El ganador de las elecciones españolas celebradas el domingo, José María Aznar, comenzó hoy a buscar apoyos de otras fuerzas políticas, minoritarias, para poder formar un gobierno estable.
El líder del centroderechista Partido Popular (PP) ofreció este lunes una rueda de prensa en la que definió las condiciones bajo las que piensa formar un gobierno estable, se comprometió a que todo acuerdo sea público y transparente, y ofreció no mirar hacia atrás.
El PP, el partido más votado, logró 156 diputados, seguido del aún gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con 141, Izquierda Unida (IU) con 21 y la coalición del nacionalismo catalán moderado, Convergencia y Unión (CiU), con 16.
También obtuvieron diputados el moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV), cinco, la regionalista Coalición Canaria (CC), cuatro, el radical Bloque Nacionalista Gallego (BNG), la coalición independentista vasca Herri Batasuna (HB), dos.
Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), Eusko Alkartasuna (EA), escisión del PNV, y la regionalista Unión Valenciana (UV) obtuvieron un diputado cada uno.
Con estos resultados, considerando que son necesarios 176 votos para obtener la mitad más uno de los 350 diputados del Congreso, que serán los encargados de designar al jefe del gobierno, parece claro que Aznar deberá llegar a un acuerdo con CiU, la coalición gobernante en Cataluña que lidera Jordi Pujol.
Ese acuerdo se presenta como difícil, pero no imposible, pese a que un portavoz de CiU dijo este lunes que no votarían en favor de Aznar, por lo que parece difícil que el acuerdo consista en un gobierno de coalición. También IU anunció que no votará a favor del dirigente centroderechista.
Sin embargo, bastaría con que esas fuerzas se abstengan para que Aznar sea designado presidente del gobierno, aún en el supuesto de que el PSOE votase en contra.
La Constitución establece que el candidato propuesto por el Rey, después de consultar a todos los partidos con representación parlamentaria, podrá ser investido presidente en la primera votación, prevista para mediados de abril, si logra al menos la mitad más uno de los votos de los diputados presentes.
Si no lograse la mayoría absoluta, se efectuaría una segunda votación 48 horas después, en la que basta con una mayoría de votos positivos.
Pero si votasen en contra más diputados que a favor su candidatura sería rechazada y se volverían a votar otros candidatos. Si dos meses después de la primera votación ninguno obtuviese la mayoría simple, se convocarían nuevas elecciones generales.
El líder del Partido Popular reconoció que la situación es difícil.
En primer lugar, es difícil el acuerdo con CiU, si se toman en cuenta la virulencia de los ataques mútuos en los dos últimos años.
En previsión de un eventual acuerdo, tácito o explícito, del PSOE, IU y otros grupos menores para impedir su designación, Aznar destacó una y otra vez que el PP ha sido el triunfador, con más votos y más diputados, con mayoría amplia en el Senado y que ha ganado en 13 de las 17 comunidades autónomas españolas.
Aznar se manifestó dispuesto a formar un gobierno estable, en coalición o con un pacto por toda la legislatura de cuatro años, con otra formación y expresó que no debe ni quiere condicionar a las demás fuerzas con definiciones previas, sino que desea negociar.
"Lo que se acuerde será con transparencia, sin pactos ocultos, pues los españoles deben saberlo todo", afirmó.
Incluso se negó a decir cual es la fórmula de su preferencia, sino que pidió a todos que asuman la responsabilidad de garantizar la estabilidad del país, y aseguró que "naturalmente, dentro de eso, quien tiene en este momento la mayor responsabilidad es el PP".
Para concretar esos acuerdos, este mismo lunes Aznar hizo varias llamadas a dirigentes políticos, cuyos nombres no reveló y encargó otras a sus colaboradores más directos. (FIN/IPS/td/ag/ip/96)