La presencia de inmigrantes del Tercer Mundo y de Europa Oriental en Italia estuvo ausente de las polémicas de la campaña para las elecciones parlamentarias de este domingo, como si las fuerzas en pugna hubieran preferido evitarlo.
Ninguno de los dos bloques, ni el de centroderecha (Polo de la Libertad) ni el de centroizquierda (Olivo), abordó el drama de la inmigración clandestina, que se repite a casi diario.
Una nave turca con a bordo 200 personas, probablemente de nacionalidad albanesa, encalló hoy a unas 200 metros de las costas de Puglia, en el sureste del país.
Los migrantes fueron puestos a salvo y después que se cumplan algunas formalidades, serán devueltos a su país, con lo cual se pondrá término al "sueño" de trabajar en Europa Occidental.
Un "sueño" bastante caro, ya que, como no pueden hacerlo de manera regular, entran, o tratan de hacerlo, clandestinamente, para lo cual pagan hasta mil dólares por la travesía, lo que para ellos suele ser una verdadera fortuna.
Muchos de estos migrantes,sobre todos albaneses, han muerto ahogados, tras lanzarse a la aventura en embarcaciones precarias, con las cuales creen poder atravesar las setenta millas que los separan de Italia.
El "número dos" del Olivo, Walter Veltroni, manifestó este jueves que quizás sea mejor que no haya sido un tema de campaña, porque la derecha habría acentuado la presión contra los inmigrantes.
Es un tema que se debe tratar de manera responsable, teniendo en cuenta que Italia se debe encaminar hacia una sociedad multirracial y multicultural, añadió.
Sin embargo, hay que reconocer la necesidad de establecer cupos de ingreso y llevar adelante una adecuada política de cooperación al desarrollo para que la gente no se vea obligada a emigrar.
Veltroni recordó, en conferencia de prensa, que Italia fue una tierra de emigración y que son millones los italianos que viven en América Latina y en otras partes del mundo.
En cambio, un representante del Polo, el ex democristiano Rocco Buttiglione, subrayó que "entre los muchos extracomunitarios (extranjeros de países no pertenecientes a la Unión Europea) que hay en Italia, lamentablemente hay miles de delincuentes".
Respecto de ellos, dijo, es necesario reforzar las medidas de expulsion: "puede parecer duro, pero es una condición que nos impone la Unión Europea (UE) y es lo que ocurre en todos los países desarrollados".
Alianza Nacional, heredera del neofascista Movimiento Social y miembro del Polo, es aún más dura y sostiene que la inmigración clandestina debe ser considerada un delito penal castigado con la cárcel.
Una posición igualmente drástica es la de la Liga Norte, movimiento federalista que se presenta como tercera fuerza en esta campaña, que también plantea la necesidad de endurecer las normas contra la inmigración.
Según cifras oficiales, los inmigrantes residentes legalmente en Italia son 922.706, el 1,6 por ciento de la población -mucho menos que en otros países europeos comparables, como Francia- de los cuales 141.577 son de la UE y 781.129 han llegado de fuera de la UE.
Los clandestinos bajaron de 500.000 a 200.000, porque el gobierno actual permitió la regularización de todos aquellos que tenían un trabajo legal. (FIN/IPS/jp/dm/pr-hd/96).