REFUGIADOS-FRANCIA: Un remedio peor que la enfermedad

El hallazgo en el norte de Francia de 36 kurdos iraquíes escondidos en una fábrica abandonada indica que el problema de los refugiados se multiplicará con el previsto cierre en 2003 de un campamento del norte del país.

Activistas por los derechos humanos sostienen que el cierre del campamento de Sangatte, cercano al puerto de Calais, sólo servirá para que los refugiados vivan dispersos y en condiciones miserables, como antes de que la Cruz Roja Francesa decidiera habilitar el lugar en 1999, para resolver ese problema.

Los 36 kurdos fueron descubiertos el 2 de este mes cerca del puerto de Cherburgo, unos 350 kilómetros al noroeste de París, y llevados a una prisión cercana a la capital.

Un tribunal ordenó el lunes liberar a esas personas, porque consideró incorrectas las acciones policiales realizadas contra ellas, y se ignora el paradero actual de los 36 kurdos.

Los refugiados mostraban claros síntomas de desnutrición tras pasar escondidos varias semanas, alimentándose con poco más que pan y agua contaminada, y sin condiciones básicas de higiene, señalaron activistas humanitarios.

”Todos estaban muy flacos y exhaustos. Después de su arresto les dimos ropas limpias, pero incluso las de menor talla les quedaban demasiado grandes”, señaló Chantal Winckler, de la organización Secours Populaire (Ayuda Popular).

Algunos de esos kurdos dijeron que habían abandonado Sangatte, diseñado para albergar a unas 1.500 personas, después de oír que se planeaba cerrarlo a comienzos del año próximo, y que no deseaban pedir asilo en Francia, sino trasladarse a Gran Bretaña.

”Estoy seguro de que me rechazarán si pido asilo en Francia, pero no quiero volver a Iraq, porque temo al régimen de (el presidente iraquí) Saddam Hussein”, dijo Ahmed, de 23 años, uno de los hallados en la fábrica.

Cherburgo es uno de las ciudades del norte de Francia desde las cuales se pueden realizar viajes directos a Gran Bretaña a través del Canal de la Mancha, en trasbordadores o por el Eurotúnel que une a ambos países.

Miles de refugiados afganos, angoleños y kurdos fueron a Sangatte, cercano a la entrada francesa al Eurotúnel, con la intención de ir luego a Gran Bretaña, atraídos por un idioma que conocen, comunidades de compatriotas en las cuales tienen parientes y una política de asilo relativamente más liberal,

El gobierno francés decidió el mes pasado cerrar ese campamento, bajo presión de Londres, que aceptó endurecer su política de asilo como contrapartida, con expulsión inmediata de los inmigrantes ilegales a sus países de origen. El acuerdo incluyó reforzar las medidas de seguridad en el Eurotúnel.

La persecución policial ”obliga a los refugiados a trasladarse de un sitio a otro de la región costera”, señaló el alcalde socialista de Cherburgo, Bernard Cazeneuve.

”No queremos que Cherburgo se transforme en un nuevo Sangatte”, añadió.

Las instalaciones portuarias de Cherburgo han sido dotadas de fuertes dispositivos de seguridad, que incluyen barreras metálicas y cerrojos con tecnología avanzada, para disuadir a los refugiados de intentar viajes ilegales a Gran Bretaña desde esa ciudad.

”El cierre de Sangatte sólo servirá para que proliferen sin control muchos otros campamentos menores”, afirmó el especialista Smain Laacher, autor de un detallado estudio sobre los refugiados en Sangatte.

”Los refugiados perseveran en la búsqueda de una vida mejor. El endurecimiento de las medidas policiales no los desanima. Cuando se les impide el acceso a un lugar, encuentran otros”, aseguró.

Funcionarios policiales del área de Sangatte y Cherburgo también piensan que el cierre del campamento no dará resultados positivos.

”Es probable que la clausura de Sangatte recree la dispersión de refugiados previa a la existencia de ese campamento”, opinó el secretario regional de la Unión Nacional de Oficiales de Policía, Christian Leroy.

”Ya conocemos las consecuencias de esa dispersión. Al principio, los políticos estarán felices, porque la dilución del problema lo hará invisible. Luego aumentará la sensación de inseguridad del conjunto de la población, que verá deambular a extranjeros en condiciones de vida deplorables”, pronosticó.

La creación de Sangatte, para evitar esos problemas en la región septentrional, fue ”un gran avance de la ayuda humanitaria a los refugiados”, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mp/pr/02

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