Estados Unidos apeló hoy el informe sobre la gasolina reformulada, favorable a Venezuela y Brasil, que dictó en enero un grupo especial de la Organizacion Mundial del Comercio (OMC).
Los representantes de Washington ante la OMC objetaron el informe del grupo especial, emitido el 17 de enero, que había evaluado la aplicación de los parámetros fijados por Estados Unidos para las gasolinas convencional y reformulada.
El informe del grupo especial sostuvo que esos parámetros no eran compatibles con el principio de "trato nacional" que requiere para las mercancías entradas a un mercado un trato tan favorable como el recibido por la producción nacional.
Estados Unidos observó que en su informe, el grupo especial había incursionado en temas excluídos de la presentación efectuada por su representación ante la OMC.
La delegación estadounidense estimó que se había tratado de una "desviación significativa e inapropiada" de los procedimientos aplicados desde la creación del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), el predecesor de la OMC.
Al opinar sobre cuestiones que no habían sido objetadas ni tampoco eran necesarias para llegar a sus conclusiones, el grupo especial sobrepasó sus limites, afirmó Estados Unidos.
El conflicto de intereses comerciales entre Estados Unidos y los exportadores Venezuela y Brasil se planteó en 1995.
El 1 de enero de ese año se implantaron las normas que sólo permitían la venta de gasolina de determinada pureza, conocida como gasolina reformulada, en las zonas más contaminadas del territorio estadounidense.
En el resto del país se podía vender la gasolina convencional, que no debería ser más contaminante que la aprobada por las normas implantadas en 1990.
Las normas sobre el combustible regían para todas las refinerías e importadores de gasolina de Estados Unidos. Establecían que una refinería con seis meses de antigüedad en 1990, establecía sus parámetros de calidad conforme a los que tenía en ese año 1990.
En cambio, las refinerías posteriores a 1990 y los importadores debían determinar la calidad de su gasolina de acuerdo al promedio de los parámetros del contenido de elementos del combustible.
De esa manera, explicó a IPS una fuente diplomática venezolana, el promedio de calidad exigido a las gasolinas importadas era superior al que se pretendía de algunas gasolinas estadounidenses.
Venezuela y Brasil alegaron en consecuencia que las regulaciones sobre la gasolina de Estados Unidos violaban el principio de trato nacional consagrado por el GATT.
Venezuela estima que pierde unos 100 millones de dólares anuales por las limitaciones a sus exportaciones de gasolina al mercado estadounidense.
En su réplica de este miércoles, la representación venezolana ante la OMC expresó su reconocimiento del derecho de apelación de Estados Unidos, pero también mostró preocupación porque se siente el precedente de rechazar todos los dictámenes desfavorables.
Esa política puede afectar la credibilidad del Organo de Solucion de Diferencias (OSD), el cuerpo de la OMC que crea los grupos especiales para zanjar las discrepancias, previno Venezuela.
Por otra parte, la delegación sudamericana advirtió que nunca había cuestionado la legislación de Estados Unidos que regula la calidad del aire y que fue el fundamento de las regulaciones sobre la gasolina.
El recurso de Estados Unidos será conocido por el Organo de Apelación de la OMC, un cuerpo integrado por siete juristas de actuación internacional, que provienen de todas las regiones del mundo.
Las normas de la OMC establecen que el procedimiento de apelación se podrá extender como máximo durante 90 días. Un mes más tarde el OSD adopta el informe del Organo de Apelación, que será aceptado sin condiciones por las partes. (FIN/IPS/pc/ag/if/96)