El Grupo de Acción Financiera (GAFI) publicó hoy una lista de 19 países que no colaboraron con los esfuerzos por detener el lavado de dinero y advirtió a tres de ellos, Rusia, Filipinas y Naurú, que podrían ser sancionados.
El GAFI, principal organización mundial contra el lavado de dinero procedente del narcotráfico y de otras actividades ilícitas, reclamó a los tres países que «implementen medidas legales importantes para dar respuesta a los aspectos identificados con el lavado de dinero» antes del 30 de septiembre.
De lo contrario, se les podría aplicar «contramedidas» que no fueron especificadas. Se presume que las sanciones consideradas incluyen una mayor vigilancia de los bancos estadounidenses sobre las transacciones financieras internacionales de los tres países observados.
Rusia, Naurú y Filipinas integran una «lista negra» de 19 países y territorios, en la que también figuran Israel, Líbano, Egipto, las islas Marshall, Cook y Niue (océano Pacífico) y las islas caribeñas de San Cristóbal y Nevis, San Vicente y Granadinas, y Dominica, conocidos centros de bancos extraterritoriales.
El GAFI identificó especialmente a Egipto, Guatemala, Hungría, Indonesia, Birmania y Nigeria como países que muestran «serias deficiencias» en sus sistemas financieros y por tanto son propensos al lavado de dinero.
La lista fue publicada al finalizar el encuentro del grupo, realizado entre el miércoles y este viernes en la sede central de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París, durante el cual el GAFI presentó su 12 informe anual.
Panamá, Bahamas, islas Caimán y Liechtenstein, fueron eliminados de la lista anterior, porque «en los últimos meses mejoraron sus sistemas para controlar el movimiento de dinero», informó a IPS el presidente del GAFI, el español José María Roldán.
El GAFI fue creado en 1989 por el Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón.
Otros 22 países integran el GAFI, entre ellos Argentina, Australia, Brasil, China, Hong Kong, Luxemburgo, Nueva Zelanda, México, Suiza, y los 15 miembros de la Unión Europea.
El lavado de dinero «es el tratamiento del producto de actividades delictivas para disfrazar su origen ilegal», según la definición de la organización.
Las actividades ilegales incluyen el tráfico de drogas y de armas, el contrabando, las redes de prostitución, la malversación de fondos, el uso fraudulento de información confidencial en el comercio, el soborno y el fraude informático.
Entre 600.000 millones y 1,5 billones de dólares generados por el crimen organizado se lavan cada año en el mundo, según cálculos de instituciones financieras y expertos en economía.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que «el monto agregado del lavado de dinero internacional (procedente de actividades delicitivas) podría representar entre dos y cinco por ciento del producto interno bruto mundial».
«En una estimación realista consideraría que el lavado de dinero asciende a un billón de dólares procedentes solamente del tráfico de drogas», señaló a IPS François Chesnais, profesor de economía financiera de la Universidad de Villetaneuse.
El GAFI no confirmó esos cálculos. «No tenemos estimaciones confiables sobre la cantidad de dinero que se lava en todo el mundo», dijo Roldán.
La organización maneja 25 criterios desarrollados desde 1990 para calificar una jurisdicción territorial o nacional como «no cooperativa». Cuantos menos criterios cumpla un país o territorio, menos coopera en la lucha contra este delito, a juicio del GAFI.
El grupo reclama que los gobiernos confisquen las propiedades vinculadas al lavado de dinero y cumplan la Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, también conocida como Convención de Viena.
El GAFI exige igualmente que «las leyes de secreto bancario sean concebidas de modo que no inhiban la aplicación» de sus recomendaciones.
Por ejemplo, los bancos y otras instituciones financieras no deberían aceptar nombres ficticios para identificar cuentas bancarias anónimas.
Más aún, esas instituciones deberían asegurar la identificación adecuada de la fuente de todos los fondos que aceptan y, en caso de transferencias posteriores, el destinatario final de dichos fondos debe ser identificado.
La publicación francesa especializada Lettre de Blanchiment (Informe sobre Lavado) aseguró que el fondo financiero Clearstream, de Luxemburgo, está involucrado en el lavado de activos.
El boletín informó que un fiscal interrogó en ese país a más de 30 testigos, incluso a varios expertos en computación que trabajaron en esa empresa.
El presidente de Clearstream, André Lussi, y dos de sus colaboradores fueron suspendidos por el consejo administrativo de la firma, aseguró el boletín.
En el último año, instituciones financieras de Mónaco, Liechtenstein y Suiza también fueron vinculadas a operaciones de lavado de dinero relacionadas con escándalos de corrupción política en Francia y Alemania.
Interrogado por qué esas actividades no estaban registradas en el informe anual, el presidente del GAFI dijo que la organización no actúa por informes de prensa. «Simplemente no iniciamos investigaciones sobre asuntos financieros en curso», explicó Roldán.
El papel del GAFI es «diseñar recomendaciones políticas para que la circulación ilegal de dinero sea cada vez más difícil y costosa», dijo Roldán a IPS.
«Si los delincuentes saben que una plaza financiera está decidida a cumplir con nuestras recomendaciones, pensarán dos veces antes de colocar su dinero ilegal en ella», aseguró Roldán.
«Los delincuentes prefieren ir a países considerados renuentes a cooperar en la lucha contra el lavado», agregó.
Roldán se congratuló por la creación de una organización latinoamericana similar, el Grupo de Acción Financiera sobre el Lavado de Dinero para América del Sur (GAFISUD), cuya sede estará en Buenos Aires, capital de Argentina.
Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay son algunos de los países integrantes de este grupo. (FIN/IPS/tra-en/jg/cr/dc/if/01