Pakistán niega vínculos «íntimos» con el Talibán

La canciller pakistaní Hina Rabbani Jar intentó minimizar el impacto del informe de la OTAN sobre relaciones con el Talibán Crédito: Al Jazeera
La canciller pakistaní Hina Rabbani Jar intentó minimizar el impacto del informe de la OTAN sobre relaciones con el Talibán Crédito: Al Jazeera

Pakistán rechazó por «frívolo» un informe de la OTAN filtrado a la prensa, según el cual sus servicios secretos están ayudando al movimiento Talibán y este se considera destinado a retomar el poder que alguna vez tuvo en el vecino Afganistán.

La filtración del informe, publicado inicialmente por la cadena BBC y el diario The Times, ambos británicos, se produjo mientras la ministra de Relaciones Exteriores de Pakistán, Hina Rabbani Jar, visitaba la capital afgana para sostener conversaciones destinadas a mejorar las deterioradas relaciones entre los dos países.

Al hablar ante la prensa luego de reunirse este miércoles 1 con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, Jar sostuvo que «no podemos considerar este (informe) como una filtración potencialmente estratégica… esto es vino viejo en odres aún más viejos».

El informe titulado «State of the Taliban: Detainee Perspectives» (El estado del Talibán: perspectivas de los detenidos) se basa en miles de interrogatorios y asegura que Pakistán conoce el paradero de altos líderes de ese movimiento fundamentalista islámico que controló buena parte de Afganistán entre 1996 y 2001, cuando fue derrocado y puesto en fuga por la invasión estadounidense.

Reagrupado en 2004 como movimiento insurgente, el Talibán se dedicó a combatir a las tropas de ocupación de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y de Estados Unidos en Afganistán y a las fuerzas de seguridad de ese país, así como a las de Pakistán, especialmente en su zona norte, donde el grupo se hizo fuerte.
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El reporte asegura que el servicio de inteligencia pakistaní ISI (Inter-Services Intelligence) está «íntimamente involucrado» en la campaña del Talibán contra tropas afganas y sus aliados internacionales y que el movimiento islamista confía en una victoria inevitable una vez se retiren las tropas extranjeras de Afganistán, en 2014.

Jar, cuya visita de un día a Kabul fue calificada como una «nueva fase de cooperación» por autoridades afganas, sostuvo que «no tenemos una agenda oculta en Afganistán. Esas aseveraciones se han hecho ya muchas veces. Pakistán apoya toda iniciativa que adopte el gobierno afgano para lograr la paz».

Si bien no son nuevas las acusaciones de que los servicios pakistaníes colaboran o protegen al Talibán, la oportunidad de esta filtración parece concebida para añadir más tirantez en las relaciones diplomáticas ya fracturadas de los dos vecinos.

Abdul Basit, un portavoz de la cancillería pakistaní, también rechazó el contenido del informe y le quitó importancia. «Para decirlo con delicadeza, es frívolo. Estamos comprometidos en no interferir en Afganistán y esperamos que todos los demás estados se adhieran al mismo principio», indicó.

Sin embargo, el exlegislador afgano Daoud Sultanzoy, sostuvo que la «cruda verdad» de las relaciones de Pakistán y el Talibán no es novedad para los afganos.

«Desde el presidente hasta un campesino, hemos hablado de esto por mucho tiempo. El pueblo de Afganistán ha lidiado con este debilitante problema durante muchos, muchos años», dijo Sultanzoy a Al Jazeera desde Kabul.

«El Talibán no comanda a sus tropas desde Marte. Están sentados en algún lugar. Y no importa en qué parte de Pakistán se sienten, sería un chiste afirmar que la inteligencia pakistaní no sabe de ellos», agregó.

Además del encuentro con el presidente Karzai, la canciller Jar se reunió con su par Zalmai Rasoul, mientras se producen movimientos tentativos para abrir negociaciones entre Estados Unidos y el Talibán en Qatar.

Karzai se ha mostrado poco entusiasta a que el Talibán establezca una representación política en el estado del Golfo, pero le preocupa terminar marginado y por eso insiste en que su gobierno debe jugar un papel central en cualquier conversación de paz.

La visita de la ministra pakistaní se llevó a cabo pese a la congelación de las reuniones bilaterales e incluso trilaterales (incluyendo a Estados Unidos) desde el asesinato, en septiembre, del principal negociador de paz de Afganistán, Burhanuddin Rabbani, atribuido por un funcionario afgano a espías de Pakistán.

Islamabad boicoteó la conferencia celebrada en diciembre en Alemania sobre el futuro de Afganistán, en protesta por el bombardeo estadounidense del 26 de noviembre sobre su territorio, en el que murieron 24 soldados pakistaníes. También bloqueó rutas de abastecimiento cruciales para las fuerzas de la OTAN desplegadas en Afganistán.

* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.

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