El producto interno bruto (PIB) de Chile registró un espectacular aumento en 1995, según las cifras definitivas entregadas hoy por el Banco Central (BC), que advirtió sobre los riesgos inflacionarios de un alto crecimiento.
Según el informe del BC, el PIB creció durante el año pasado 8,5 por ciento, y equivale a 67.000 millones de dólares, con un producto por habitante de 4.700 dólares.
El informe corrige al alza la tasa estimada en diciembre, de ocho por ciento de crecimiento del PIB, que fue no obstante la más alta de la región el último año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El crecimiento de 1995 no sólo significa un gran repunte respecto a 1994, cuando el PIB aumentó 4,2 por ciento y el producto per cápita llegó a 3.700 dólares, sino que está por sobre el incremento promedio anual de toda la primera mitad de la década de los 90, que fue de 6,4 por ciento.
Patricio Rojas, gerente del Departamento de Estudios Macroeconómicos del BC, señaló, sin embargo, que estos porcentajes del PIB no son sostenibles en el tiempo, ya que se trata de aumentar el crecimiento sin provocar una crisis inflacionaria.
"Si queremos lograr llegar a fines de siglo a niveles similares a los de los países desarrollados, como lo han dicho las autoridades, es poco aconsejable que la economía crezca mucho más allá de lo que pueda crecer", dijo Rojas.
Señaló, además, que hay varios aspectos que aconsejan tener cautela, sobre todo en lo que se refiere a productos exportados, que son los primeros que tienden a decrecer.
Rojas informó que los sectores que crecieron por sobre el PIB en 1995 fueron transporte y comunicaciones (12,3 por ciento), comercio, restaurantes y hoteles (10,6 por ciento) y la pesca (10,1 por ciento).
José De Gregorio, asesor de Políticas Económicas del Ministerio de Hacienda, coincidió en que aunque estas cifras son promisorias deben ser tomadas con prudencia, para que el futuro crecimiento no implique riesgos inflacionarios que hagan tambalear los equilibrios macroeconómicos del país.
Destacó, además, que para la población del país estas cifras macroeconómicas deberían redundar en más empleos, trabajos más productivos y mejores remuneraciones.
"Una cosa que es bastante importante es que en la medida que hay mayores salarios y mejores empleos se produce una reducción en los índices de pobreza, uno de lo aspectos más negativos de nuestra economía", señaló. (FIN/IPS/ag/dg/if/96)