SALUD: Sida y tuberculosis, cóctel mortal

La tuberculosis es curable, pero mató el año pasado a más personas que la suma de todas las guerras, terremotos, inundaciones, tsunamis, accidentes aéreos, atentados terroristas y asesinatos sufridos en todo el mundo.

La tuberculosis afecta en algún momento de sus vidas a una de cada tres habitantes del mundo y mata a 1,8 millones cada año. El tratamiento es barato y efectivo. Pero millones de enfermos en el mundo en desarrollo carecen de acceso a los medicamentos necesarios para sobrevivir.

"La tuberculosis fue la tragedia más inadvertida del año pasado", dijo el médico Bobby John, presidente de la Campaña Esfuerzo Masivo, red de organizaciones de la sociedad civil que luchan contra el sida, la tuberculosis y la malaria y que publicaron el "Informe TB Global 2005".

"Casi todas esas 1,8 millones de muertes pudo haberse impedido si los enfermos hubieran sido adecuadamente tratados con medicinas de elevada eficacia", agregó John.

La tuberculosis es, básicamente, una enfermedad del sistema respiratorio, y el agente que la causa, el bacilo de Koch, se transmite a través de la tos y el estornudo. El mal ha sido casi eliminado en muchos países ricos de Occidente, pero no está derrotado, ni mucho menos.

La enfermedad afecta desproporcionadamente a los países del Sur en desarrollo, donde se registran 98 por ciento de las infecciones mundiales. Y 80 por ciento se concentran en apenas 22 países pobres.

La desnutrición, las insalubridad y, especialmente, la infección con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, debilitan el sistema inmunológico de los pobres del Sur, mucho más vulnerables al bacilo de Koch que los habitantes del Norte rico.

La negligencia de los países industriales y los del Sur convirtieron una enfermedad completamente curable en la pesadilla de los pobres del mundo, según activistas de la salud.

"La mayoría de los gobiernos del mundo rico perciben la tuberculosis como una enfermedad del pasado", dijo a IPS Joanne Carter, directora legislativa de la organización Results International, copatrocinadora del "Informe TB Global 2005".

"Cuando se registran muertes en un accidente aéreo, en un tsunami o en cualquier otro tipo de gran desastre que ocurre en un lugar y en un momento determinados, esa tragedia es destacada con mayor intensidad en la escena mundial", sostuvo Carter.

"Pero cada día mueren 5.000 personas en pequeños poblados y barrios pobres de todo el mundo de una enfermedad curable, y solo hay silencio", lamentó la activista.

Las medicinas para el tratamiento completo de la tuberculosis cuestan apenas entre 10 y 12 dólares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que gracias a estos productos se logra la cura de alrededor de 85 por ciento de los casos.

"Con un tratamiento tan barato, es inconcebible que alguien muera sin recibirlo. Pero ése es el escenario que se repite todos los días en todo el mundo", indica el informe de Results International.

El denominado "tratamiento directo bajo observación directa" (conocido por su acrónimo en inglés, DOTS), para ser eficaz, debe ser continuado por seis meses sin interrupción.

Si se registran intervalos por falta de recursos o cualquier otra razón, pueden desarrollarse en el organismo del enfermo cepas de bacilos de Koch resistentes a los medicamentos.

"Desde una perspectiva de salud pública, un tratamiento mal supervisado o incompleto es peor que la falta total de tratamiento", consideró la OMS.

Si bien la prevalencia de tuberculosis cayó 20 por ciento desde 1990 y se estabiliza en muchas regiones, el mal continúa aterrorizando áreas como el sudeste asiático —con tres millones de nuevos casos en 2004— y Europa oriental, donde aumentaron las muertes después de cuatro décadas de caída, según el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.

Los expertos de este fondo, constituido por la ONU y diversas agencias, el Banco Mundial y donantes del sector privado, calcularon que, de no registrarse avances, casi 1.000 millones de personas más se habrán enfermado para 2020, con un resultado de 35 millones de muertes.

La prevalencia de tuberculosis se triplicó en África desde 1990, y la enfermedad continúa creciendo entre tres y cuatro por ciento cada año, fundamentalmente por su mortal combinación con el sida.

Casi una de cada tres personas debilitadas por el sida contraerán en su organismo el bacilo de Koch, principal causa de muerte de portadores de VIH.

El director general de la OMS, Lee Jong-wook, reiteró la necesidad de incorporar el tratamiento de la tuberculosis en la lucha mundial contra el sida.

El año pasado, el ex presidente sudafricano Nelson Mandela declaró: "La tuberculosis es con demasiada frecuencia una sentencia de muerte para las personas con sida. No podemos combatir el sida a menos que luchemos mucho más contra la tuberculosis."

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