Un compas de espera en la negociacion entre el gobierno de Venezuela y el Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzo hoy, al regresar a Washington una mision tecnica del organismo y entrar este pais sudamericano en la recta final para las elecciones regionales y municipales del domingo.
La mayoria de los dirigentes y analistas considera esos comicios como un test que puede guiar las decisiones del presidente Rafael Caldera, quien sopesaria mas el impacto politico que el meramente economico de las medidas por tomar.
Como boxeadores que ante nuevos rivales comienzan con "rounds de sombra", Venezuela y el FMI han estudiado durante semanas las posibilidades de un acuerdo de prestamo, que el gobierno ya decidio solicitar pero aun no definio los ajustes que propondra para asumir ese compromiso.
La mision del FMI reviso la cifras de los organismos venezolanos, para establecer la viabilidad de las dos opciones de prestamo que planteara Caracas: un acuerdo stand-by (de contingencia) con el que obtendria 1.500 millones de dolares, o uno de facilidad ampliada por 3.000 millones.
Un acuerdo con el FMI avalaria ademas negociaciones de prestamo con otros organismos multilaterales y la colocacion de nuevos titulos de deuda en mercados internacionales de capital.
Pero el gobierno de Caldera, que en 1994 y 1995 aplico una politica de controles sobre la economia, en un intento vano por contener la inflacion, paso de oponerse al recetario del FMI a su actual busqueda de un acuerdo con el organismo en enero.
Caldera y su ministro de Hacienda, Luis Matos, han insistido en la gradualidad como principio rector de los ajustes, demorado tres anos la superacion del deficit fiscal y sostenido parcialmente el control de cambios.
Tambien son refractarios a convertir el actual impuesto a las ventas al mayor en un generalizado impuesto al consumo o IVA, y a elevar bruscamente el precio de la gasolina, luego que las dos medidas fueron combatidas por Caldera durante su campana electoral de 1993.
El gobierno elaboro una "Agenda Venezuela", o decalogo de objetivos de equilibrio fiscal y reanimacion economica, pero la imprecision en el programa fue interpretada por opositores y economistas independientes como autentica duda acerca de un entendimiento con el FMI.
Matos y portavoces del Banco Central reiteraron, mientras la mision del FMI permanecio en Caracas este mes, que aspiran llegar a un acuerdo, posiblemente comenzando con un acuerdo de contingencia de un ano y pasar luego a la facilidad extendida, de tres.
Pero entretanto, el gobierno enviaba senales de que acudir al FMI no es una decision definitiva, por ejemplo al hacer mas estricto el control de cambios e invitar a economistas de prestigio que discrepan del "recetario" del organismo, como los estadounidenses Steve Hanke y Douglass North.
Mas aun, la semana pasada fue destituido el ministro de Inversiones, Carlos Bernardez, principal defensor dentro del gobierno de un rapido acuerdo con el FMI y quien sostenia discrepancias con Matos al respecto.
Esta ultima medida llevo a Hanke a criticar severamente a Caldera, cuyo gobierno "baila sobre un volcan" y arriesga a convertir a Venezuela "en la Nigeria de America del Sur".
Hanke propuso a mediados de ano que Venezuela adoptase su modelo de "caja de conversion", con un bolivar-oro igual al dolar, a semajanza del plan libre convertibilidad del peso que adopto en Argentina el gobierno del presidente Carlos Menem.
Pero decepcionado ante la percepcion de que el gobierno espera por las elecciones de diciembre para tomar medidas, Hanke dijo que eso "es como decir que intenta limpiar un poco el asiento trasero de un auto que se desbarranca".
"Hanke tiene varios meses sin venir", dijo Roosvelt Velasquez, interlocutor de la mision del FMI en el Banco Central, "y Venezuela avanza en el dialogo con los organismos multilaterales con miras a un acuerdo de tres anos".
De su lado, Rafael Mac Quhae, viceministro de Planificacion de Caldera en 1994, estimo que "tal y como estan planteadas las reformas economicas del gobierno, Venezuela no podra ejecutar un acuerdo con el FMI antes del segundo semestre de 1996".
Las conversaciones con el FMI "son una pantomima del gobierno para poder tener una excusa en el sentido de atiborrar al ciudadano de mas impuestos", opino Mac Quhae.
El economista independiente Gustavo Garcia afirmo que, contrariamente a lo que pregona el gobierno, "el ajuste gradual o incompleto le puede durar muy poco al gobierno, es insostenible".
"Hay un agotamiento social y politico que hace al gobierno resistente al ajuste, pero el escenario del FMI, hay que decirlo con responsabilidad, implica otra recesion", dijo Garcia.
La mayoria de las cuentas de Venezuela estan en rojo y todas tienen como telon de fondo tres anos seguidos de recesion, de mas de cinco por ciento anual en la economia no petrolera. (FIN/IPS/hm/ag/if/95) ITEM CLOSE