BALCANES: Acorralados en el trabajo
Katka Ceh vende verduras en el mercado callejero de Pancevo desde que, hace más de un año, la despidieron del centro preescolar donde trabajaba como maestra, en la aldea de Kovacica, a 35 kilómetros de Belgrado.
El empleo decente es una necesidad en todas partes del mundo. Las distintas realidades económicas de los países inciden en las posibilidades de encontrar uno. A pesar de los logros de los movimientos sociales en materia laboral, todavía quedan muchos desafíos por delante: discriminación de género, trabajo infantil, migración, brecha digital, pensiones que se esfuman, condiciones laborales inseguras, presión corporativa contra la organización de sindicatos, impactos negativos de los acuerdos comerciales e informalidad, entre muchos otros. IPS cubre la lucha de trabajadores y trabajadoras con reportajes sobre sus conquistas y sus retrocesos.
Katka Ceh vende verduras en el mercado callejero de Pancevo desde que, hace más de un año, la despidieron del centro preescolar donde trabajaba como maestra, en la aldea de Kovacica, a 35 kilómetros de Belgrado.
La trabajadora doméstica Emeline Djigma, de 20 años, se prepara para dar este año el examen de ingreso a la Facultad Nacional de Maestros de Burkina Faso, y ampliar sus horizontes laborales.
Cuando el terremoto de nueve grados y el posterior tsunami golpearon el 11 de marzo la aldea de la costa japonesa donde vivían, la filipina Mariline Shoji y su esposo perdieron todo lo que poseían.
La apertura de Cuba a la iniciativa privada aún deja afuera a muchos profesionales que no encuentran respuesta a sus potencialidades en áreas ajenas al Estado, aunque no pierden la esperanza de cambios en las actuales reglas de juego.

Frente al nuevo escenario de reajuste económico en Cuba, la juventud camina sobre una cuerda floja hacia un futuro laboral lleno de incertidumbre. Se torna cada vez más difícil para esta franja etaria encontrar trabajos capaces de equilibrar salarios con
Zigzagueando por las calles del centro de la capital salvadoreña, José Nuila conduce su autobús mucho más preocupado por evitar un ataque de pandillas que por sortear el entreverado tráfico cotidiano. Es que la violencia ya ha cobrado la vida
La gran cantidad de trabajadores inmigrantes que quedaron en medio de los conflictos de Bahrein y Libia muestra la necesidad de crear políticas que defiendan sus derechos y no los intereses económicos de los países que exportan o importan mano
Para ser reelecto, el presidente estadounidense Barack Obama tendrá como principal escollo sus propias promesas incumplidas a las minorías, cuyo apoyo fue fundamental para su triunfo en 2008.
La Federación de Sindicatos de Egipto, controlada por el Estado y que por un siglo fue usada por el gobierno para suprimir las protestas de los trabajadores, parece desmoronarse tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
«Mi hermano fue asesinado y seguimos siendo víctimas de amenazas y acoso, por eso hicimos la denuncia» ante el comité del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, América Central y Estados Unidos (DR-Cafta), dijo el líder sindical guatemalteco Noé
A pesar del acelerado ritmo de crecimiento de la economía argentina, el desempleo se resiste a la baja. La discordancia en el mercado laboral entre oferta y demanda calificada es una de las principales causas que estancan este indicador, advierten
Los inmigrantes, que constituyen casi la mitad de la población de Bahrein, soportan ataques que ya han dejado varios muertos, en medio de las protestas populares contra el régimen.
«Está loca», sentenciaron maridos y familiares de la mayoría de las 34 mujeres que decidieron convertirse en operadoras de máquinas cosechadoras de caña de azúcar en el sur de Brasil, en un desafío al monopolio masculino avivado por la expansión
Hacinados en precarios habitáculos o bajo techos de plástico, sin luz ni agua potable tras jornadas laborales de 14 horas, así sobreviven cientos de miles de trabajadores rurales en Argentina pese a cosechas y ganancias extraordinarias.
El éxodo masivo de trabajadores inmigrantes que escapan de la violencia en Libia agravará la situación social y económica en sus naciones de origen, desde Chad hasta Bangladesh, alertaron expertos.
Amarilis Chilel, de 15 años, abandonó su natal Ixchiguán, en el noroeste de Guatemala, para trabajar en el servicio doméstico en la capital, en una historia común de las mujeres rurales centroamericanas. «Llegué hasta cuarto de primaria», confesó a IPS.
La situación de miles de inmigrantes en Bahrein, hacinados en casas que las autoridades reconocen son inseguras, se agrava en medio de las protestas populares contra el régimen del rey Hamad bin Isa Al Khalifa.