Científicos de China trabajan para desarrollar nuevas tecnologías de desalinización que alivien en los próximos años la grave escasez de agua que sufre todo el país.
A pesar de los miles de millones de dólares invertidos por Beijing en construcción de represas, creación de embalses y excavación de pozos, granjeros en el norte aún deben trabajar duro en tierra reseca, mientras cientos de ciudades en todo el país sufren falta de agua y el deterioro de la calidad de los recursos hídricos.
El déficit de agua en Beijing pronto será de entre 200 millones y 300 millones de metros cúbicos, según informes de la prensa estatal, mientras la ciudad espera que se complete el Proyecto de Transferencia de Agua de Sur a Norte, por 62.000 millones de dólares, que desplazará a unas 330.000 personas.
El Banco Mundial ha alertado que la crisis podría provocar descontento y generar roces entre los habitantes de las ciudades y los pobladores rurales. Si no se realizan profundos cambios en el uso del agua, decenas de millones de chinos se convertirán en refugiados ambientales en la próxima década, alertó el organismo multilateral.
Mientras, países asiáticos más al sur como Birmania, Laos, Camboya y Vietnam afirman que la agresiva política china de construir represas en el río Mekong priva a sus ciudadanos de agua.
[related_articles]
Para algunos, la respuesta está en la tecnología de desalinización. China ha llevado adelante investigaciones en ese campo desde 1958, y en 1975 comenzó a probar sus primeros artefactos. En 1986, concluyó la fabricación de un dispositivo para la desalinización de agua marina mediante el proceso de ósmosis revertido.
Tianjin, ciudad costera a unos 150 kilómetros de Beijing, representa la vanguardia nacional en esa tecnología. Según el gobierno local, el Proyecto de Desalinización de Agua Marina de Dagang Xinquan es la central "más grande de Asia".
"La municipalidad ha desarrollado tecnologías de desalinización desde 2000, y ha sido considerada la más confiable fuente de agua para suplir las necesidades", señaló un informe realizado por Probe International, grupo ambientalista independiente.
Wang Shichang, director del Centro de Tecnologías de Desalinización de la Universidad de Tianjin, informó que científicos chinos trabajan en más de 200 proyectos y reciben apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología y de la Fundación Nacional de la Ciencia de China.
El centro que dirige Wang introdujo el primer artefacto de destilación súbita de efecto múltiple, que realiza el proceso canalizando el agua a diferentes cámaras disminuyendo la presión progresivamente. El vapor generado es capturado y convertido en agua dulce.
La capacidad de desalinización china alcanzó casi 200.000 toneladas diarias en 2008, contra 30.000 en 2005. Según el actual plan de desarrollo del gobierno, podrá llegar a entre 800.000 y un millón de toneladas para fines de este año.
Pero Wang señala que esto no es suficiente. Indicó que aún es grande la brecha entre la capacidad innovadora de China y la de países del Norte industrializado. Se necesitan más subsidios estatales y acceso a préstamos bancarios, afirmó.
Mientras Wang trabaja para lograr un uso más sostenible del agua, Tian Juncang, profesor de la Universidad de Ningxia, intenta reducir el desperdicio de los recursos hídricos en la agricultura.
El trabajo de Tian se concentra en aplicar sistemas de irrigación por goteo y aspersión, maximizando la efectividad de los fertilizantes. Asegura que de esta manera se puede reducir el uso de agua 50 por ciento.
La industria agrícola china actualmente emplea 70 por ciento de todos los recursos hídricos del país, y gran parte es desperdiciada, señaló.
"La industria agrícola de China afronta grandes desafíos", dijo Tian a IPS. Pero implementando nueva tecnología, "la actual cantidad de agua puede sostener al doble de tierra cultivable".
En 2007, el gobierno lanzó un plan de 11 años para promover la conservación del agua, proponiendo metas detalladas.
Pero Tian dijo que la conservación debe ser un esfuerzo sistemático con apoyo y cooperación de la industria y de la sociedad como un todo. Los esfuerzos para preservar el recurso también requerirán de mayor financiamiento del Estado, así como de leyes y regulaciones mejoradas e infraestructura avanzada y mejor administrada, sostuvo.
"Los esfuerzos de conservación del agua han sido fortalecidos en los últimos años, pero todavía no es suficiente", afirmó.