La Unión Europea (UE) pidió hoy en la Organización Mundial del Comercio (OMC) la formalización de consultas con Estados Unidos sobre la nueva legislación de este país contra Cuba, que en su opinión viola normas internacionales.
Además, la UE advirtió que podría actuar de la misma forma si Washington aprobara leyes similares para evitar tratos económicos de otros países con Libia e Irán.
Un portavoz de la Comisión Europea dijo que esta iniciativa de la UE es el primer paso de una acción diplomática que podría terminar en la formación de un grupo ad hoc de solución de controversias en la OMC, que tiene su sede en Ginebra.
"Al solicitar la realización de consultas dentro del marco jurídico de la OMC queremos realzar nuestras serias objeciones a la nueva ley de Estados Unidos", comentó un funcionario comercial de la UE.
"Se trata de una fuerte señal", añadió. "No podemos quedarnos de brazos cruzados observando los acontecimientos, mientras Estados Unidos toma medidas que afectan nuestros negocios con Cuba".
La acción europea se refiere a la llamada Ley de Solidaridad Democrática por la Libertad Cubana, que en opinión de la UE es una amenaza para futuras inversiones europeas en Cuba.
La ley habilita a los ciudadanos estadounidenses -incluyendo a los exiliados cubanos naturalizados- a demandar judicialmente a las empresas o personas extranjeras que compren, arrienden u obtengan cualquier beneficio de propiedades confiscadas por el gobierno de Cuba después que Fidel Castro llegó al poder en 1959.
Altos responsables políticos de la UE entienden que esa ley – inspirada por miembros anticastristas del Congreso de Estados Unidos- contiene elementos de "extraterritorialidad" que violan principios del Derecho Internacional y no son permitidos bajo las normas de la OMC en relación con la libertad de comercio.
Funcionarios de la Comisión dijeron estar preocupados porque en breve plazo podrían ser sancionadas en Estados Unidos nuevas leyes que perjudicarían a empresas europeas y de otras regiones por el hecho de mantener relaciones económicas con Irán y Libia.
Estados Unidos debió responder el mes pasado a las críticas que le fueron presentadas en la OMC. Los delegados de Washington argumentaron que la ley no contraviene las reglas de la OMC porque se apoya en las normas referidas a la seguridad nacional.
Por el contrario, los críticos de la iniciativa estadounidense afirmaron que Washington ha ido más allá de lo permitido por la cláusula de seguridad nacional de la OMC.
La UE, México y Canadá sostuvieron que al adoptar medidas de este tipo contra Cuba, Washington intenta influenciar de forma decisiva las políticas comerciales de otros países.
El representante de la UE en la OMC, Jean Pierre Leng, afirmó que resulta "particularmente inaceptable que un tercer país dirija nuestro comercio".
Los funcionarios canadienses, por su lado, dijeron no poder admitir que el Congreso de Estados Unidos "dicte a los canadienses con quién pueden hacer negocios o dónde pueden invertir".
México expresó que la ley estadounidense "viola flagrantemente las normas, principios y metas que orientan al comercio internacional". También Chile y Nicaragua figuran entre los países que se opusieron a Washington en esta cuestión.
La presión más fuerte contra la ley, dentro de la UE, provino del Parlamento Europeo, donde varios parlamentarios dijeron que Estados Unidos intenta reforzar un "embargo fallido" contra Cuba.
Los funcionarios de la Comisión explicaron que si las consultas transatlánticas condujeran a una salida amigable, no habría necesidad de convocar un grupo ad hoc de la OMC para arbitrar una solución a la disputa.
"Nuestra acción no significa que los procedimientos de solución de controversias de la OMC se pongan en funcionamiento de inmediato", aclaró un funcionario de la UE.
Por otra parte, el 7 de mayo llegará a Bruselas una delegación de alto nivel del gobierno cubano, para conversar sobre la posible negociación de un acuerdo de comercio y cooperación UE-Cuba, recientemente sugerido por la Comisión Europea.
El comisario europeo Manuel Marín estuvo en La Habana en febrero de este año para entrevistarse personalmente con el presidente Fidel Castro. Según asesores de Marín, el proyectado acuerdo incluye referencias a las reformas políticas que deberían acompañar a los cambios económicos en la isla.
"El objetivo de la UE es traer de nuevo a Cuba al seno de la comunidad internacional y normalizar las relaciones en aquella región", explicó un funcionario europeo.
No obstante, también admitió que las ideas europeas acerca del cambio político y económico en Cuba no cayeron demasiado bien en La Habana.
"No somos muy optimistas", confesó un diplomático europeo, quien agregó que a la presión europea por expandir la libertad de empresa y reformar el sistema judicial penal, La Habana opuso su decisión de preservar "la pureza de la revolución". (FIN/IPS/tra-en/si/fn/arl/ip-if/96)