En febrero proximo el Congreso de Estados Unidos debera aprobar leyes que restrinjan los financiamientos otorgados por el BIRD, BID y Eximbank a paises que no combatan adecuadamente el trafico de narcoticos.
Esa fue la manera encontrada para ejercer presion sobre paises de America del Sur y Asia involucrados en esa actividad. En Brasil y Tailandia se encuentran las principales bases de transporte y almacenamiento de las drogas que abastecen a los mercados de Europa y Estados Unidos.
La decision ha generado muchas discusiones e indignacion entre las autoridades brasilenas encargadas de combatir el trafico de drogas, especialmente de cocaina.
"En lugar de presionar con medidas de ese tipo, Estados Unidos deberia ayudarnos con entrenamiento y recursos", comento el coronel Wilson Romao, director general de la Policia Federal.
Romao parte de la premisa de que al actuar de esa forma, las autoridades estadounidenses estarian castigando con la contencion de creditos internacionales al conjunto de un pais, que nada tiene que ver con el trafico de estupefacientes.
Sin embargo, el jefe policial no demuestrar la eficiencia en el combate a ese trafico, que actualmente ocupa a poco mas de 200 hombres de la Policia Federal.
Ese pequeno contingente de agentes federales es responsable por la vigilancia de 8.500 kilometros de fronteras terrestres y fluviales, por lo que resulta que se ven ampliamente superados por la magnitud de la tarea.
Tal vez por esa razon los principales puertos y aeropuertos de Brasil han sido adoptados integramente como bases de embarque para mas de 70 por ciento de toda la cocaina producida en Bolivia, Peru y Colombia.
"El aeropuerto de Rio de Janeiro es como un enorme queso suizo. Tiene agujeros por todos lados y para todos los gustos", solia decir el antecesor de Romao, el comisario federal Romeu Tuma, que acaba de ser electo senador.
Lo curioso es que, aun sabiendo que es asi, la policia brasilena jamas se esforzo por contener la salida de las drogas por los aeropuertos de Rio de Janeiro o por el puerto maritimo de Santos, en el estado de Sao Paulo.
La agencia antidroga estadounidense (DEA) calcula que por cada kilogramo de cocaina capturado en el aeropuerto carioca o en el puerto paulista, otros cinco siguen sin problemas su viaje hacia los mercados europeo o norteamericano.
La DEA sabe tambien que actualmente no se invierte en Brasil ni siquiera un tercio de los recursos necesarios para contener el trafico de drogas.
Y es conciente de que, en un pais marcado por la miseria y por enormes carencias en sectores basicos como salud, educacion y vivienda, dificilmente esa cuestion se convertira en prioridad, a corto plazo.
"El combate a las drogas tiene que transformarse en una preocupacion mundial. No basta con ejercer presiones, porque las carencias son muy grandes. Es vital que se intensifique la cooperacion entre los paises productores y los consumidores", advirtio Tuma. (FIN/IPS/ac-rb/ag/dn/94) – – –
