BANGLADESH: Gobierno cede a la oposición, pero demasiado tarde

La primera ministra de Bangladesh, Khaleda Zia, tras atascar el país durante dos años y sumirlo en una grave crisis política, cedió a la demanda de la oposición que todas las futuras elecciones sean llevadas a cabo bajo un gobierno neutral.

El jueves, un día despues que jurara su segundo mandato, el nuevo gobierno de Zia inició el proceso de cambiar la legislación del país mediante la introducción en el parlamento de una ley para la 13a. enmienda de la Constitución.

Fuentes gubernamentales dijeron que la enmienda, que prevé la designación de un jefe de consejeros y otros 10 asesores que trabajarán en la administración provisoria subordinados al Jefe del Estado, satisface todas las demandas formuladas por la oposición en los últimos dos años.

El Partido Nacional de Bangladesh (BNP) en el poder tiene la mayoría en el parlamento y hay especulaciones que serán anunciadas nuevas fechas de elecciones, posiblemente para mitad de año. Será necesario un referendum para ratificar la enmienda.

Pero antes que eso ocurra, la oposición liderada por Sheikh Hasina Wajed, del partido Liga Awami, deberá cesar con su campaña de falta de cooperación "indefinida" contra el gobierno.

Los partidarios de la Liga Awami exigen que Zia renuncie al cargo. Desde marzo de 1994 han estado de pica con el gobiern y una ola de oposición, que convocó y decretó huelgas y cierres de fábricas y negocios, desestabilizó la vida normal en el país.

Las elecciones generales realizadas el mes pasado fueron boicoteadas por la oposición y el BNP logró una aplastante victoria debido a la ausencia de rivales serios. Sin embargo, la escasa afluencia de votantes y evidencias de fraude por partidarios del oficialismo privaron a Zia de una auténtica victoria.

La sexta legislatura de Bangladesh inició sus sesiones el 19 de marzo, en medio de severas medidas de seguridad, mientras los partidarios de la oposición virtualmente paralizaron la administración pública con su llamado a "desobedecer" al gobierno.

Despues que manifestantes de la oposición trataron de irrumpir en el parlamento, la primera ministra Zia ordenó el miércoles al ejército "ayudar a la administración pública a restablecer la normalidad, asegurando la ley y el orden, y las carreteras a la circulación de bienes".

Desde el 9 de marzo, la resistencia convocada por la oposición ha paralizado casi toda la actividad socio-económica. Incluso con la falta de transportes en los caminos, todos se vieron afectados.

Los habitantes de Bangladesh estan cansados de las rencillas políticas y una intervención militar fué una opción que ha venido siendo discutida.

No obstante, el ejército no ha demostrado ninguna inclinación a hacerse cargo de la situación. Incluso cuando se arrojaron bombas incendiarias en Chittagong, los militares mantuvieron la disciplina…, si bien se ignora por cuánto tiempo.

A comienzos de este año, el ejército ayudó a la policía a requisar armas ilegales a pedido de la Comisión Electoral. En esa oportunidad, varias organizaciones humanitarias protestaron por esa acción, si bien despues no hubo más quejas.

La oposicion calificó el despliegue de las tropas como "el último acto de cobardía de un gobierno que se derrumba", y afirmó que el ejecutivo del BNP no puede hacer mucho más para sobrevivir.

Wajed, el líder de la Liga Awami, quien perdió en 1991 las elecciones a manos de Zia despues de la ley marcial, ha dicho que la oposición no tolerará la ley puesta en acto por el parlamento "farsa" para permitir a gobiernos neutrales que supervisen todas las futuras elecciones generales.

La oposición parece decidida a terminar con el poder del BNP agitando el hacha de la agitación para mutilarlo políticamente.

Wajed puso en juego el prestigio de su partido al no participar en las elecciones del 15 de febrero, y ahora no puede aceptar que la ley sea aprobada por el mismo parlamento que impugnó y deba votar sin deteriorar su imagen.

Zia, probablemente, esperó que la oposición aceptaría la ley, sin tener en cuenta qué parlamento la aprobaría. Además, está bajo presión de la comunidad de donantes para que ponga fín a la parálisis política, tras las críticas internacionales por el mal manejo de las elecciones.

En Bangladesh, el gobierno y la oposición siguen enfrascados en posiciones no negociables. Ninguna de las partes brinda una ruta de escape o deja espacio a un compromiso sin perder credibilidad. (FIN/IPS/tra-en/ac/an/ego/ip).

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