SALUD-DESARROLLO: Sida amenaza cantidad y calidad de alimentos

La epidemia de sida puede abatir la cantidad y la calidad de los alimentos en los países pobres más afectados por ese mal, advirtió la La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La FAO dio a conocer en su informe «El impacto del VIH/sida en la seguridad alimentaria» un cálculo del efecto del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en la producción mundial de alimentos.

Siete millones de trabajadores agrícolas han muerto debido al sida desde 1985, y 16 millones podrían morir durante las dos próximas décadas en las 27 naciones africanas que sufren las peores consecuencias de la pandemia, indicó.

Es posible que la fuerza de trabajo rural haya disminuido 26 por ciento en 2020 a causa del sida en los países más afectados por ese mal, entre los cuales están Botswana, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe, advirió.

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, «causa en la actualidad un impacto negativo muy importante en la nutrición, la seguridad alimentaria, la producción agrícola y las sociedades rurales de muchos países», sostuvo.

«Todos los aspectos de la seguridad alimentaria, o sea disponibilidad, estabilidad, acceso y uso de los alimentos, son afectados cuando la proporción de infectados por el VIH es alta», explicó.

Muchas instituciones de apoyo al desarrollo rural y agrícola «ya no pueden alcanzar las metas establecidas en sus programas» a causa de la epidemia, subrayó.

El sombrío panorama descrito por la agencia se registró mientras muchos integrantes de la comunidad mundial de asistencia al desarrollo admiten que no se ha logrado alcanzar los objetivos previstos en el terreno de la alimentación de los hambrientos del mundo.

Durante la Cumbre Mundial de la Alimentación, realizada en 1996, gobiernos y agencias de desarrollo se comprometieron a lograr en 2015 la reducción a la mitad de los habitantes del planeta que sufrían hambre, de 824 a 412 millones.

En april, la FAO señaló que el número mundial de hambrientos se había reducido ocho millones anuales en los años anteriores, y que la meta fijada hace cinco años no se alcanzaría antes de 2030 si se mantenía esa tendencia.

La agencia destacó en su nuevo informe, divulgado la semana pasada, que el efecto devastador del sida en áreas rurales agrava la cuestión alimentaria.

«Pocas crisis han significado una amenaza a la salud humana y el progreso económico y social tan grave como la de la epidemia de VIH/sida», aseguró.

Un ejemplo claro es la situación de Zimbabwe, donde la producción agrícola comunal cayó a la mitad en cinco años debido al VIH/sida, y las cosechas de «maíz, algodón, girasol y maní han sido las más afectadas», explicó.

En Etiopía, los hogares con integrantes infectados por el VIH dedidcan entre 50 y 60 por ciento menos tiempo a tareas agrícolas que los que no incluyen a personas afectadas. En Tanzania, las mujeres cuyos maridos sufren esa infección redujeron 60 por ciento su tiempo de atención de las cosechas, informó.

«Antes de que una persona muera debido al sida, se pierden horas de trabajo equivalentes al esfuerzo de dos individuos durante un año, a causa del debilitamiento del enfermo y del tiempo que otras personas destinan a cuidarlo», calculó.

En algunos países, comunidades rurales afectadas por el sida han abandonado las tareas de agricultura intensiva que realizaban, para dedicarse a otras formas de cultivo de la tierra que exigen menos horas de trabajo, lo cual ha determinado pérdidas de variedad y de calidad nutritiva, apuntó.

La epidemia también tiene consecuencias negativas en actividades de almacenamiento y procesamiento de alimentos tras las cosechas, y eso «crea peligros para la seguridad alimentaria entre cosechas, incluyendo la disponibilidad de semillas», añadió.

El incremento de casos de sida en áreas rurales se debe a varias causas, que incluyen aumentos de los vínculos entre esas zonas y las ciudades, de las migraciones, del comercio y de los desplazamientos forzosos debidos a conflictos, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA).

El problema debe ser afrontado porque «la agricultura es el medio de subsistencia para 80 por ciento de los habitantes de muchos países», enfatizaron 30 especialistas en sida reunidos la semana pasada en Suiza con auspicio del ONUSIDA.

«En Africa subsahariana, donde la epidemia (de VIH/sida) ya ha tenido un efecto devastador, se revierten en la actualidad los resultados de décadas de desarrollo, y aún no ha llegado lo peor», sostuvieron.

Inversiones adecuadas en prevención y atención sanitaria pueden «prevenir decenas de millones de nuevas infecciones, y prolongar las vidas de millones de infectados» por el VIH, que ha causado la muerte de 21,8 millones de personas desde que fue identificado en los años 80.

La FAO pidió que esas inversiones sean destinadas en forma especial a las comunidades rurales de los países más afectados por el sida, y destacó que la epidemia «socava los capitales físico, humano y socail, tres de las principales bases del desarrollo». (FIN/IPS/tra-eng/mm/aa/mp/he/01

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