El papa Juan Pablo II emitirá este mes desde México un mensaje de justicia y unidad a América, al tiempo que impulsará una "nueva evangelización" para el continente, coinciden diversas fuentes religiosas.
El nuncio apostólico en México, Justo Mullor, negó que la visita del pontífice a América entre los días 22 y 27 tenga carácter político. "Los viajes pontificios son pastorales y no políticos ni publicitarios. El Papa viene a encontrar gente, personas humanas y no sólo instituciones", enfatizó.
La cuarta estancia del Papa en México, donde viven 80 millones de católicos, tendrá un carácter cien por ciento pastoral y confirmará la fe cristiana de este país, aseguró el representante vaticano. El pontífice también visitará Estados Unidos, los días 26 y 27.
Mullor sostuvo que "el pueblo mexicano es uno de los pueblos más atrayentes del planeta, humana y religiosamente muy rico". "Juan Pablo II no traerá un mensaje para México y otro para Estados Unidos de América. Será el mismo mensaje de esperanza", expresó.
El Pontífice acudirá a México con un mensaje para toda América, a un continente al que considera fraterno y comprometido con el futuro, lo cual es propio de una hemisferio caracterizado como eminentemente crisitano, dijo Mullor.
Por su parte, el obispo mexicano Genaro Alamilla recordó que en México el Papa dará conocer los resultados del Sínodo de Obispos de América, celebrado en el Vaticano en noviembre y diciembre de 1997 y en el cual se plantearon los problemas más agudos del continente.
En el Sínodo, Juan Pablo II propuso promover una nueva evangelización en el continente como expresión de comunión episcopal e incrementar la solidaridad entre las diversas iglesias en los distintos campos de la acción pastoral.
En el cónclave de obispos se debatieron cuestiones como la justicia y las relaciones económicas internacionales entre las naciones de América.
"En este Sínodo se habló no sólo de un país, sino de un continente. Para anunciarlo se pudo haber elegido Estados Unidos, por ejemplo, y sin embargo se eligió a México", señaló Alamilla.
En Estados Unidos viven 61,5 millones de católicos, según las últimas estimaciones del Vaticano.
"Es lógico pensar que siendo la Virgen de Guadalupe la madre y patrona de América sea desde su santiauario donde se realice este acontecimiento tan importante", dijo.
El obispo mexicano reiteró que "el Papa no viene a una misión política ni económica, no trae soluciones de problemas de tipo temporal, pero sí trae los principios universales que rigen al hombre como son justicia, paz, amor, unión, concordia, perdón y reconciliación, y son válidos para cualquier nación", concluyó.
Sin embargo, el mensaje de Juan Pablo II a raíz del Sínodo hará referencia los grandes desafíos que enfrenta en América la Iglesia al cumplirse el segundo milenio de su creación.
Uno de los grandes desafíos será el de la evagelización. La Iglesia Católica quiere dar al mundo un "suplemento de alma", un mensaje de esperanza y eso es los que se llama la "nueva evagelización", expresó una fuente religiosa allegada a la visita del Papa a México.
Otro de los grandes desafíos es el clamor de los pobres, de los indígenas y de los negros, un clamor que sube hasta el corazón y los oídos de la Iglesia y que el Papa ha escuchado y trata de dar una respuesta, manifestó Cipriano Calderón, vicepresidente de de la Comisión Pontificia para Latinoamérica.
El tercer desafío que se destaca en el mensaje del Sínodo de Obispos que se dará conocer en México es el del crecimiento y expansión y agresividad de las sectas, que invaden a América de norte a sur y de sur a norte.
Juan Pablo II se referirá en su mensaje al desafío de la globalización y las formas y maneras en que la Iglesia Católica deberán enfrentarla.
El Pontífice señaló en numerosas oportunidades que la globalización económica mundial debe contemplar, en primer lugar, el bienestar de los seres humanos y no tener como base la explotación del hombre y la obtención de ganancias a cualquier costo.
Analistas religiosos consideran que Juan Pablo II reiterará su llamado a la comunidad mundial para que se condone la deuda externa de los países más pobres que, según él, es "impagable".
Se espera la presencia en México de unos 600 obispos de América, que acompañarán al Pontífice los cinco días de estancia en este país. (FIN/IPS/fv/mj/ip cr/98