VENEZUELA: Protesta con toque de cacerolas vacías en Caracas

Millares de habitantes de Caracas hicieron resonar cacerolas vacías en decenas de barriadas populares y de clase media, durante casi una hora en la noche del jueves al viernes, en protesta por la situación económica de Venezuela bajo la presidencia de Rafael Caldera.

"Caldera, el pueblo tiene hambre", gritaban seguidores del partido Causa Radical y otros grupos izquierdistas, al iniciarse la protesta, que fue acompañada de disparos al aire y petardos en algunos sectores.

En las barriadas 23 de Enero y La Pastora, cercanas al presidencial palacio de Miraflores, varias patrullas policiales fueron agredidas con piedras, botellas y disparos.

Un transeúnte murió de un disparo de origen desconocido mientras se desarrollaba la protesta en el barrio Cota 905, y en el norte de la ciudad, la policía sofocó intentos de improvisar barricadas con neumáticos encendidos y contenedores de basura.

El miércoles al mediodía, agitadores en el Instituto Pedagógico, en el suroeste, incendiaron un camión para "convocar al cacerolazo", y tres de los 37 diputados de Causa Radical encabezaron a otro centenar de manifestantes que, con el mismo fin, ocuparon brevemente los jardines del parlamento.

Un "cacerolazo" que abarcó toda Venezuela el 10 de marzo de 1992 incrementó la crisis política detonada ese año por dos cruentas asonadas militares y llevó a la separación adelantada de la presidencia, en 1993, del entonces gobernante Carlos Andrés Pérez, sometido luego a juicio.

Animó la protesta contra Pérez el descontento por el programa económico de ajuste que éste aplicó desde 1989, y el cual tuvo entre sus críticos a Caldera, elegido en diciembre de 1993 presidente como candidato independiente suprapartidista.

Caldera inició en febrero de 1994 un gobierno de tinte populista con una gestión económica errática, basada en controles, que fue reemplazada en abril de 1996 por un nuevo ajuste, pactado con el Fondo Monetario Internacional.

El consumo de los venezolanos se desplomó desde abril, al quintuplicarse el precio de los combustibles, devaluarse la moneda, liberalizarse precios, tasas y tarifas, y con el aumento de 12,5 a 16,5 por ciento del impuesto a las ventas.

Los ajustes provocaron saltos en los precios que, aunque perdieron velocidad en este segundo semestre, mantienen la inflación de Venezuela en un nivel anualizado récord de 115 por ciento y la más alta en toda América Latina.

El ministro del Interior, José Andueza, dijo a propósito del "cacerolazo" que "existen grupos con la intención de subvertir el orden del país", pero aseguró que el gobierno de Caldera, que cambiará con las elecciones previstas para diciembre de 1998, "está durísimo". (FIN/IPS/hm/ff/ip if/96

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