La Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA) del Banco Mundial aprobaría la semana próxima medidas excepcionales para financiar programas de reducción de la pobreza, durante un encuentro en Tokio.
Ante la crisis que amenazó con paralizar IDA, la agencia de préstamos blandos del Banco Mundial, los países cooperantes recomendaron crear un fondo fiduciario de emergencia para financiar programas contra la indigencia en los países más pobres del mundo entre julio de 1996 y julio de 1997.
Los problemas financieros surgieron luego de que Estados Unidos, el mayor donante de IDA, redujera su contribución para el año fiscal que finaliza en julio de 1996 de los 1.350 millones de dólares prometidos a unos 700 millones de dólares.
Debido a la incapacidad de contribuir al fondo fiduciario de emergencia, Estados Unidos fue temporalmente excluido de la toma de decisiones por los otros países donantes. Las empresas estadounidenses tampoco participarán de los beneficios derivados de los proyectos financiados por dicho fondo.
Pese a la probable aprobación de medidas alternativas en Tokio, una fuente del Banco Mundial advirtió que los problemas de IDA no desaparecerán.
La solución recomendada simplemente permitirá que los recursos continúen llegando a los países más pobres, pero no es definitiva. "No resuelve el problema fundamental de la reducción del aporte de Estados Unidos", señaló la fuente.
Se prevé que Estados Unidos prometerá en Tokio una contribución anual de 800 millones de dólares para los últimos dos años del plan trienal IDA-11 (1997-99). Sin embargo, aun esta suma es 200 millones de dólares inferior a la que debería aportar, observó la fuente.
El funcionamiento futuro de IDA dependerá de la reacción de los otros países donantes ante la nueva propuesta de Estados Unidos, ya que podrían optar por ejercer su prerrogativa a reducir sus propias contribuciones proporcionalmente.
El plan trienal IDA-11 requiere 18.000 millones de dólares, de los cuales 13.000 millones se obtienen de los donantes.
IDA ofrece préstamos sin intereses a países con un ingreso por habitante inferior a 865 dólares e incapaces de pagar las tasas de mercado del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo.
El plazo de pago de los créditos otorgados por IDA es de 35 a 40 años, con un período de gracia de 10 años y una tasa de servicio de 0,75 por ciento. Los mayores beneficiarios han sido Africa subsahariana, Asia meridional y Asia oriental, principalmente China.
Una reducción de los recursos de IDA resultaría en la racionalización de los préstamos, y estos serían otorgados en función de los logros de los países beneficiarios en materia de reducción de la pobreza, crecimiento económico y sustentabilidad ambiental.
Los países donantes acordaron, en un documento que será discutido en Tokio, que Africa subsahariana siga siendo la prioridad de IDA y que la región reciba en el próximo plan trienal más recursos que en el actual.
Sin embargo, el criterio para determinar el otorgamiento de los créditos no variará, y los países africanos con "buena actuación sobre una base sostenida" tendrán prioridad. (FIN/IPS/tra- en/ao/rj/ml/dv/96)