Las alteraciones del medio ambiente provocan que en Espana unas veces se rece para que llueva y que otras se mire hacia el cielo rogando para que deje de caer agua.
En unas semanas, Espana dejo atras una sequia de siete anos y paso a sufrir las consecuencias de fuertes temporales de lluvia y nieve, que ocasionaron muertes de personas y millonarios danos materiales, tanto en los campos como en las ciudades.
El brusco y contradictorio cambio tiene simbolos. Uno en la provincia de Madrid, en la que se desbordo el rio Sequillo, que debe su nombre a su falta de agua. Otro en Andalucia, donde un embalse y el rio que lo abastecia fueron declarados inexistentes anos atras y ahora se desbordo, inundando el pueblo vecino.
En Madrid, en los ultimos meses de 1995 se comenzo a alertar sobre la seria probabilidad de que se impusieran cortes de agua, por causa del bajo nivel de los embalses que la abastecen. Esta semana, debieron abrirse las compuertas de los ocho embalses para evitar su desborde.
La larga sequia afecto a la agricultura y la ganaderia, hizo mas evidente la contaminacion de rios, embalses y arroyos, tuvo a ciudades enteras, como Sevilla, con cortes diarios de agua y provoco discusiones interminables acerca de la conveniencia o no de construir mas represas e intercomunicar las cuencas fluviales.
Como promedio de largo plazo, en Espana llueven 340 kilometros cubicos por ano. Pero llegan de manera desigual en el tiempo y en el espacio.
En el tiempo, alternando largas temporadas secas con violentos temporales y su secuela de desastres e inundaciones. En el espacio, lloviendo mas en las regiones del Norte (Galicia, Asturias, Pais Vasco, Cantabria, Aragon, Cataluna) que en las del Sur (Andalucia y Extremadura).
Ademas, de los 340 kilometros cubicos que llueven anualmente, 224 se evaporan y de lo que queda, segun el ecologo Gustavo Catalan Deus, apenas se embalsan 46 kilometros cubicos, en mil embalses y medio millon de pozos distribuidos por todo el territorio.
De los 46 kilometros cubicos que se utilizan desde los embalses, 6,3 llegan a los hogares, 14,3 a la industria y 24 a la agricultura y ganaderia.
La epoca de la sequia fue paliada con medidas como trasvases de agua de una cuenca a otra, por canales e incluso por barcos, restricciones en el consumo humano y prohibicion de riegos en algunas zonas, perforacion de pozos en busqueda de acuiferos profundos y proliferacion de inventos para desalar agua marina.
El gobierno propuso un plan hidrologico basado en obras publicas para construir mas embalses e intercomunicar las cuencas, de manera de equilibrar las ricas con las pobres en agua. El plan fue rechazado por las organizaciones ecologistas, por entender que alteraria aun mas el equilibrio ambiental.
Enrique Cabrera, catedratico de mecanica de los fluidos, objeto esa medida si era tomada aislada de la gestion del recurso y senalo que no se trata de obtener mas agua, desalando o con perforaciones, sino de modernizar el sistema y la gestion de su uso.
La mitad del agua consumida se podria ahorrar si se evitase la perdida del 50 por ciento del liquido que se transporta por las canalizaciones y tuberias publicas. Si en las ciudades el despilfarro esta a la hora del dia, en los campos la situacion no es mejor.
Los sistemas de riego que se utilizan ahora fueron revolucionarios seis siglos antes de Cristo, en la Mesopotamia o en el reino de Saba, ironiza Catalan Deus, pero no deben ser mantenidos en una etapa de agricultura intensiva, como la actual.
Con el sistema en uso, gran parte del agua se evapora y pierde por las acequias antes de llegar a la raiz de las plantas.
Espana llego con retraso a la aplicacion de la tecnica del goteo, que consiste en llevar el agua con tubos plasticos hasta la raiz de cada planta o surcos. De esa manera se utiliza mucho menos liquido que con el riego "manta", consistente en derramar agua en los cultivos o al pie de los arboles.
La epoca de bonanza abierta este ano promete durar un tiempo, que permitiria el estudio global del tema y la adopcion de medidas eficaces y duraderas.
Los embalses marcan el fin del ciclo seco: en la cuenca norte se paso del 46 por ciento de capacidad ocupada en noviembre de 1995, a 89 en la actualidad, en el rio Duero, de 36 a 73, en el Ebro de 38 a 76, en el Tajo de 30 a 60.
En el Guadalquivir, Guadiana y Segura, las mas castigadas y que tenian solo 7,7 por ciento cubierta, se llego a 37,5 por ciento.
El cambio fue festejado de muchas maneras
Asi, en diciembre, junto con el fin del ano, los vecinos del poblado El Robledo, en el centro de la peninsula, celebraron tambien el renacer de un rio, el Bullanque, que habia desaparecido por la sequia. Y en pleno invierno, con temperaturas bajo cero, se dieron un bano colectivo en sus aguas.
Los ecologistas afirman que haran tambien su fiesta el dia que se establezca una gestion sostenible de los recursos hidricos y que lo sea en armonia con el medio ambiente.
Ellos recuerdan que la deforestacion y las represas construidas sin estudios de impacto previos tienen buena parte de responsabilidad en este drama. La tala indiscriminada de arboles aleja las lluvias y favorece las riadas e inundaciones cuando llueve, agravando los efectos de los ciclos de la naturaleza. (FIN/IPS/td/ag/en/96)
