COSTA RICA: Gobierno llevó conflicto textilero a la OMC

El gobierno de Costa Rica pidió hoy a la Organización Mundial de Comercio (OMC) la conformación de un panel de expertos para dirimir un conflicto comercial con Estados Unidos por las exportaciones de ropa interior a ese país.

Costa Rica planteó la solicitud a la OMC a través de su representación diplomática en Ginebra, encabezada por el embajador Ronald Saborío.

La medida se adoptó luego de que fracasaran las últimas negociaciones, realizadas en San José a principios de mes, en busca de un acuerdo sobre las cuotas de ropa interior que el país centroamericano envía a Estados Unidos.

La decisión sobre el panel podría tomarse en marzo y se integraría en abril, con los nombres sugeridos por las dos partes en conflicto. El grupo dará su veredicto en octubre y a partir de ese fallo se adoptará una decisión final en diciembre o enero.

El viceministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Francisco Chacón, dijo que las resoluciones de la OMC son de acatamiento obligatorio, según lo dispuesto por todos sus miembros cuando se firmó el acta final de la Ronda Uruguay del GATT, que dio origen al organismo mundial.

Estados Unidos le impuso a Costa Rica en marzo de 1995 una cuota de exportacion de 14,4 millones de docenas de piezas de ropa interior, que se elevaría, un año después, en seis por ciento.

Estados Unidos ofreció a Costa Rica liberar esas exportaciones si este país se compromete a que la mayor parte de su producción de ropa interior se fabrique con telas de orígen estadounidense.

Según esa propuesta, sólo siete millones de docenas de piezas, fabricadas con telas no producidas en Estados Unidos, podrían ingresar a ese país.

El resto de la producción, sin límites, podrá entrar libremente a Estados Unidos si se utiliza tela estadounidense.

Aunque en la práctica 90 por ciento de la ropa interior que se produce en Costa Rica se hace con telas estadounidenses, el gobierno del presidente Jose María Figueres se niega a cerrar la posibilidad de que se instalen empresas del sector que deseen comprar su materia prima en otras regiones.

La razón principal para ello es que Costa Rica no tiene capacidad de competir con otros países en la industria de ensamblaje debido al alto costo de los servicios y de la mano de obra, por lo que el gobierno de Figueres pretende la competitividad en áreas como tecnología y materias primas.

La posición del gobierno costarricense no es compartida por la Cámara textil y de la Confección, que un aviso publicado este miércoles en los principales diarios, pregunta si el gobierno pretende acabar con ese sector.

La Cámara alega que las empresas textiles se vieron obligadas a eliminar 1.200 puestos de trabajo, trasladar temporalmente su producción a otros países y reducir la jornada laboral ante el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos.

En una crítica a las disposiciones oficiales, afirmó que el gobierno considera que defiende un principio legal importante, el del libre comercio, pero la crisis generada obligó a las empresas que confeccionan ropa interior a adoptar estas medidas urgentes para ajustarse a la situación y no cerrar las plantas totalmente.

Los industriales reclamaron también una reducción de los costos de produción que encarecen sus productos y les resta competitividad.

"La actividad textil costarricense lucha por mantenerse en el país a pesar de que el sector vive un permanente incremento en los costos de producción como servicios básicos -electricidad, agua, transporte- y materias primas", señaló la Cámara. (FIN/IPS/mso/ag/if/96)

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