El gobierno de Bahrein asesto un fuerte golpe al esfuerzo de Iran por estrechar relaciones con los ricos paises arabes del Golfo, al responsabilizar a Teheran de fomentar una larga serie de disturbios protagonizados por musulmanes chiitas.
Despues de enfrentar protestas antigubernamentales durante tres, fuentes oficiales de Bahrein acusaron el domingo a Iran y al partido islamico libanes Hezbollah de incitar y ayudar la movilizacion opositora.
Cerca de 45 por ciento de los 340.000 ciudadanos del estado isleno de Bahrein profesan la fe musulmana sunita, adoptada tambien oficialmente, mientras 55 por ciento son chiitas, la doctrina que predomina en Iran y es la razon de ser de Hezbollah. Tambien se cuentan 200.000 inmigrantes.
Los disturbios se prolongan desde diciembre de 1994, y el gobierno vacilo hasta el domingo entre caracterizarlos como incidentes aislados o condenarlos como una conspiracion desestabilizadora tramada por extranjeros no identificados.
Pero el domingo, el diario gubernamental Al Ayam aseguro que "los actos de sabotaje no pueden ser solamente obra de unos pocos elementos subversivos. Esos episodios estan organizados, incitados y dirigidos desde el exterior".
Los amotinados "reciben instrucciones desde Qom (la ciudad sagrada de los islamicos chiitas) en Iran", acuso el periodico.
"Los conspiradores admitieron ante un juez haber sido entrenados en el extranjero para desatar la violencia, e identificaron con claridad las ciudades en que reciben refugio, como Qom, donde aprendieron a sembrar la muerte entre sus hermanos", denuncio otro diario controlado por el gobierno, Akhbar Al-Khaleej.
Iran rechazo las acusaciones. El diario Noticias de Iran afirmo en un editorial que los problemas de Bahrein no guardan relacion con ningun otro pais.
Noticias de Iran califico de "ridicula" la denuncia de Bahrein, que solo buscaria "un chivo expiatorio al que responsabilizar de los males del pais".
La ultima ola de desordenes estallo el jueves en varias localidades chiitas y sus protagonistas incendiaron 38 edificios publicos y privados.
Los chiitas exigen libertad de expresion y la reapertura del parlamento, que fue disuelto por el gobierno en 1975.
Miembros del Consejo de Cooperacion del Golfo (CCG) comprometieron su apoyo a Bahrein, integrante de ese grupo, para sofocar los disturbios.
"La estabilidad y la seguridad de Bahrein son necesarias para que las mismas condiciones imperen en el area del CCG", destaco el diario Al Yom, de Arabia Saudita.
"La violencia fue promovida por organizaciones extremistas y terroristas con vinculos en el extranjero, y ese hecho resulta inadmisible", advirtio Al Yom.
Iran, que reconoce tener problemas con algunos miembros del CCG, como Arabia Saudita, Bahrein y Emiratos Arabes Unidos (EAU), intenta mejorar sus relaciones con ese grupo de paises para impedir el crecimiento de la influencia occidental en la region.
La tension prevalecio entre Teheran y el CCG durante la primera guerra del Golfo, librada por Iran e Iraq entre 1980 y 1988. Los miembros del CCG contribuyeron entonces con miles de millones de dolares al esfuerzo militar de Bagdad.
Las relaciones bilaterales mejoraron cuando Iran condeno la invasion iraqui de Kuwait, lanzada en agosto de 1990 y resolvio permanecer neutral ante la ofensiva encabezada por Estados Unidos para expulsar a los iraquies del territorio que ocupaban.
La campana de Teheran por el mejoramiento de sus lazos con los integrantes del CCG se enfrenta al recelo que provoca el radicalismo irani en esos seis paises de doctrina sunita.
Tambien esta obstaculizada por el contenciso que mantienen Iran y EAU por tres islas.
Los militares se declararon dispuestos en Bahrein a ponerse al frente de la represion. "El ejercito esta listo para tomar las medidas necesarias para acabar de una vez por todas con los actos que amenazan la seguridad del pais", comunico el Ministerio de Defensa.
El detonante de las protestas antigubernamentales fue la detencion en diciembre de 1994 del lider chiita jeque Ali Salman, que fue responsabilizado de la distribucion de panfletos en que se exigia la reapertura del parlamento.
Ali Salman fue finalmente deportado junto a otros tres clerigos chiitas acusados de incitar los motines. (FIN/IPS/tra- en/am/an/ff/mm ip/96).
