JAMAICA: El largo camino de Manley del socialismo al liberalismo

El ex primer ministro de Jamaica Michael Manley, fallecido este jueves, cambió el atavío de selva que lució en los años 70 por un traje oscuro en febrero de 1989, cuando estrenó su adhesión por la economía de libre mercado.

Algunos vieron en esta metamorfosis del socialismo al liberalismo un signo de debilidad. Para otros, Manley demostraba así su capacidad para adaptarse a las circunstancias de un mundo cambiante.

Manley, quien perdió su larga batalla con el cáncer de próstata la noche de este jueves a los 72 años de edad, había renunciado por razones de salud a la jefatura del gobierno y la presidencia del Partido Nacional del Pueblo (PNP) cinco años antes, el 28 de marzo de 1992.

"Yo solía trabajar 16 horas diarias y siete días por semana como si no fuera nada… La voluntad sigue allí, sin que los años la hayan mellado, pero les digo con franqueza, amigos, que no puedo seguir dando esas 16 horas", dijo Manley entonces a través de la radio y la televisión de Jamaica.

Con su fallecimiento y el del presidente de Guyana Cheddi Jagan, apenas 24 horas antes, concluyó una era en la historia política del Caribe.

Manley estudió en la Escuela de Economía de Londres y comenzó su carrera profesional como periodista antes de involucrarse en el movimiento sindical, sobre el que escribió varios libros.

"Su preocupación por los trabajadores y el desarrollo del país fueron evidentes. Constantemente luchó por el fin de las rivalidades entre sindicalistas", dijo el veterano dirigente y analista político Trevor Munroe.

Manley lideró el gobernante PNP durante 23 años, puesto en el que sucedió a su padre, Norman Manley, en 1969. Integró el parlamento entre 1972 y 1983 y otra vez entre 1989 y 1992.

Su triunfo sobre el Partido Laborista (JLP) en 1972 fue una de sus horas más gloriosas. Para lograrlo, esgrimió la consigna "lo mejor debe llegar" y sedujo a un pueblo empobrecido que estaba entonces tan desilusionado como lo está ahora.

Durante los dos períodos consecutivos en los que condujo el gobierno, entre 1972 y 1980, su cercanía con el presidente de Cuba, Fidel Castro, lo puso en el centro de atención del mundo entero, así como las primeras y dolorosas experiencias de Jamaica con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este fue el período más polémico en la historia moderna del estado caribeño.

El colapso de la economía a fines de los años 70 y el temor de algunos a que el país pudiera convertirse al comunismo fueron decisivos en la derrota electoral de Manley en 1980.

Pero pocos recuerdan ahora la paranoia que imperó en aquella época. Políticos jamaiquinos y de toda la región le rinden homenaje tras el anuncio de su muerte.

"La partida de esta personalidad colosal enluta a todos los jamaiquinos, sin diferencias de color, clase o credo. Los pueblos del Caribe y el mundo lamentarán la pérdida de quien dejó una marca indeleble en la escena internacional", expresó el primer ministro de Jamaica, Percival Patterson.

"Sus logros sobresalientes como sindicalista, político, estadista internacional y escritor distinguido son parte del rico legado que hereda su tierra natal, la región del Caribe y el mundo", agregó el gobernante.

El primer ministro de Antigua, Lester Bird, manifestó que "con la muerte de Michael Manley se apaga una de las luces más brillantes del Caribe".

"Se le juzgará no sólo por su actuación en la región, sino por su influencia internacional, como la que tuvo en Sudáfrica. Fue el primer líder mundial que surgió del Caribe. Fue el primer líder del tercer mundo", dijo el primer ministro de Barbados, Owen Arthur.

Manley fue uno de los políticos del Caribe más comprometidos contra el "apartheid", sistema de segregación racial institucionalizada que imperó en Sudáfrica hasta 1994.

El fallecido líder emergió como vocero del tercer mundo, miembro importante del Movimiento de Países No Alineados y la Internacional Socialista e influyente partidario de un nuevo orden económico internacional.

Hasta sus detractores admiten que los turbulentos años 70 concluyeron en Jamaica con grandes conquistas en la salud pública, un mayor acceso de los pobres a la educación y mejoras de la situación de los niños.

Pero en los años 80, Manley se encontró en la intemperie política, primero como líder de una debilitada oposición parlamentaria, y después cuando el PNP se negó a participar en elecciones repentinas convocadas por el JLP.

Mientras tanto, el ambiente económico y político internacional se había vuelto más agresivo, y el Movimiento de Países No Alineados era una sombra de lo que había sido en la década del 70.

La revolución de Granada fue aplastada a sangre y fuego en 1983, Washington gastaba millones de dólares para financiar la lucha armada contra los sandinistas en Nicaragua y, en Guyana, el capitalismo estatal cedió radicalmente frente a políticas de libre mercado.

El Manley que retornó al poder el 29 de febrero de 1989 era otro hombre, con otro programa político que incluía la privatización de empresas estatales, la eliminación del control de precios y la liberación de las tasas de interés a medida que las fuerzas del mercado tomaban el poder.

Algunos de sus seguidores de los años 70 aún no logran digerir su política de liberalización económica, con la que tienen que enfrentarse diariamente.

"Siempre recordaremos a Michael Manley por su lucha apasionada a favor de la igualdad y la justicia social y su compromiso para elevar a los menos afortunados de la sociedad", dijo Patterson. (FIN/IPS/tra-en/cb/mj-aq/ip/97

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