En 1988, el pueblo kanake de Nueva Caledonia decidió renunciar a su cruenta lucha por la libertad porque estaba seguro que el territorio del Pacífico se independizaría de Francia.
Habían suscrito un tratado de paz que conduciría a un referéndum sobre la independencia en 10 años. Pero un año antes de la celebración del referéndum, los kanakes dudan que la independencia sea lo mejor para su país.
El acuerdo de Matignon firmado en junio de 1988, bajo los auspicios del primer ministro francés Michel Rocard, terminó con años de violencia.
Los signatarios, Jean-Marie Tjibaou, del independentista Frente de Liberación Nacional Kanake Socialista (FLNK), y Jacques Lafleur, del pro francés Asamblea Popular Caledoniana para la República (RPCR), pensaban que 10 años era tiempo suficiente para lograr sus objetivos.
En la actualidad, ninguno de los dos partidos es entusiasta sobre el referéndum.
"La votación representa un riesgo para la población. Podríamos ingresar en un ciclo de violencia", dijo Rock Wamyton, presidente de FLNKS, en entrevista con IPS.
Jean Claude Briault, del RPCR, concuerda. "Si se celebra el referéndum, 60 o 70 por ciento de los votantes estarán a favor de mantener a Nueva Caledonia como parte de Francia", dijo. "Habrá una parte de la población que ganó y otra que perdió. Tenemos que evitarlo", añadió.
La decisión de los partidos de formar un gobierno de coalición al estilo sudafricano confunde al electorado y hace que la victoria de los independentistas sea prácticamente imposible.
Wamyton cree que 80 por ciento de la población kanake apoya la independencia de Francia. Pero el FLNKS decidió evitar el referéndum porque las reglas electorales de 1988 que lo regirán no benefician al partido.
Pierre Chauwat, de USTKE, principal sindicato de Nueva Caledonia, sostuvo que desde que se firmó el acuerdo de Matignon, "el FLNKS estuvo en el poder y se olvidó de la gente que lo votó. Ahora sabe que no conseguirá la independencia con el referéndum y negocia con el RPCR".
Chauwat sostiene que el FLNKS y el RPCR no deben pactar por su cuenta y obligar a la gente a aceptarlo mediante un voto de ratificación.
El 44,1 por ciento de la población de 196.800 personas de Nueva Caledonia es de origen kanake (melanesio), 34,1 por ciento europeo, nueve por ciento wallisiano (polinesio), 2,6 por ciento tahitiano, 2,5 por ciento indonesio y 1,4 por ciento vietnamita.
"Creo que podemos comparar el modelo que tendremos acá con el de Sudáfrica", dijo Wamyton.
Pero Briault piensa que sería más correcto afirmar que Sudáfrica llegó a una solución como la de Nueva Caledonia. Con los mismos derechos para todos y dos de las tres provincias bajo el poder del FLNKS, "ya tenemos democracia", afirma.
El Acuerdo de Matignon dividió al país en tres provincias: del Norte, isla Lealtad, y del Sur, cada una con su propia administración y presupuesto. Las provincias del Norte e isla Lealtad están gobernadas por el FLNKS y la del Sur por el RPCR.
Muchos nacionalistas kanakes que lucharon para que Francia y el RPCR discutieran la independencia con el FLNKS, están enojados con el FLNKS por acceder a negociar un gobierno de coalición, quizá en "asociación libre con Francia".
Chauwat sostiene que el FLNKS perdió el respaldo de muchos kanakes. "Si quieres que el pueblo apoye a la independencia, tienes que especificar lo que implica la independencia. Los partidos de derecha asustan al pueblo al decir, si nos independizamos, será el caos", afirmó.
"La opinión de que los kanakes no están preparados para la independencia es la opinión de Francia", sostiene Aloisio Sako, dirigente de Asamblea Popular Democrática de Oceanía (RDO), partido político alineado con el FLNKS que tiene el apoyo de muchos jóvenes wallisianos, una importante minoría.
"Sostienen que no podemos independizarnos porque no tenemos doctores e ingenieros. Ello es porque Francia introdujo las escuelas kanakes recién en 1956", añadió Sako.
"El FLNKS dice que la independencia no sólo es para los kanakes, sino para los wallisianos, vietnamitas, franceses. Independencia significa un gobierno de varios colores".
Pero las dos terceras partes de los 18.000 wallisianos no apoyan al RDO ni al FLNKS. "Porque los empresarios del RPCR construyen viviendas para nuestra comunidad y nos dan trabajo", sostiene Sako.
Mientras que el FLNKS trata de convencer a las otras comunidades que la independencia es para todos, la comunidad kanake está dividida sobre el significado de la misma.
"Nuestra lucha es una lucha política por la independencia. Pero sabemos que la independencia política debe construirse sobre bases económicas", sostuvo Wamyton.
Los kanakes no recibieron educación ni participaron de las ganancias del país desde que Francia lo convirtió en colonia criminal en 1853.
En la actualidad, el FLNKS invierte en minería y turismo, que solían estar bajo el control del RPCR, antes de firmarse el Acuerdo de Matignon.
El desafío que enfrenta el FLNKS es convencer a su base de orientación socialista que la inversión no significa traicionar su visión socialista igualitaria de una Kanaky (Nueva Caledonia) independiente. (FIN/IPS/tra-en/ks/kd/aq-jc/ip/97