Un seminario internacional de mujeres reprochó a la Conferencia de Desarme las oportunidades perdidas en los últimos años para cumplir con su objetivo de librar al mundo del armamentismo.
Profunda decepción y desaliento expresó una declaración del seminario leída este jueves ante la Conferencia de Desarme por el director general de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Vladimir Petrovsky, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
El mensaje de las mujeres reclama a la Conferencia de Desarme que se sobreponga de la parálisis que la domina hace por lo menos dos años y advierte en particular las consecuencias de la proliferación de armas pequeñas en todo el mundo.
El seminario, coordinado por la Liga Internacional de Mujeres para los Derechos y la Liberación de los Pueblos, sostiene que las mujeres resultan especialmente afectadas por la amplia disponibilidad de armas pequeñas, tanto en tiempos de paz como de guerra.
La declaración reconoce con tristeza la manera creciente en que las mujeres participan como combatientes en los conflictos armados. Sin embargo, las estadísticas demuestran que en esas circunstancias, resultan las víctimas principales.
Pero las experiencias de las mujeres en las guerras difieren de manera notable respecto de los hombres, sostiene el mensaje del seminario realizado la semana pasada en Ginebra.
Las mujeres son blanco estratégico, debido a su papel de reproductoras biológicas, culturales y sociales en sus comunidades, y son sometidas a la violencia de género que se ejerce con una pistola o un fusil.
Al mismo tiempo, los fabricantes de armas pequeñas apuntan cada vez más a las mujeres como compradoras y usuarias potenciales, explotando su necesidad de seguridad.
El seminario, que también fue coordinado por el Comité de Organizaciones no Gubernamentales sobre la Situación de la Mujer, observó que los conflictos vioolentos y las transferencias de armas han cambiado de manera significativa en los últimos años.
Un estudio de la ONU calculó que existen actualmente 300 fabricantes de armas pequeñas y armas livianas en 70 países.
Mientras una parte importante de esas armas terminan en manos de las fuerzas de seguridad de los estados, otra parte nada despreciable se encuentra en poder de grupos irregulares, de facciones comunitarias, de bandas delictivas, de narcotraficantes y de individuos.
Por otra parte, la mayoría abrumadora de los conflictos recientes se libran con armas pequeñas y armas livianas. De los 49 conflictos registrados desde 1990, ese tipo de armamento se empleó primordialmente en 46.
Cada año mueren entre 500.000 y 700.000 personas en el mundo por el uso de esas armas, lo que equivale a 1.700 por día o a un deceso cada minuto.
La declaración del seminario apremia a la Conferencia de Desarme para que encare las dificultades y las diferencias políticas en las negociaciones, en lugar de recurrir a los métodos destructivos de bloquear todo progreso.
La Conferencia alcanzó en el pasado éxitos notorios en el campo de la limitación de los armamentos, recordó.
La Convención sobre Armas Biológicas constituyó uno de esos logros, pero ahora se halla en una etapa crucial para la adopción de un mecanuismo de aplicación más efectivo, que depende de los países dominantes y de los intereses de la industria farmacéutica, se dijo en la declaración. (FIN/IPS/pc/ff/ip hd/01