélla de los tiempos de la fundación de la ONU", y por tanto la escala de cálculo de las contribuciones debe ajustarse a la actual situación política y económica, destacó Boutros-Ghali.
Así mismo, advirtió a los delegados que la crisis financiera "coloca a la ONU al borde de la insolvencia", y les recordó que "la organización depende totalmente del pago de las contribuciones de los estados miembros para cubrir sus gastos".
El secretario general propuso una sesión especial de la Asamblea General, ahora con 35 votantes menos, para considerar la crisis económica. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/ml/if-ip/96)