/Integración y Desarrollo/ COMERCIO-AMERICA: El ALCA requiere apoyo social para avanzar

La OEA y el BID recomendaron a empresarios americanos, reunidos en la capital argentina, dialogar con la sociedad civil para dar mayor sustento al proceso de creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

César Gaviria, secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos), y Enrique Iglesias, presidente del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), concidieron en el planteo al hablar en el VI Foro Empresarial de las Américas, que concluyó el viernes en Buenos Aires.

La conformación del ALCA fue una idea de los gobernantes del continente para «llevar mejoras a la sociedad», por lo cual no se debe «dejar que se vea sólo como un simple proceso comercial», dijo Gaviria.

Agregó que las tratativas para crear el ALCA transitan ahora por un proceso «más político que económico».

«Los procesos de integración tienen buena imagen en la sociedad, mientras que los de apertura comercial están desgastados, y la gente en América Latina los rechaza», advirtió.

La mayor adhesión de la población a los temas de integración es «un activo que tenemos», remarcó Gaviria el jueves ante un millar de empresarios de 34 países de América.

«Debemos mostrar el ALCA como mucho más que una zona de libre comercio, debemos demostrar de qué manera esta iniciativa permite conseguir el acceso a nuevos mercados», desafió.

A su turno, Iglesias también se refirió a la urgencia de dar una visión más política al proceso negociador.

«Se requiere de una legitimidad social a este proyecto, y eso reclama un mayor diálogo con la sociedad si es que queremos que esto avance», remarcó.

El presidente del BID añadió que los empresarios son actores principales del ALCA, pero también lo son los trabajadores.

No obstante esta aseveración y mientras Iglesias hablaba ante los empresarios, miles de personas manifestaban por las calles de Buenos Aires su rechazo al proyecto de integración hemisférico, convocados por la Confederación General del Trabajo, una de las tres centrales sindicales argentinas.

La protesta, primera de tres movilizaciones programadas, demostró el malestar de los trabajadores por la falta de participación en las discusiones de un proyecto que afectará la calidad del empleo y profundizará la hegemonía de Estados Unidos sobre la región, según sostienen sus líderes.

Los empresarios, como es habitual en el proceso de creación del ALCA, se reunieron previo a la cita de ministros responsables de comercio exterior, que comenzó el viernes y continúa este sábado también en Buenos Aires.

Los ministros tratarán de definir un documento que será considerado en la tercera cumbre continental, a realizarse entre el 20 y 22 de este mes en Québec, Canadá.

Los grupos de discusión empresarial son similares a los de la negociación oficial.

Se dividen en acceso a mercados, agricultura, inversiones, servicios, compras gubernamentales, subsidios y derechos antidumping (comercio desleal) y compensatorios, defensa de la competencia, solución de controversias, economías pequeñas y comercio electrónico.

La modalidad en este proceso es que, una vez discutidos los tópicos, los empresarios participan del primer plenario de ministros para hacer sus planteos. El sector empresarial es el único de la sociedad civil con intervención directa en las negociaciones oficiales.

«Los ministros se informan de los consensos logrados entre nosotros, para saber la manera de avanzar mejor en sus estrategias», explicó a IPS Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores de Argentina.

«En definitiva, somos nosotros quienes arriesgamos capital», precisó.

Mantilla reconoció la existencia de diferencias entre países y entre sectores de producción, así como sobre los temas que se negocian, pero destacó el esfuerzo que se hace para alcanzar acuerdos sin descuidar los intereses de cada nación.

Mientras, la Asociación Latinoamericana de Industriales también se pronunció a favor del ALCA «siempre y cuando se den los tiempos necesarios para una integración equilibrada y justa».

En ese sentido, el presidente de la Unión Industrial Argentina, Osvaldo Rial, comentó que se debe insistir en la eliminación de los subsidios agrícolas y de las barreras paraarancelarias que aplica Estados Unidos, afectando el libre comercio.

Rial advirtió que «estamos negociando con grandes economías protegidas que, si solo nos envían sus saldos de producción, pueden inundar por completo nuestros mercados, haciendo desaparecer la alicaída industria de muchos países que necesitan inversiones».

Numerosos países de los 34 que participan en las negociaciones del ALCA (sólo queda afuera Cuba) tienen economías pequeñas, cuyo producto interno bruto equivale a la facturación mensual de una empresa transacional estadounidense de nivel medio.

Muchas de esas naciones pequeñas son las abanderadas en la oposición a adelantar el fin de las negociaciones de creación del acuerdo del 2005 original a 2003, como impulsan por ejemplo Estados Unidos, Canadá y Chile.

Sin embargo, expertos advierten que aun con plazos más largos tampoco será posible equiparar las diferencias y evitar así un intercambio equitativo que, como remarcó el secretario de Comercio estadounidense Donald Evans, no divida al hemisferio entre «ganadores» y «perdedores».

El desafío está planteado. Los ministros deberán llegar al sábado con un documento de consenso acerca de las negociaciones en los 10 grupos de trabajo.

El borrador tiene casi mil páginas y numerosas diferencias aún por zanjar. Sólo cuando esa arquitectura para el ALCA esté lista se podrá dar el paso siguiente, que es la firma de los mandatarios en la cumbre de este mes en Québec. (FIN/IPS/mv/dm/if/01

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