INDIA: Fuerte apoyo a candidatura del padre del programa nuclear

El amplio apoyo obtenido en India por la candidatura presidencial del musulmán Abdul Kalam tiene un gran valor simbólico en un país de mayoría hindú que desea preservar los ideales seculares de sus fundadores.

Pero Kalam es también el arquitecto del programa nuclear y misilístico nacional, y su candidatura para la votación del colegio electoral, el 15 de julio, se fortalece en momentos de tensión con el vecino Pakistán, el rival histórico de India, que también dispone de armas atómicas.

Los valores laicos de India están bajo asedio de grupos fundamentalistas hindúes y por Pakistán, que reclama para sí el estado indio de Cachemira con el argumento de que su población es de mayoría musulmana.

Kalam es candidato de la gobernante Alianza Nacional Democrática, encabezada por el hinduista Partido Bharatiya Janata (BJP), y tiene el apoyo del partido del Congreso, el principal de la oposición, y de importantes partidos regionales, como el Samajwadi (socialista), del estado occidental de Uttar Pradesh.

La elección del presidente se realiza de modo indirecto, mediante la votación de un colegio electoral integrado por el parlaento federal y las asamblea legislativas de los estados.

Kalam recibió también fuerte respaldo de Chandrababu Naidu, el primer ministro progresista del meridional estado de Andhra Pradesh, cuyo Partido Telugu Desam (TDP) controla un crucial cinco por ciento de los votos en el colegio electoral.

El único grupo político opuesto a la candidatura de Kalam es el Frente de Izquierda, que prefiere a otro postulante con experiencia política y rechaza el programa de nuclearización implementado por Kalam en su condición de asesor científico del primer ministro Atal Behari Vajpayee, del BJP.

El BJP desea ”continuar con su nacionalismo agresivo convirtiendo al padre del programa de misiles de India en el comandante supremo de las fuerzas armadas”, afirmó Sitaram Yechuri, miembro del politburó del Partido Comunista-Marxista de India (CPI-M).

El Frente de Izquierda decidió presentar de manera simbólica la candidatura de Lakshmi Sehgal, de 87 años, líder del Ejército Nacional Indio que luchó contra el régimen colonial de Gran Bretaña durante el movimiento por la independencia.

Pero Sehgal sólo fue elegida después de que la izquierda fracasara en sus intentos por presentar a destacados musulmanes como A.M. Ahmadi, ex presidente de la Corte Suprema, y P.M. Sayeed, vicepresidente de la cámara baja del parlamento, para una competencia pareja con Kalam.

Aunque la presidencia de India es más que nada ceremonial y sus poderes son comparables a los de un monarca constitucional, tiene gran autoridad moral y puede influir en la política, en especial cuando se hace necesario colocar una provincia díscola o en problemas bajo el gobierno federal directo.

Kalam, un científico autodidacta que en su juventud se ganaba la vida vendiendo diarios en una estación de trenes en su nativo estado de Tamil Nadu, no será el primer musulmán en ocupar el palacio presidencial de Rashtrapati Bhavan.

El palacio era la antigua sede de los vicerreyes británicos que gobernaron Asia meridional hasta la independencia y traumática partición del subcontinente según grupos religiosos, en 1947, que dio origen a Pakistán.

Los presidentes pertenecientes al partido del Congreso, que llevó a India a la independencia y la gobernó la mayor parte del tiempo transcurrido desde entonces, no pueden ser culpados por alejarse de los ideales seculares de líderes como Mahatma Gandhi y Jawharalal Nehru.

De 10 presidentes que el país ha tenido hasta ahora, dos fueron musulmanes: Zakir Hussein (elegido en 1967) y Fakhruddin Alí Ahmad (elegido en 1974).

Esta vez, sin embargo, la búsqueda de un candidato islámico adecuado adquirió especial importancia debido a las persecuciones y matanzas registradas en los últimos meses contra la comunidad musulmana en el occidental estado de Gujarat, gobernado por el BJP.

La violencia en Gujarat estalló el 27 de febrero, cuando una turba de musulmanes prendió fuego a un tren que transportaba a cientos de activistas hindúes cerca de la estación de Godhra, causando la muerte a 58 de ellos.

Los activistas promovían la construcción de un templo hindú en la ciudad de Ayodhya, en el sitio donde hace 10 años fundamentalistas hindúes demolieron una mezquita del siglo XVI.

Desde el atentado al tren, los ataques intercomunales dejaron más de 1.000 muertos según el gobierno, una cantidad que organizaciones no gubernamentales duplican. Así mismo, más de 100.000 personas, en su mayoría musulmanas, debieron establecerse en campamentos de refugiados.

La gravedad y persistencia de la carnicería causó preocupación en todo el mundo, en especial por los informes probados sobre el patrocinio directo de las represalias contra la comunidad islámica por el gobierno estadual.

Luego de los incidentes de Gujarat, el BJP se vio obligado a adoptar una postura pseudosecularista para apaciguar a las minorías.

Aunque Kalam no era la primera opción del BJP, el partido accedió rápidamente a los deseos de su mayor aliado, el TDP liderado por el ministro jefe de Andhra Pradesh, Naidu, quien había condenado abiertamente las persecuciones en Gujarat.

Los comicios presidenciales también tendrán como antecedente una peligrosa confrontación militar con Pakistán que llegó al borde de una guerra nuclear.

La escalada militar comenzó luego de un atentado terrorista contra el parlamento indio, el 13 de diciembre pasado, que dejó 14 muertos y Nueva Delhi atribuyó a extremistas islámicos respaldados por Pakistán, una acusación que Islamabad rechazó.

Ambos países ya libraron dos guerras abiertas en 1949 y 1965 y una no declarada en 1998 por Cachemira, el único estado indio de mayoría islámica, al igual que la población pakistaní.

La crisis se distendió la semana pasada gracias a la intervención de gobiernos extranjeros, principalmente Estados Unidos y Gran Bretaña.

La confrontación militar distrajo la atención de la imagen adversa que había adquirido el BJP por los incidentes de Gujarat.

Líderes izquierdistas contrarios a la designación de Kalam acusaron al BJP de intentar disimular lo ocurrido en Gujarat poniendo a un musulmán en la presidencia.

Por otra parte, la candidatura de Kalam cuenta con el fuerte respaldo del Partido Samajwadi, el grupo político más poderoso del norteño estado de Uttar Pradesh, cuyo ministro jefe, Mulayam Singh Yadav, es muy popular entre la comunidad musulmana estadual. (FIN/IPS/tra-en/rdr/ral/mlm/ip/02

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