La Cumbre de Presidentes Andinos celebrada en Trujillo, Perú, permite advertir la limitación de los procesos de integración subregionales o regionales, frente a problemas reales y peligrosos que afectan la convivencia, el desarrollo y la unidad de nuestras naciones.
Si bien el Acuerdo de Cartagena, el Mercosur o la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio,han sido concebidos en escencia como instrumentos de integración económica, no es menos cierto que el espíritu que las inspiró fue el pensamiento de Simón Bolivar.
Visionario pensamiento del gran Libertador que más allá de considerar exclusivamente aspectos de orden económico, tuvo la capacidad de anticipar que los principios de unidad, solidaridad y libertad necesarios en su época, tuvieran total validez y vigencia en nuestros difíciles días.
En efecto, hoy la región andina y toda América Latina están afectadas por graves problemas que van desde diferencias territoriales, injerencia externa y fenómenos que atentan la integridad de sus instituciones democráticas como son la corrupción y el narcotráfico.
Ecuador y Perú, países miembros del Grupo Andino, se enfrentan en una absurda disputa territorial que desangra a los dos pueblos, hipoteca su futuro e impone trabas a una integración que debería llegar por vías naturales, debido al pasado e historia común que les ha correspondido compartir.
Pero las diferencias territoriales también alcanzan a otros países de la subregión, como Colombia y Venezuela, en cuyas fronteras se han escenificado ultimamente incidentes que rompen los propósitos de unidad contenidos tácitamente en los principios del GRAN.
En América Latina, las evidencias de injerencia externa que contravienen principios del Derecho Internacional son demasidadas. La historia reciente registra invasiones armadas, bloqueos, presiones económicas y condicionamientos políticos.
En estos casos, se ha atentado contra la soberanía de nuestras naciones y se hn trangredido el derecho a la libre determinación de los pueblos y sobre todo, se ha ignorado el sacrificio que significó a nuestras naciones obtener independencia y libertad, valiosos legados en los que Bolívar siempre estará presente.
Cuba y Colombia son quizá ejemplos recientes de países afectados por la injerencia externa. En ambos casos, debemos aceptar que a puertas del año 2000 resulta ignominioso asistir a eventos propios de los que en su momento constituyó la expansión de los imperios.
Lo ocurrido con Cuba durante más de tres décadas de bloqueo impuesto por Estados Unidos, es una expresión mayor de injerencia y debe ser condenada por todas las naciones del mundo, más ahora, cuando el endurecimiento establecido en la mal hadada ley Helmes- Burton amenaza con sanciones a quienes mantienen relaciones económicas con la isla.
En lo referente a Colombia, la medida adoptada por Estados Unidos de no conceder la certificación de su lucha contra las drogas y la virtual negativa de apoyo económico para continuar en esa acción, aparece contradictoria.
Recordemos que el mayor país consumidor de drogas en el mundo es precisamente Estados Unidos, en el que además se mueven anualmente más de 100.000 dólares provenientes del narcotráfico, lo cual le obliga a mantener una total cooperación y respaldo económico para contrarestar la presencia creciente de este fenómeno.
Esta breve revisión de hechos justifica plenamente la afirmación de que en nuestra latinoamérica actual, la necesidad de libertad, independencia y solidaridad constituyen principios que no se disfrutan a plenitud o que simplemente no hemos logrado consolidarlos.
Hay que reconocer que los logros de los procesos de integración económica, como en el caso de la subregión andina que tras 26 años de existencia ha concretado una parcial zona de libre comercio, coadyuvan a la integración total de nuestras naciones.
Sin embargo, es indispensable que el legado de Bolívar continúe formando parte de los objetivos de los esquemas de integración de nuestros pueblos, para así inclinar la balanza en favor de los intereses comunes y no de las diferencias existentes que limitan nuestra acción contra fenómenos como los expuestos. (FIN)
(*) Secretario Ejecutivo de ALDHU