La decisión de Perú de retirar a su embajador de Venezuela agravó la tensión creada en las relaciones bilaterales por el caso del ex jefe de inteligencia peruano Vladimiro Montesinos, cuya captura en Caracas es materia de una polémica en la que también interviene el FBI de Estados Unidos.
Perú anunció este viernes el retiro de su representante diplomático, un día después de que el gobierno venezolano llamara a consultas a su embajador en Lima. El primer ministro y canciller peruano Javier Pérez de Cuéllar declaró que su país fue atacado verbalmente.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró este mismo viernes de madrugada que está en marcha una estrategia internacional para acusar a su gobierno de proteger a Montesinos y difundir la idea de que se vio obligado a entregarlo por presiones de Perú y Estados Unidos. «Es una conspiración que busca derrocarme», dijo.
Pérez de Cuéllar replicó que su gobierno «no responderá a provocaciones». Montesinos fue detenido el último sábado en la capital venezolana y llegó custodiado el lunes a Perú para ser sometido a la justicia.
La reacción de Caracas se debió a declaraciones del ministro del Interior de Perú, Antonio Ketin Vidal, que destacó la cooperación entre su gobierno y Estados Unidos para detener a Montesinos e insinuó que la operación conjunta debió superar obstrucciones en Venezuela.
Héctor Pesquera, director de la oficina de Miami del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, desmintió al ministro del Interior de Venezuela, Luis Miquilena, quien había asegurado que esa agencia no tuvo ninguna intervención en la captura de Montesinos.
Al respecto, Pesquera aseguró que su agencia siguió en territorio estadounidense los movimientos de la cuenta bancaria de Montesinos y detuvo a un venezolano que les proporcionó información clave.
Montesinos, que había huido de Perú el 28 de octubre, tiene 49 causas judiciales abiertas en Perú. Entre 1990 y 2000, fue el hombre fuerte del régimen de Alberto Fujimori. Se le acusa de asesinato, narcotráfico, peculado, extorsión y corrupción, entre otros delitos.
El propio Chávez dio la noticia de la detención y el episodio opacó la última jornada de la cumbre de la Comunidad Andina de Naciones, celebrada el sábado y el domingo.
La deportación de Montesinos se registró después de casi siete meses de sospechas sobre su presencia en Venezuela, una posibilidad que el gobierno de Chávez había descartado en varias oportunidades.
Según esas versiones, Montesinos ingresó en Venezuela a principios de diciembre. De acuerdo con el Ministerio del Interior y Justicia, «siempre permaneció en Caracas». Al parecer, el prófugo usó documentación venezolana falsa.
Para el ex canciller venezolano Simón Alberto Consalvi, «no ha terminado toda la novela de Montesinos» en este país. «hora se presenta para el gobierno venezolano una oportunidad doblemente comprometedora: investigar a fondo e informar al país toda la verdad», dijo.
Teodoro Petkoff, director de la revista venezolana Tal Cual, se preguntó por qué Montesinos decidió permanecer en Caracas aunque sabía que se sospechaba de su presencia en esta capital y que los organismos de seguridad de tres países estaban tras su pista.
Esa no es la única pregunta aún sin respuesta. Montesinos fue enviado de inmediato a Perú y las dos personas que supuestamente estaban con él fueron dejadas en libertad porque «no se presume que hayan cometido algún delito», según la Fiscalía venezolana.
«No descartamos que gente de la policía haya participado en su protección en el seno del país», admitió el ministro del Interior y Justicia venezolano, Luis Miquilena.
«¿Puede imaginarse a un hombre sin duda inteligente y alerta, genio del mal, como era Vladimiro Montesinos, permaneciendo en un país donde todo el mundo sabía que estaba, de no haber estado seguro de que contaba con una protección suficientemente poderosa?», se preguntó Petkoff.
Las sospechas apuntan al ex director de la policía política venezolana, Eliécer Otayza, destituido sin muchas explicaciones el día 20 y a quien la periodista Patricia Poleo señaló, tras una extensa investigación, como encubridor de Montesinos.
Otayza había atribuido las acusaciones contra el gobierno de Chávez de proteger a Montesinos a la existencia de «muchísimo interés en meter a Venezuela y (a) su proceso revolucionario en todos los problemas internacionales con el objeto de desprestigiar el proceso político».
Chávez desarrolló esta versión. «Está en marcha un plan que trasciende las fronteras de Venezuela cuyo fin es derrocar a Hugo Chávez, y todo esto que ha pasado en estos días en relación con el sonado caso del señor Montesinos es sólo una parte de ese plan», aseveró.
El presidente venezolano llegó al poder en febrero de 1999 y desde entonces impulsa su «revolución social bolivariana» con grandes transformaciones políticas e institucionales.
Analistas coinciden en recordar la insistencia de Otayza en negar la presencia de Montesinos en Venezuela durante los últimos meses, y dudan que el ex jefe policial hubiera protegido al ex funcionario peruano sin el aval de Chávez.
Otra actuación que generó dudas fue la del diputado Pedro Carreño, del Movimiento V República (MVR), el partido de Chávez, quien el día 22 aseveró que Montesinos había sido asesinado en una base militar peruana. Carreño se considera una figura política cercana a Chávez.
El también diputado del MVR Tarek William Saab dijo a IPS que se quiere desviar la atención de los hechos realmente importantes, como la colaboración de Montesinos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Una de las vertientes que tomó fuerza este viernes es el lío diplomático entre Caracas y Lima.
Chávez intervino durante tres horas en cadena nacional de radio y televisión, hasta la madrugada de este viernes, para referirse al caso Montesinos.
El presidente anunció que llamaba a consultas, de forma inmediata, a su embajador en Perú, Gonzalo Gómez. El representante volverá a sus funciones una vez que asuma el poder el presidente electo Alejandro Toledo, el 28 de julio.
Por su parte, el canciller Dávila dijo que la embajada de Perú debía explicar por qué no informó a las autoridades venezolanas sobre el salvoconducto otorgado en diciembre a una ciudadana peruana que habría ingresado en Venezuela con Montesinos.
«Tendrán que explicar por qué la policía peruana hizo investigaciones y requisas en Caracas sin avisar a Venezuela», dijo Dávila, quien también ratificó que el ministro del Interior peruano intentó ingresar a este país de forma encubierta en abril.
«Si Perú sostiene que su policía y la de Estados Unidos participaron en la captura de Montesinos entonces eso implica que agentes extranjeros estaban actuando en nuestro país sin autorización nuestra», recalcó Dávila.
Pero Pesquera, del FBI, negó este jueves que agentes de ese cuerpo hubieran actuado en Venezuela. Lo hicieron sólo en Estados Unidos, donde detuvieron a un enviado de Montesinos, aseguró.
También genera dudas la entrega expedita de Montesinos a Perú, sin interrogatorio ni trámites judiciales.
La organización de derechos humanos Provea dijo a IPS que Montesinos, según las leyes venezolanas, debía ser deportado pero después de cumplirse «con una solicitud formal del gobierno peruano a través de la Cancillería venezolana y con una decisión del Tribunal Supremo de Justicia». (FIN/IPS/ac/mj/ip/01