DERECHOS HUMANOS: Diálogo de sordos entre gobiernos e indígenas

La táctica de los gobiernos de aplazamiento continuo volvió a prevalecer en las discusiones sobre el proyecto de declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los pueblos indígenas.

La falta de evolución caracterizó otra vez, como ocurre hace más de 10 años, las negociaciones concluidas este viernes del Grupo de Trabajo encargado de la redacción del documento.

La elaboración del texto quedó de nuevo pospuesta, supeditada a que la Comisión de Derechos Humanos, el máximo organismo de la ONU en la materia, decida en su sesión de marzo próximo convocar a otra reunión del Grupo de Trabajo.

El tema de la libre determinación, reivindicado por los pueblos índigenas y objetado parcialmente por algunos países, obstruyó de nuevo la adopción de un documento por consenso.

El artículo tercero del proyecto de declaración, que consagra la libre determinación, causa desasosiego en países como Estados Unidos y Brasil, temerosos de su incidencia en la integridad territorial.

El párrafo cuestionado dice: "Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural".

Las posiciones de los estados ante el artículo tercero varían desde el rechazo tajante de Brasil y Estados Unidos a la aprobación firme de un grupo de países entre los que se encuentran Bolivia, Pakistán, Suiza y Fidji.

Otros, como Dinamarca y Finlandia, apoyan el texto pero sugieren que la libre determinación de los pueblos indígenas debe reconcerse "siempre y cuando permanezcan dentro de la estructura de los estados en que viven".

En estrecha relación con la posición de esos dos países surge el concepto de libre determinación interna o externa.

"Si se incluye la libre determinación externa, los estados pueden temer legítimamente que se produzcan acciones secesionistas", alegó la representación de Finlandia.

Entre las delegaciones indígenas se observaron tambien diferencias en torno a la extensión del artículo tercero. Los pueblos originarios del territorio de Estados Unidos reclaman la adopción del texto en su sentido más lato.

En cambio, los pueblos indígenas de América del Sur y Central declaran que la libre determinación no debe amenazar la integridad territorial, explicó Juan León Alvarado, de la Coordinación de Organizaciones del Pueblo Maya de Guatemala.

Otro motivo de controversia durante las sesiones fue una propuesta de Francia para desechar la denominación de "pueblos indígenas" y adoptar la de "poblaciones indígenas".

En el mismo sentido, la delegación de Brasil pidió que en el texto en inglés se colocara entre paréntesis la letra "s" de "peoples" (indigenous peoples), como señal de cuestionamiento.

Las expresiones "peoples" como "pueblos indígenas" son reivindicadas por las comunidades nativas porque reconocen su calidad de nación.

En cambio, "people" (sin la "s") y "poblaciones indígenas" reducen el significado a meros grupos de personas sin reconocimiento a su caracter de comunidades nacionales.

Al cabo de dos semanas de deliberaciones, el Grupo de Trabajo logró consenso sobre el texto de dos artículos: sobre la igualdad para hombres y mujeres indígenas, y sobre el derecho a gozar de una nacionalidad.

León evaluó que el acuerdo sobre los dos artículos no representa un avance porque son puramente formales. En los artículos fundamentales, como el tercero, los gobierno retacean el consenso, dijo.

No se puede hablar de progresos -agregó- porque la reunión eludió el tratamiento definitivo de los temas fundamentales, como educación, cultura, religión, patrimonio cultural y propiedad intelectual.

En cambio, el presidente de las sesiones, José Urrutia, embajador de Perú, estimó que el período arrojó progresos porque se discutieron temas como cultura, religión y tradiciones, "sobre los que existe consenso en torno a los principios".

Urrutia justificó las dilaciones de gobiernos con el argumento de que "algunos estados tienen dificultades con los textos, pero simplemente porque piensan que no reflejan a cabalidad el principio que los nutre".

León aseguró que las representaciones indígenas perseverarán en la búsqueda de una declaración universal que consagre los derechos de sus pueblos.

Este debate puede continuar por lo menos hasta el 2004, cuando concluya el Decenio de los Pueblos Indígenas establecido por la ONU, vaticinó el representante guatemalteco. (FIN/IPS/pc/ag/hd- pr/97

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