Organizaciones no gubernamentales de mujeres exigen la creación de un sistema para controlar el cumplimiento de las resoluciones de la conferencia de Beijing por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los gobiernos.
La 40 sesión de la Comisión de la ONU sobre la Mujer, iniciada el lunes, "debería obligar a todos los gobiernos a reportar, al menos anualmente, los progresos que realizan respecto de las resoluciones de Beijing", indicó Susan Davis, directora ejecutiva de la Organización para el Ambiente y el Desarrollo de la Mujer (WEDO).
Un informe publicado esta semana por WEDO describe las acciones adoptadas por algunos gobiernos desde la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en la capital de China en septiembre de 1995 para promover los derechos femeninos y establecer un plan global de acción en ese sentido.
El informe, titulado "Primeros pasos: ?Qué pasó desde Beijing?", exhorta a los gobiernos a llevar a cabo las estrategias propuestas en la Plataforma de Acción adoptada unánimemente por representantes de 189 países en Beijing.
"La voluntad política es el factor más importante para la conversión de las palabras en acciones", destacó la ex congresista estadounidense Bella Abzug, fundadora de WEDO, en una declaración publicada por su organización.
WEDO y otras ONG reclaman la creación de un sistema para controlar la implementación de la plataforma de Beijing por parte de los gobiernos y de la comunidad internacional.
La Plataforma de Acción estableció estrategias destinadas a eliminar obstáculos para la potenciación de la mujer en 12 áreas, que incluyen derechos económicos, atención de la salud, educación y derechos en el hogar.
"En los seis meses transcurridos desde la conferencia, hubo mucha discusión sobre estos temas, lo cual es muy importante para despertar la conciencia pública, pero no es suficiente", señaló Davis.
No obstante, WEDO reconoce que se han realizado esfuerzos para mejorar la condición de la mujer, y enumeró las iniciativas de algunos países en ese sentido.
El gobierno de Sudáfrica prepara un plan nacional por el cual cada gobierno departamental debe explicar las acciones que realiza para llevar a la práctica la plataforma de Beijing, y también proyecta reducir el presupuesto militar para financiar programas de potenciación de la mujer.
Un mes después de la conferencia de Beijing, el presidente estadounidense Bill Clinton anunció un programa de 1.600 millones de dólares para poner fin a la violencia doméstica.
El ministro de Salud de Brasil intenta reducir la tasa de mortalidad femenina ofreciendo exámenes gratuitos para la prevención del cáncer mamario y uterino.
En Zimbabwe, las mujeres parlamentarias pretenden reformar las leyes discriminatorias sobre sucesión, y en Trinidad y Tobago hay un proyecto de ley que fijará un valor para el trabajo no remunerado de la mujer.
Pese a las medidas adoptadas por estos países, la acción se ve enlentecida por la falta de recursos financieros, que también aqueja a la ONU y afecta directamente la actividad de su Comisión sobre la Condición de la Mujer.
WEDO propone que esta Comisión disponga la presentación de informes anuales no sólo de los gobiernos y de la propia ONU, sino también de instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio.
"El Banco Mundial realizó en Beijing varias promesas sobre la integración de la mujer a su trabajo y la inclusión de una perspectiva de género en la planificación de sus proyectos. Lo que queremos saber es: ?qué ha hecho hasta el momento?". (FIN/IPS/tra-en/jb/yjc/ml/pr/96)