(Artes y Espectáculos) INDIA: Desaparecen los rastros del pasado colonial

El rastro del pasado colonial se diluye en India al aproximarse el 50 aniversario de la independencia arrancada a Gran Bretaña, que se celebrará el 15 de agosto.

El Parque de la Coronación, de Nueva Delhi, desbordado por la historia y por el torrencial crecimiento de la población, no conserva señales de su esplendor de otros tiempos.

Cientos de reyes indios fueron reunidos allí en 1903 por por el virrey británico lord Curzon para celebrar la coronación de Eduardo VII como rey de Gran Bretaña y de India.

Así mismo, fue en ese parque que en 1911, el nuevo rey Jorge V anunció la decisión de trasladar la capital de India de Calcuta, en el este, a Nueva delhi, una nueva ciudad que se construiría junto a Delhi.

El único recuerdo material que resta hoy de ese pasado munificente es un obelisco de granito invadido de graffiti que se levanta en el sitio donde una vez estuvieron emplazados los tronos de los señores imperiales indios.

Cerca se encuentra el descuidado cementerio del Imperio Británico, cubierto de hierbas silvestres y suficientemente apartado como para ser utilizado como excusado público por numerosas personas.

Ese lugar presenta 23 grandes pedestales de piedra arenisca en variadas etapas de decadencia, que una vez soportaron las estatutas de antiguos reyes, reinas y virreyes.

Hace 30 años, un grupo de socialistas intentaron derribar la estatuta del rey Jorge V en la Puerta de India, un monumento a los caídos en la primera guerra mundial situado en el corazón de Nueva Delhi. El gobierno resolvió entonces trasladar al cementerio esa y otras etatuas de personalidades británicas.

Distribuidas en torno del monumento a Jorge V, el mejor preservado, pese a las huellas del ataque de los socialistas, presentan un avanzado deterioro las estatuas de mármol de los lores Irwin, Hardinge, Reading y Chelmsford, todos antiguos virreyes.

Otros dos bustos completan el augusto grupo escultórico, aunque pocos conocen su identidad, dado que los nombres fueron borrados.

Hasta mediados de los años 1970, el conjunto estuvo presidido por una escultura de la reina Victoria, que con el tiempo perdió el entrecejo y parte de una mano. Fue llevada en custodia al Departamento de Obras Públicas, antes de ser cedida al Colegio de Artes de Delhi.

El desinterés de India por sus antiguos gobernantes coloniales no se manifiesta sólo en el deslustre de las reliquias, sino también en el hecho de que ninguna dependencia oficial tiene un inventario de ellas. Pero las autoridades no permiten su salida del país.

En efecto, el gobierno respondió a mediados de los años 80 a Gran Bretaña y Australia, que le habían pedido esas estatuas abandonadas, que se trata de tesoros nacionales y parte de la herencia cultural del país.

El propósito de acabar con los rastros del pasado colonial se expresa también en el cambio de nombre de varias ciudades.

La sudoriental ciudad portuaria de Madrás ha pasado a llamarse Chennai, y la occidental Bombay es ahora Mumbai. El cambio de designación también responde a motivos religiosos y nacionalistas.

M. Karunanidhi, jefe del gobierno de Tamil Nadu, explicó que la sustitución del viejo nombre de Madrás, la capital de ese estado del sur, obedeció a la creciente demanda de apoyo oficial a la cultura y la lengua de la etnia tamil, presente en esa región.

El puerto de Madrás fue abierto en 1639 por la Compañía Británica de las Indias Orientales y recibió su nombre de Madraspatam, una pequeña aldea ubicada a pocas millas de distancia.

Madrás, la segunda de las grandes ciudades de India en cambiar de nombre, perdió también otras señales del pasado.

Según los historiadores, la impunidad con que la población dispone de signos y símbolos del pasado confirma que India "sólo tiene geografía, y no historia", como reza un refrán.

La coalición fundamentalista hindú que gobierna Maharashtra cambió por Mumbai el nombre de Bombay, la capital de ese estado del oeste. La nueva denominación rinde homenaje a la diosa Mumbai, cuyo templo se halla en esa ciudad.

También se anunció que será modificado el nombre de Aurangabad, una ciudad histórica situada 480 kilómetros al sur de Bombay y llamada así por Aurangzeb, el último de los Grandes Mogoles que gobernaron India en los siglos XVII y XVIII.

Aurangabad será llamada Sambhaji Nagar, por un jefe local hindú que se opuso al dominio mongol.

El gobierno federal, controlado entonces por el Partido del Congreso, dio nueva denominación a la Glorieta de Connaught y a la Plaza de Connaught, que conforman un área comercial en el corazón de Nueva Delhi y fueron construidas en la década de 1930 en memoria del duque de Connaught.

Los nuevos nombres son Anfiteatro de Indira y Plaza de Rajiv, por los ex primeros ministros Indira y Rajiv Gandhi.

El gobierno local de Delhi, conducido también por fundamentalistas hindúes, creó una Autoridad de Nomenclatura, para rebautizar calles y plazas en homenaje a personalidades hindúes relativamente desconocidas.

"El propósito consiste en que las próximas generaciones tomen ejemplo" de los personajes recordados, dijo un dirigente del Partido Bharatiya Janata (BJP), que gobierna Delhi.

Las autoridades de Delhi pretenden que esa ciudad histórica, vecina a Nueva Delhi, sea llamada Dilli, para desligarla del pasado colonial.

"Ya he empezado a usar el nombre Dilli en mi correspondencia oficial y pronto se anunciará formalmente el cambio de denominación", aseguró Sahib Singh Verma, jefe de gobierno de Delhi. Según dijo, el cambio devolverá a la ciudad su nombre original.

Los historiadores explican que "la vieja ciudad, cuyo origen se remonta al siglo primero, fue siempre conocida como Dilli, pero hacia el siglo XVII, los británicos cambiaron el nombre por Delhi, debido a un error de ortografía", observó Verma.

"Ese error histórico será ahora reparado", agregó. (FIN/IPS/tra-en/rb/an/ff/cr/97

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