La primera ley sobre planificación familiar y población de China, una de las más polémicas entre las que se han propuesto en la materia, está a punto de ser aprobada, luego de más de 40 proyectos y acalorados debates durante dos décadas.
El proyecto otorgará un nuevo sustento legal a la política en práctica desde 1980 que prohibe a las parejas tener más de un hijo, salvo excepciones expresamente identificadas.
«Actualmente están dadas las condiciones para introducir esta ley, dado que el público ha aceptado la idea de la planificación familiar y la importancia de la salud reproductiva», señaló Shi Chunjing, subdirector del Departamento de Regulación de la Comisión Estatal de Planificación Familiar.
Si el proyecto es aprobado por el Congreso Nacional del Pueblo (parlamento), otorgará una base jurídica al estricto control de la natalidad del gobierno comunista, criticado por grupos de derechos humanos por los abortos y esterilizaciones forzados.
Aunque en los últimos años las autoridades trataron de abordar la planificación familiar de manera más liberal y pusieron más énfasis en la anticoncepción, los funcionarios locales siguen sometidos a gran presión para mantener bajo el crecimiento de la población, y esto los lleva a adoptar medidas extremas.
Mientras el proyecto final pasaba la primera ronda de deliberaciones en el Congreso Nacional del Pueblo, trascendieron denuncias de abusos por parte de las autoridades de control de la natalidad a través de familiares de las víctimas y la prensa de Hong Kong.
Una mujer de la provincia suroriental de Fujian fue muerta a golpes a mediados de este mes por funcionarios que pretendían esterilizarla contra su voluntad, declararon sus parientes a la agencia de noticias France Press.
Sun Zhonghua, de 34 años, pertenecía a una familia de campesinos del condado de Xiapu y tenía dos hijos de 12 y 13 años.
El diario South China Morning Post, de Hong Kong, informó en abril que funcionarios de la ciudad de Zengcheng, provincia de Guangdong, habían encarcelado a familiares ancianos de trabajadores migrantes que no habían regresado para los controles de planificación familiar.
Residentes locales declararon que los parientes de los trabajadores ausentes fueron encerrados en grupos de cuatro en condiciones de hacinamiento y sin servicios sanitarios.
A aquellos inmigrantes que no tenían familiares para encarcelar como forma de presión se les demolieron sus casas, afirmó el periódico.
Estos casos confirman que, aunque la política de planificación familiar está por convertirse en ley, su aplicación sigue siendo difícil, en especial por la gran población rural de China.
Hace 20 años, China comenzó a aplicar una estricta política de control de la natalidad basada en la «Carta abierta» del Comité Central del Partido Comunista, la cual exhortaba a todos los miembros del partido y de la Liga de la Juventud a promover la política de «un hijo por pareja».
Esa política establece que cada pareja residente en una ciudad debe tener un único hijo, a menos que uno o ambos pertenezcan a una minoría étnica o sean ellos mismos hijos únicos, y en la mayoría de las áreas rurales, las parejas pueden tener un segundo hijo tras un lapso de varios años.
Hoy, China se enorgullece de haber reducido tres índices demográficos: natalidad, mortalidad y crecimiento.
China tiene 1.265 millones de habitantes según el censo realizado el año pasado, lo que representa un incremento de 132 millones u 11,6 por ciento respecto del anterior censo, hace 11 años. Sin embargo, la tasa de crecimiento se redujo notablemente en ese período.
En la década de 1990, la población creció a un ritmo anual de 1,07 por ciento, 0,4 puntos porcentuales por debajo del índice de los años 80.
El último censo reveló que el número medio de integrantes de una familia china cayó de 3,96 a 3,44.
El gobierno sostiene que su política de control de la natalidad evitó una explosión demográfica que hubiera puesto en peligro la seguridad alimentaria de este país, y que previno 250 millones de nacimientos en los últimos 20 años.
Los funcionarios de planificación familiar se defienden de las acusaciones de abusos arguyendo que China debe alimentar a 22 por ciento de la población del planeta con siete por ciento de la tierra cultivable.
Además, agregan, si los agricultores chinos no producen suficientes granos para acompasar el crecimiento demográfico, el aumento de las importaciones agrícolas podría hacer subir los precios y perjudicar así a otros países.
A pesar de la estricta política de control de la natalidad, los objetivos del gobierno distan mucho de alcanzarse en las regiones más pobres de China. En el campo, donde reside 80 por ciento de la población, es común ver familias con cinco, seis o más hijos.
La población migrante también frustra los esfuerzos de las autoridades. En los últimos años, millones de campesinos se trasladaron a centros urbanos en busca de empleo y escaparon al control de los funcionarios de planificación familiar.
Dos grandes desafíos que enfrentan los legisladores son el envejecimiento de la población y la desproporción entre hombres y mujeres, revelados en el censo del año pasado.
La población menor de 14 años representa 22,9 por ciento del total, una caída de 4,8 puntos porcentuales respecto del censo de 1990.
Como el país no dispone de un sistema universal de seguridad social, el sustento de los ancianos se ha convertido en un tema de creciente preocupación para el gobierno.
El censo de 2000 reveló también que nacen 117 varones cada 100 niñas, mientras en 1990 nacían 114 cada 100.
Aunque el aborto selectivo por sexo está prohibido, las normas de planificación familiar aumentan la presión para abortar fetos femeninos, señalaron demógrafos.
En una sociedad predominantemente rural como la china, los hijos varones son los continuadores del linaje y las hijas son discriminadas, antes y después de su nacimiento. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/pr-hd/01