José Marengo

La monotonía del monocultivo de soja domina el paisaje en muchas áreas de Mato Grosso y otros estados brasileños. La regularidad de las lluvias en el bioma del Cerrado (sabana brasileña) favorece ese cultivo al empezar las lluvias, en septiembre u octubre, y permite una segunda siembra, de maíz o algodón, antes del estiaje. Foto: Mario Osava / IPS

Brasil depende de lluvias que necesitan un sostén forestal

“La lluvia es fundamental, los riachuelos que tenemos no darían abasto para la irrigación, aunque fuesen el río Amazonas”, apuntaló Dirceu Dezem, sobre la profusión de agua exigida por los extensos cultivos en el centro-oeste de Brasil.

Brasil va en reversa

En los últimos cinco años, en plena crisis económica internacional, Brasil pasó a integrar el plantel de los grandes contaminadores mundiales, cuya fuente principal de gases de efecto invernadero es la quema de combustibles fósiles.