VENEZUELA: Pepsi-Cola regresa, aliada al grupo cervecero Polar

Pepsi-Cola, en agosto barrida de Venezuela por un golpe de mano de su rival Coca-Cola, firmó hoy un acuerdo con el grupo cervecero Polar para regresar desde diciembre a este mercado en el que reinó durante medio siglo.

Polar es el mayor grupo privado de Venezuela, y su imperio se ha cimentado sobre la cerveza del mismo nombre -con consumo per cápita de 70 litros al año- y la harina de maíz precocida, el alimento más consumido por los 22 millones de venezolanos.

Una empresa 70 por ciento propiedad de Polar y 30 por ciento de Pepsico comenzará en diciembre a producir la bebida de envase azul, en dos plantas donde el grupo venezolano manufactura un refresco de modesta penetración en el mercado, Golden.

En el primer trimestre de 1997, una nueva planta envasará Pepsi en volumen suficiente para atender Caracas y zonas vecinas, y progresivamente el producto será llevado al resto del país.

Las inversiones en tres años alcanzarán a 380 millones de dólares, y las plantas productoras y red de distribución generará 3.200 nuevos empleos, dijo el presidente de Polar, Gustavo Giménez, al anunciar la asociación.

"Polar y Pepsi forman un gran equipo", dijo el presidente de Pepsico, Craig Wheatherup, "y la base de su sistema de producción y distribución, más la preferencia del consumidor hacia Pepsi, nos da una gran confianza frente al futuro".

Venezuela resultó el escenario del Sur en desarrollo donde este año se libró la más "cruenta" batalla en la "guerra de las colas", parte de la vida misma para Pepsi y Coca-Cola.

Hace 47 años, Pepsi se asoció con el Grupo Cisneros, de inmigrantes cubanos y que devino en uno de los más poderosos del país, para producir y distribuir su refresco, adueñándose del marcado venezolano.

Pepsi fue sinónimo de bebida gaseosa entre los venezolanos, que no invitan a un refresco sino que dicen "tómate una pepsi", incorporada al habla como cuando un joven se queja de una chica que lo desaira: "Se cree la última pepsicola en el desierto".

De esa manera, Pepsi copó cerca de 50 por ciento del mercado, y la empresa aliada de los Cisneros, Embotelladora Hit (refrescos de sabores frutados) cerca de un tercio. La alianza Pepsi-Hit retuvo por décadas casi 90 por ciento del mercado.

El panorama ha sido distinto en el resto de América del Sur, pues la proporción Coca Cola-Pepsi (excluídas otras marcas) favorece al refresco con marca roja 57-36 en Argentina, 54-18 en Bolivia, 55-8 en Brasil, 64-18 en Chile, 43-11 en Colombia, 55-27 en Ecuador, 67-30 en Paraguay, 42-23 en Perú y 67-30 en Uruguay.

En el mapamundi repleto de banderitas rojas que adorna el cuartel general de Coca-Cola en Atlanta (Estados Unidos), Venezuela y Filipinas aparecían como "manchas" en azul, según deploraban sus ejecutivos.

Coca-Cola entró en negociaciones con Oswaldo Cisneros, presidente de Hit, y en agosto dieron la sorpresa: anunciaron una alianza que dejó a Pepsi sin quien fabricase, embotellase o distribuyese sus refrescos en Venezuela.

Trascendió que Cisneros recibió 300 millones de dólares por la operación, en tanto Coca-Cola aprontaba otros 100 millones de dólares para la batalla legal y compensaciones que debían pagarse a Pepsi, así como 200 millones para invertir en modernización de plantas y publicidad.

El presidente Rafael Caldera garantizó que su gobierno sería neutral en la "guerra de las colas", en tanto su ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, expresó regocijo por lo que la batalla entre rojos y azules representa en inversiones.

A los desembolsos de Coca-Cola se suman las inversiones anunciadas este miércoles por Polar-Pepsi, en tanto los Cisneros se movilizan para contraatacar el año próximo con una cerveza que usará una olvidada marca marginal de refrescos, Frya.

En conjunto, significará la movilización en negocios de más de mil millones de dólares, significativa para un país donde la inversión extranjera directa no-petrolera ha sido de 7.000 millones de dólares en los últimos 15 años, y cuyos planificadores esperan 3.000 millones más en dos años.

Giménez dijo que además, la nueva alianza Polar-Pepsi "tendrá un impacto positivo sobre el consumidor venezolano, pues tendrá nuevamente a su disposición el refresco que tradicionalmente ha preferido y se incentivará una sana competencia". (FIN/IPS/hm/jc/if/96

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