La aprobación por el Congreso de Estados Unidos de la ley Helms-Burton, que profundiza el bloqueo a la isla, agravará las condiciones económicas de la población pero "no cambiará a Cuba", afirmaron hoy fuentes de la Cancillería.
"No podrá destruir a la Revolucion cubana", dijo el vocero alterno del Ministerio de Relaciones Exterires, Rafael Dausa, reafirmando así la respuesta oficial cubana ante cada nueva versión de la iniciativa promovida por los congresistas republicanos estadounidenses Jesse Helms y Dan Burton.
Cuando en 1992 Estados Unidos aprobó la ley Torricelli para enduirecer el embargo también se dijo que significaría el fin del gobierno socialista de la isla, recordó.
Destinada a endurecer el bloqueo economico, financiero y comercial al país caribeño, la ley fue aprobada este miércoles en la Cámara de Representantes por 347 votos a favor y 47 en contra y será sometida ahora a la ratificación del presidente Bill Clinton.
Clinton anunció su decisión de apoyar el controvertida texto luego que el 24 de febrero Cuba decidiera derribar dos aviones civiles pertenecientes al grupo anticastrista "Hermanos al rescate"
Carlos Fernández de Cossio, jefe del Departamento América de la Cancillería cubana, declaró que la ley Helms-Burton alejaría a no pocos comerciantes e inversionistas que se acercarían a la isla "con cautela y conservadurismo".
Según fuentes especializadas, alejar a los inversionistas extranjeros aparece como el principal objetivo de la ley, que contraviene todas las normas de la Organización Internacional de Comercio.
El dispositivo daría facultades al gobierno de Estados Unidos para sancionar a empresas que negocien con Cuba, retirar su inanciamiento a organismos internacionales que apoyen a la isla y llevar a juicio a empresas o personas que inviertan en antiguas propiedades estadounidenses en Cuba.
"No dejará de tener una influencia, pero Estados Unidos nunca logrará aplicarla al cien por ciento", opinó el presidente del Parlamento cubano Ricardo Alarcón.
Considerado una de las máximas autoridades cubanas en las relaciones Cuba-Estados Unidos, Alarcón cree que la ley encontrará la oposición de la comunidad internacional y del contribuyente estadounidense que tendrá que pagar por su implementación. (FIN/IPS/da/dg/ip/96)