El fantasma de la ley Helms-Burton, que rrefuerza el bloqueo estadounidense a Cuba, sorprende pero no asusta, a juzgar por la reacción de comerciantes, inversionistas y turistas extranjeros en la isla.
Contrario a los pronósticos más pesimistas, los empresarios radicados en la isla no han hecho sus maletas, los nuevos negocios caminan y los turistas no renuncian al "mal tiempo" de los frentes fríos en el Caribe.
Paradójicamente, los diez días que siguieron a la firma por el presidente estadounidense Bill Clinton de una ley para reforzar el cerco alrededor de la isla no condujeron a una paralización inmediata de los negocios.
Empresarios británicos exploraron oportunidades de inversión en el sector de la construcción, el grupo italiano Sanpellegri decidió emprender una empresa mixta con Cuba para la producción de agua mineral, la Caribbean Export convocó a la primera misión empresarial de exportadores del Caribe hacia Cuba.
Por si fuera poco, ministros y altos funcionarios de la esfera turística de 17 países se reunieron en La Habana, el jueves y viernes útlimos, para analizar la inversión extranjera en el sector y la necesidad de potenciar una imagen regional en la promoción de América Latina como destino turístico.
Reunidos en el II Encuentro Iberoamericano sobre Turismo, los más de cien participantes fueron recibidos por el presidente Fidel Castro y propusieron presentar durante 1996 "una imagen turística única de América Latina" que no excluye, por supuesto, a Cuba.
"En breve, la isla será un 'boom' turístico", afirmó Javier Gómez Navarro, ministro de Comercio y Turismo de España, a partir de lo que llamó "el crecimiento de la demanda de Cuba en todos los mercados internacionales".
Para el ministro español los efectos de la nueva ley estadounidense podrían encontrarse "en cierta disuasión de nuevas inversiones", pero no se puede olvidar que "el empresariado lo que busca es rentabilidad".
El rechazo tajante de España y México a la ley Helms-Burton tuvo su concreción práctica con la firma de tres acuerdos de cooperación entre compañías españolas y cubanas y un convenio para incrementar los vínculos en la esfera del turismo entre Cuba y México.
Según Silvia Hernández, ministra mexicana de Turismo, el nuevo programa bilateral de acciones forma parte del acuerdo de cooperación turística entre ambos gobiernos, establecido a partir de agosto de 1980.
La firma del acuerdo coincidió con la creación, en México, de la Asociación de Operadores Mayoristas de Turismo hacia Cuba ante la posibilidad de que la isla llegue a convertirse en el destino turístico preferido por los mexicanos.
Unos 50.000 mexicanos visitan cada año la isla, cifra que se contrajo como resultado de la crisis financiera de 1995, pero que comienza a recuperar sus niveles habituales. México es el séptimo proveedor de turistas a Cuba.
"Nuestros criterios son económicos y no políticos, y aquí estamos", dijo Antonio Briones, presidente de la cadena española Hoteles Tryp, que administra varios hoteles en Cuba y tiene 700 habitaciones en construcción.
Fuentes del Ministerio del Turismo aseguran que, sólo en esa esfera, Cuba mantiene en proceso más de 100 negociaciones con capital extranjero, 80 por ciento de las cuales son con Italia, Canadá, España, Francia y Alemania.
Jorge Nuñez, jefe de negociaciones del Ministerio, indicó que las más importantes inversiones en diálogo comprenden la posible inversión conjunta en unas 13.000 habitaciones, valoradas en más de 1.000 millones de dólares.
La apertura de la economía cubana a la inversión extranjera empezó por el turismo, sector que a finales de 1995 concentraba más de 30 asociaciones económicas con capital extranjero.
Si se cumplen los planes de construir 50.000 nuevas habitaciones, se podría atraer entre 2,2 y 2,5 millones de turistas al año y obtener ingresos por más de 3.000 millones de dólares.
Observadores locales aseguraron ver "una mayor solidez en el producto turístico cubano" a partir de que sólo 12 turistas alemanes decidieron cancelar sus reservaciones para viajar a la isla como resultado de la llamada 'crisis de las avionetas'.
El derribo de dos avionetas civiles por la Fuerza Aérea cubana, el 24 de febrero, no tuvo efectos ni tan siquiera parecidos a los de la "crisis de los balseros", en agosto de 1994, cuando se afectó seriamente la llegada de turistas desde Argentina, Alemania, Francia, México, Gran Bretaña, Holanda y Venezuela..
Según el ministro cubano de Turismo, Osmany Cienfuegos, "197.570 visitantes llegaron al país entre enero y febrero" y hasta el día 19 se mantenía una tendencia de crecimiento superior a 40 por ciento en relación con igual periódo del año anterior.
"En La Habana sigue siendo tan difícil conseguir una reservación en un buen hotel como lo era en enero", comentó un trabajador del Hotel Melia Cohiba, instalación cinco estrellas bajo la gerencia del grupo español Sol Melia. (FIN/IPS/da/dg/if-ip/96)