La Cumbre de presidentes andinos, concluída este domingo en la ciudad peruana de Trujillo, resolvió sólo uno de los dos grandes temas que la convocaron: la reforma de la estructura institucional del proceso de integración, concluyeron hoy comentaristas locales.
El octavo Consejo Presidencial Andino no adoptó una solución definitiva frente a la importante discrepancia técnica que traba la conversión del bloque en una efectiva zona de libre comercio: el esquema arancelario.
Además, dejó pasar la oportunidad de incorporar a Panamá como miembro pleno del Grupo, de modo que el país centroamericano seguirá asistiendo a las reuniones andinas en calidad de observador.
Según analistas independientes, en ambas importantes omisiones la calculada ausencia del presidente de Venezuela, Rafael Caldera, fue fundamental.
De acuerdo con esta línea de interpretacion, Caldera no viajó a Perú para evadir la presión del presidente del país anfitrión, Alberto Fujimori, quien hizo todo lo posible para orientar las reformas andinas dentro de su concepción ortodoxamente liberal y aperturista.
El tema arancelario, que definirá las características comerciales de la subregión frente al resto del mundo, quedó pendiente otra vez, y de acuerdo con los trascendidos, seguirá siendo discutido en comisiones técnicas.
Por consiguiente, Perú permanece como miembro del Grupo, con derecho a voz y voto, pero sin las obligaciones arancelarias que homogenizarían su comercio exterior con el de sus asociados andinos.
Perú tiene una tasa uniforme de 15 por ciento para sus importaciones, aunque aplica una tasa mayor, 25 por ciento, al dos por ciento de su universo de importaciones.
Los otros países andinos aplican una escala múltiple, de cero, cinco, 10, 15 y 20 por ciento, correspondiendo a los niveles más bajos los insumos, productos intermedios y bienes de capital.
Sin embargo, una débil luz de concertación fue esbozada por Fujimori al cabo de la cita, cuando luego de firmada el Acta de Trujillo, los presidentes andinos aceptaron el hasta entonces rehuído diálogo con la prensa.
"La armonización no es un asunto muy difícil, si hay buena voluntad. Podemos aproximar los puntos intermedios para que las diferencias no sean significativas, de manera que haya equidad y competitividad entre nuestras industrias", comentó Fujimori.
El mandatario peruano dijo estar dispuesto a reducir la máxima tasa arancelaria de 25 por ciento a una intermedia (aún no definida) si los otros paises suprimían las tasas de cero y cinco por ciento, que aplican a las importaciones de insumos, bienes intermedios y equipos procedentes de terceros países.
Según trascendió en las inmediaciones y pasillos del local donde debatieron los presidentes, Venezuela, con un tibio respaldo de Colombia, se opuso a las propuestas arancelarias de Fujimori, presentadas como una forma de modernizar y hacer más eficiente la producción exportable andina.
El empresario peruano Alberto Gattás, sostuvo que Venezuela es el país andino con mayor tendencia proteccionista en la subregión "y los discursos liberales de Fujimori asustan a los empresarios y al gobierno venezolano".
También correspondió a la delegación de Caracas expresar las objeciones que cerraron el paso a la incorporación de Panamá como miembro del Grupo.
Panamá ofrece a la subregión su ubicación geográfica, el control del canal (y la posibilidad de conceder tarifas privilegiadas) así como su infraestructrura financiera.
Justamente esta última condición hizo vacilar a Venezuela en relación con la incorporación de Panamá al bloque.
Según una fuente venezolana, es necesario encontrar primero procedimientos que impidan eficazmente que los narcotraficantes utilizar el paraíso bancario panameño y las ventajas de la integración para lavar su dinero y penetrar sin obstáculos en la economía de los países andinos.
En cuanto a lo aprobado, el Acta de Trujillo marcó la modificación del Pacto Andino original y la creación de una Comunidad Andina y del Sistema Andino, que tiene como instancia suprema al Consejo Presidencial y como nivel máximo ejecutivo al Consejo conformado por los Cancilleres de los países miembros.
Esta estructura prioriza el aspecto político e incorpora como órganos escalonados a un secretario general, al Tribunal Andino de Justicia, el Parlamento Andino, el Consejo Consultivo Laboral, la Corporación Andina de Fomento, y otros, como el Convenio cultural Simón Rodríguez y la Universidad Andina Simón Bolivar.
La actual Junta del Acuerdo de Cartagena, constituída por representantes de tres países miembros, desaparecerá el 1 de enero de 1997, para dar paso al nuevo secretario general, quien tendrá nivel ejecutivo técnico.
En Trujillo, los presidentes asistentes se comprometieron a hacer realidad en cinco años el Parlamento Andino, que deberá ser elegido directamente por los pueblos de la subregión, siguiendo el modelo de la Unión Europea.
El Acta de Trujillo contiene también los pronunciamientos políticos habituales que reflejan los temas y las aspiraciones de la subregión: coordinación contra el narcotráfico, erradicación de la corrupción, medidas contra el terorismo y el compromiso de mejorar las condiciones de vida de la población del área. (FIN/IPS/al/dg/if-ip/96)