/AMBIENTE/ LAOS: Banco Mundial duda sobre proyecto de gran represa

El Banco Mundial, quemado por el fuego de las protestas de ambientalistas ante varios proyectos hidroeléctricos en el mundo, estudia con cuidado la aprobación de 1.200 millones de dólares para una represa en el centro de Laos.

El proyecto en cuestión es la represa hidroeléctrica Nam Theun II, que según el gobierno de Laos podría sacar al país de la pobreza crónica.

"Si esto hubiera ocurrido 10 años atrás, el Banco Mundial habría participado sin dudar", afirmó Lisa Jordon, integrante de la organización no gubernamental con sede en Amsterdam Both Ends, supervisora de actividades de la institución internacional.

El gobierno, como parte del consorcio internacional Grupo de Desarrollo de Proyectos (PDG), prevé que la represa de 615 megavatios genere un ingreso anual, mediante ventas a Tailandia, de 200 millones de dólares, equivalentes a casi 75 por ciento de las exportaciones actuales de Laos.

Las autoridades, intergrante del consorcio de cinco empresas, esperan que el Banco Mundial entregue su préstamo para cubrir el 25 por ciento de Vientiane en el proyecto.

El otro 50 por ciento del capital inicial deberá ser recaudado por el PDG mediante préstamos de varios bancos internacionales, incluyendo Barclays, el Deutsche Bank y la French Société Générale. Pero los bancos han aclarado que su participación está condicionada a la aprobación del Banco Mundial.

Jordon cree que el cambio de punto de vista del Banco Mundial, inicialmente a favor del proyecto, es consecuencia de la publicidad negativa que logró con su participación en la represa de Narmada, en India, y Arun III, en Nepal.

Las consecuencias sociales y ambientales que podrían resultar de la construcción de esas dos represas suscitaron duras críticas a nivel local, nacional e internacional, y pusieron en tela de juicio las normas del Banco Mundial para proyectos como el de Nam Theun II.

La institución financiera internacional, bajo constante presión de ambientalistas, se retiró de ambos proyectos en los últimos tres años, primero de Narmada, en 1993, y el año pasado de Arun.

Representantes del Banco Mundial visitaron Vientiane en noviembre de 1995, y solicitaron que el gobierno realizara estudios adicionales sobre mitigación ambiental y de impactos sociales, así como análisis de "proyectos alternativos" y macroeconómicos.

Laos ya invirtió millones de dólares en estudios de impacto ambiental y social, y comenzó a talar los bosques en la meseta de Nakai para la zona de inundación de 268 kilómetros cuadrados para la represa. Vientiane también se prepara para reubicar 4.000 personas de comunidades étnicas de las áreas afectadas.

Los ambientalistas de Laos aguardan el impacto de los informes de evaluación antes de abrir juicio, pero sostienen que el número de desplazados superará las estimaciones del gobierno y señalan que la tala de bosques ya tuvo altos costos para el medio ambiente del país asiático.

El director de la International Rivers Network, Owen Lamars, dijo a la prensa tailandesa el mes pasado que la propuesta del proyecto de Nam Theun II asume que la represa operará con 80 por ciento de su eficacia, pero en general la eficiencia de los proyectos hidroeléctricos no supera 60 por ciento. (FIN/IPS/tra-en/an/cpg/lp/en-dv-if/96)

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