/REPETICION/BRASIL: La "danza de sillas" en el parlamento

La Guía Biográfica de los parlamentarios de Brasil ya está obsoleta a menos de un mes de haber salido de imprenta, ya que 52 diputados cambiaron de sigla partidaria desde que ocuparon sus curules, el 1 de este mes.

Este es el mayor cambio de tienda política en la historia de la Cámara de Diputados del parlamento brasileño. En 1995, año de las últimas elecciones legislativas nacionales, sólo siete nuevos diputados federales cambiaron de partido, inmediatamente después de asumir sus cargos.

La "danza de los diputados" alteró también la estructura de poder en la cámara baja. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que conquistó 20 nuevos diputados electos por otros partidos, pasó a ser la segunda fuerza en el parlamento.

Los principales perdedores fueron el derechista Partido Progresista Brasileño (PPB) y el oficialista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que perdieron 10 y siete diputados federales, respectivamente.

El conservador Partido del Frente Liberal ganó ocho nuevos miembros en la cámara baja y sigue como la mayor fuerza, com 110 diputados de un total de 550.

Lo novedoso en el nuevo revuelo parlamentario es que la migración de diputados afectó más a los grandes partidos que a los pequeños, al contrario de lo sucedido en años anteriores, dejando al desnudo la creciente debilidad de todas las fuerzas presentes en el Congreso.

La prensa brasileña y los expertos trataron la migración masiva de diputados con desprecio e ironía.

El sociólogo Bolívar Lamounier, del no gubernamental Instituto de Estudios Económicos, Sociales y Políticos de Sao Paulo, apuntó abiertamente a la corrupción y los intereses personales como causa común para la "danza de sillas" ocurrida en el parlamento brasileño.

El analista Sergio Costa Ramos comparó en el sureño Diario Catarinense la migración de diputados con la decisión de un jugador de fútbol de abandonar su equipo y sumarse al rival, inmediatamente después del comienzo el partido, sin consultar a sus superiores y sin dar explicaciones a los aficionados.

"Si esto llegara a suceder en un partido de fútbol, nadie se sorprendería si se produjera una rebelión", añadió.

La abrumadora mayoría de las justificaciones dadas por los diputados que cambiaron de fuerza nada tiene a ver con la ideología o proyectos sociales.

El diputado Geovan Freitas, elegido por el Partido Liberal del estado de Goiás, se fue al PMDB porque quería una oficina con baño privado en el edificio del parlamento y Pedro Canedo, del mismo estado, ingresó al PSDB, la sexta fuerza de su carrera política, porque buscaba empleo para miembros de su familia.

Dino Fernández, de Río de Janeiro, cambió de partido para obtener el derecho de construir una estación de autobuses en la ciudad donde obtuvo más votos.

Entre todos los que "volaron" hacia nuevos grupos políticos después de asegurar su curul ocupan un lugar especial los diputados vinculados a las iglesias evangélicas. Nada menos que nueve de los 18 diputados de la llamada "bancada evangelica" migraron por un públicamente asumido oportunismo político.

El diputado Paulo Velasco, miembro de la Iglesia Universal del Reino de Dios, declaró a la revista Veja que "la fildelidad partidista es como poner un cabestro al político, pues el partido pasa a ser el dueño del diputado, que se torna una mercancía".

El argumento deja al desnudo el estado de rebelión contra los partidos de una parte considerable de los diputados, lo que según el experto en cuestiones parlamentarias Marcondes Sampaio, del Instituto de Estudios Socio-Economicos de Brasilia, se constituye en un factor que complica futuras votaciones en el Congreso.

"La muy fragil fidelidad partidista obligará al gobierno a negociar voto a voto en las cuestiones clave, una vez que las decisiones de los grandes líderes no son seguidas por los demás miembros de sus partidos", afirmó Sampaio.

La virtual pérdida de control de los partidos sobre sus diputados explica que el parlamento brasileño haya archivado un proyecto de reforma política para prohibir la migración de representantes de una fuerza a otra e introducir el sistema de distrito electoral en las elecciones para diputadosl

La única fuerza que no perdió diputados es el Partido de los Trabajdores (PT), considerado el más ideologizado en el parlamento brasileño, que tiene al menos tres grandes corrientes internas pero actúa siempre unido en la votación de las principales cuestiones en la Cámara de Diputados.

Muchos expertos consideran que sólo la reforma política y la fidelidad partidista obligatoria pueden evitar la transformación del parlamento brasileño en un reducto de intereses individuales de dirigentes políticos con mandato legislativo.

Pero queda planteada la sugestiva pregunta del diputado José Genoino, del PT: "si nosotros conseguimos la fidelidad sin ley, ¿por qué los demás partidos no la logran?». (FIN/IPS/cc/ag/ip/99

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