Nuevos y viejos impuestos de Venezuela quedaron desde hoy bajo la lupa de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), fase decisiva para concretar un prestamo de 3.000 millones de dolares solicitado por este pais sudamericano.
Las principales discrepancias para que el acuerdo reciba luz verde son el monto del impuesto a las ventas, un gravamen a las transacciones financieras y el precio de la subsidiada gasolina.
Tecnicos del FMI, encabezados por Milka Jantscher, llegaban a Caracas este lunes para examinar impuestos vigentes y en proyecto con las autoridades tributarias locales, como antesala de una nueva visita del ministro de Hacienda, Luis Matos, a la sede del organismo multilateral en Washington.
Un deficit fiscal que cerro en 5,9 puntos del producto interno bruto (PIB) en 1995 y se proyecta mayor para 1996, es el principal desequilibrio que el gobierno de Rafael Caldera espera conjurar mediante el acuerdo con el FMI.
Para aumentar la base de recaudacion fiscal, el gobierno propuso gravar las transacciones financieras, entre 0,75 y 1,25 por ciento, y llevar el impuesto al consumo suntuario y de ventas al mayor del actual 12,5 a 16,5 por ciento.
El FMI recomienda en cambio abstenerse de gravar las transacciones en el sector financiero, que esta urgido de una recuperacion, y reconvertir el impuesto a las ventas al mayor en uno directo al consumo, con alicuota de 18 por ciento.
La tercera y quiza mayor discrepancia se refiere al precio de la gasolina, que el FMI recomienda llevar a niveles internacionales y convertir en nutriente permanente del tesoro publico, mientras que Caldera quiere excluirlo del acuerdo.
El mantenimiento de la gasolina baja "hasta que el pueblo pueda pagar" su aumento fue una oferta electoral de Caldera en 1993, que sostuvo desde el inicio de su gestion en febrero de 1994 hasta septiembre de 1995, cuando la elevo 80 por ciento.
La devaluacion de diciembre de 1995 devolvio el combustible a su antiguo precio, medido en divisas, de 3,4 centavos de dolar por litro, y el gobierno quiere que su precio trepe, como maximo, hasta 8,6 centavos de dolar.
Las discrepancias, definidas ya en noviembre, alejaron la aspiracion venezolana de sellar un acuerdo con el FMI este mes, pero en tanto la devaluacion, aislada de otras medidas, provoco una estampida de los precios internos.
El tiempo corre asi en contra del gobierno, pues le urge el pacto con el FMI para hacerse con dinero fresco y mostrar el aval de ese organismo ante otras fuentes de financiamiento.
Tambien esta urgido porque enfrenta el descontento de una poblacion a la que ofrecio colocar lo social por encima de lo economico, pero ha dejado practicamente inerme frente a una sostenida alta inflacion acompanada ahora de senales de escasez, ademas de desempleo.
Segun Matos, "el dialogo con el FMI va por buen camino" y fuentes de su ministerio indicaron que, cumplido el examen del cuadro tributario por los tecnicos del organismo multilareral, el gobierno reformulara la "Agenda Venezuela".
Esa Agenda es un decalogo de objetivos de politica economica todavia sin programas que los instrumenten, con la meta de mediano plazo de alcanzar equilibrio fiscal y reanimar la economia, y que se financiaria con unos 7.500 millones de dolares de nueva deuda en tres anos.
Venezuela tiene una deuda externa de 38.000 millones de dolares e ingresos por exportaciones de 16.000 millones (FIN/IPS/hm/ag/if/96)
