El cotidiano pulso de la vida en Mexico se altero este ano a extremos sin precedentes para las ultimas decadas cuando en enero irrumpio en Chiapas un movimiento insurgente que reivindicando a Emiliano Zapata impuso la agenda politica local.
Las banderas de Zapata, un heroe revolucionario de principios de siglo, levantadas por un movimiento rebelde compuesto por indigenas en una de las zonas cuya pobreza y marginacion desperto la autocritica tardia del estado, provoco de hecho una mezcla explosiva cuyo desenlace luce impredecible
La persistente amenaza de enfrentamientos y la ausencia de salidas claras al conflicto, vienen marcando una tensa vigilia. Cualquier peligro de rompimiento al fragil cese al fuego genera desde reacciones de sobresalto economico hasta agrias e interminables discusiones entre el oficialismo y la oposicion.
Luego de los choques registrados en enero entre militares y el Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN), los unicos durante todo el ano, cientos de periodistas de todo el mundo se han acercado a la zona, mientras sociologos, politologos y otros cientistas ensayan decenas de interpretaciones sobre el tema.
Muchos han pretendido encontrar en la aparicion de los insurgentes, los entretelones de una pelicula al mejor estilo de Hollywood o una especie de remembranza de la lucha entre David y Goliat.
Lo cierto es que la continua relacion epistolar del lider guerrillero, el subcomandante Marcos, un personaje de identidad desconocida e innegables dotes literarias, con la sociedad y el gobierno, agrego al movimiento un halo de misterio que lo transformo en un atractivo tema de consumo masivo.
Pese a que el estado de Chiapas, ubicado en el sudeste de Mexico, fue durante el ultimo cuarto de siglo objeto de multiples estudios que originaron mas de 30 libros, nadie vaticino que alli se gestaba un movimiento guerrillero, que en 1994 cambiaria la vida del pais.
Primer productor de cafe, cuarto de petroleo y zona selvatica de reconocida riqueza en flora y fauna, Chiapas registra, con sus 3,5 millones de personas, en su mayoria indigenas, una historia de injusticias e intensa explotacion desde de la llegada de los europeos a America.
En el siglo XVI, el famoso "defensor de los indios", Fray Bartolome de las Casas, ya testifico la explotacion de nativos que reinaba en la zona, en la que durante los ultimos anos decenas de antropologos e historiadores mexicanos y extranjeros pusieron sus ojos, mucho antes de la aparicion de la guerrilla.
Hoy, ese estado que se anexo a Mexico en 1824 mediante un proceso plebiscitario que los historiadores consideran fraudulento, registra los mas altos indices de desnutricion, analfabetismo, falta de atencion medica y sobreexplotacion de la mano de obra del pais.
La zona aun es escenario de relaciones semifeudales, donde impera la violencia y esta pendiente una redistribucion de tierras. Segun cifras oficiales, los campesinos chiapanecos tienen un ingreso por habitante que no supera los 1.000 dolares al ano.
Al inicio de las acciones guerrilleras, el gobierno senalo que el EZLN estaba impulsado por influencias extranjeras y que sus militantes eran unos "cuantos transgresores de la ley" que buscaban el descredito de las Fuerzas Armadas y el aislamiento internacional de Mexico.
Sin embargo, el progresivo reconocimiento de la situacion de pobreza de la zona y la imagen e influencia publica que fueron adquiriendo los insurgentes, cambio el discurso oficial.
Ya nadie se atreve a desconocer los motivos que dieron origen al movimiento y todos asumen en una suerte de autocritica la pobreza y olvido en que ha vivido historicamente el estado de Chiapas.
Los voceros del estado asumen ahora como suyas y justifican las demandas de justicia de los zapatistas, asi como insisten en senalar que su intencion es lograr una solucion pacifica al conflicto.
El cambio de postura, que segun los analistas forma parte de una estrategia oficial para restar base social y respaldo a los guerrilleros, choca con la realidad.
En la zona controlada por los zapatistas, que abarca una poblacion de un millon de personas, unos 50.000 soldados mantienen cercados y vigilados, hasta por satelite, a los 14.000 guerrilleros que se calcula existen en la region.
Estimaciones extraoficiales aseguran que el gobierno gasto este ano en Chiapas en materia militar mas de 1.200 millones de dolares, una cifra que contrasta con la pobreza y marginacion en que vive la poblacion de esa parte del pais.
El movimiento insurgente en Chiapas, cuyas demandas de justicia y democracia fueron este ano adquiriendo progresivamente un caracter nacional, seguira marcando en 1995 el alterado pulso de Mexico.
La marcha de los acontecimientos, que podria terminar en un desenlace de tipo militar, influira el proximo ano en el comportamiento de las inversiones extranjeras, del mercado bursatil y en general en todo el manejo economico y politico de este pais de 90 millones de habitantes. (FIN/IPS/dc/dm-ag/np/94
