El gobierno y los ciudadanos de Uruguay parecen estar tomando conciencia sobre la necesidad de proteger el ambiente, aunque existen indicios de desaprension y carencias en las politicas oficiales.
Pocas veces como durante el actual verano los incendios asolaron casi todos los balnearios ubicados sobre los 500 kilometros de la costa uruguaya que finaliza en la frontera con Brasil.
Los informes tecnicos no descartan la intencionalidad en alguno de esos incendios, aunque en la mayoria de ellos se debio a "imprudencias, descuidos y falta de responsabilidad de la gente", segun el director nacional de Bomberos, Walter Yorda.
A fines de diciembre de 1995 el funcionario no dejo de atribuir un grado de responsabilidad a las autoridades porque las zonas boscosas "estan muy mal manejadas".
La apreciacion no es menor. Aunque la mayoria de los incendios estivales tienen lugar en la franja costera, donde se reunen decenas de miles de turistas, el alerta no es menor si se considera el vertiginoso aumento forestal de Uruguay.
A partir de 1990 en Uruguay se estan forestando casi 50.000 hectareas por ano y se espera que para el 2.000 este pais produzca al menos 2.600.000 toneladas de madera al ano, de arboles que ocuparan mas de cinco por ciento de los 178.000 kilometros cuadrados de territorio.
Al margen del desarrollo de esta industria y del riesgo de incendios, los ambientalistas creen que se esta forestando a escalas preocupantes en terrenos de alto valor ecologico.
"Las areas naturales estan siendo suplantadas por exoticos pinos y eucaliptus. Las zonas senaladas como de prioridad ecologica son por lo general lugares donde el gobierno estimula la forestacion", dijo Eduardo Gudynas, del Centro Latinoamericano de Ecologia Social (Claes).
En los ultimos cinco anos se plantaron mas de 130.000 hectareas, de las cuales el 83 por ciento fueron de eucaliptus y el 15 por ciento de pinos.
Sin embargo, en la zona costera no todo son sombras. A partir de diciembre pasado, el gobierno decidio asumir el costo politico de derrumbar decenas de casas en Cabo Polonio, una playa ubicada 300 kilometros al este de Montevio, proxima a la frontera con Brasil.
Pese a las protestas publicas y a demandas judiciales, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente siguio adelante.
Esa playa casi virgen, ubicada sobre el oceano Atlantico, estaba siendo contaminada por construcciones irregulares y la instalacion de campamentistas, muchos de los cuales circulaba con diversos vehiculos sobre la arena.
Segun Gudynas, las acciones del gobierno son en muchos casos mas de corte publicitario que dirigidas al fondo de los problemas.
En cuanto a las medidas adoptadas en Cabo Polonio, considero que son buenas en tanto se dirigen a regularizar la urbanizacion dentro de esa area natural, pero deploro que no existan apoyos tecnicos y cientificos para avanzar dentro de las nuevas concepciones de la ecologia.
Cabo Polonio no fue el unico lugar donde se tomaron medidas. Las autoridades acentuaron el cuidado de las playas, prohibieron la circulacion de vehiculos y se procuro mantener mas limpia la arena.
El agua de las playas de Montevideo, donde se vertian aguas cloacales, tambien mejoro sustancialmente con la construccion de un cano colector financiado en gran parte por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Igual situacion se verifica en todas las playas ubicadas hacia el este de la capital de este pais, de 3,1 millones de habitantes, segun un informe publicado por el semanario Busqueda.
La contracara de esto son otros asentamiento ilegales, la perdida de arena por erosion o robo, y la tala clandestina de arboles, segun las autoridades y organizaciones ambientalistas.
Gudynas declaro que las dificultades para avanzar en politicas ambientales surgen claramente del Probides, un programa de investigacion estatal financiado por el Banco Mundial y organismos de las Naciones Unidas.
"Todavia no ha generado una propuesta de desarrollo sostenible que permita articular la proteccion de los banados con el cultivo de arroz", ejemplifico.
El experto recalco que los politicos aun no toman con seriedad las politicas ambientales, mas alla de las campanas electorales. Los dirigentes politicos siguen mirando el tema "de reojo" y el desarrollo sostenible "es una materia que solo unos pocos dirigentes estan atendiendo con rigurosidad y empeno". (FIN/IPS/rr/ag/en/96)