A tres años de terminar el milenio y cuando gran parte del mundo se conecta ya por computadoras, en América Latina el analfabetismo es de 15 por ciento, la mayoría de las escuelas son ajenas a la informática, los maestros ganan menos de 100 dólares mensuales y la escolaridad media es de 45 por ciento.
Aunque en los últimos años se lograron avances importantes, el rezago educativo en la región aún es considerado grave.
Para enfrentarlo, desde este lunes y por cuatro días se reunen en México sindicatos de maestros de 24 países, diputados, autoridades y expertos en el tema.
Convocada por la Confederación de Educadores Americanos (CEA) y auspiciada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Cumbre Internacional de Educación busca definir un camino para que América Latina conquiste una educación democrática, moderna y competitiva.
"La educación tiene retos extraordinarios: encontrar la manera de combinar los adelantos científicos y tecnológicos y ofrecer a niños y jóvenes las condiciones para enfrentar con éxito las circunstancias inéditas de la globalización", señaló a IPS la mexicana Elba Esther Gordillo, líder de la CEA.
La agenda de la cita incluye "la responsabilidad para educar para un desarrollo sustentable y democrático", el uso de la informática, el papel de los sindicatos de maestros, el rol de los gobiernos y los efectos de las políticas privatizadoras.
Según datos de la Unesco, la tasa de analfabetismo promedio en América Latina y el Caribe es de cerca de 15 por ciento, muy superior a la de Estados Unidos y Canadá, donde se ubica en tres por ciento.
En la región, hay países con altas tasas de analfabetismo como Brasil, con más de 20 por ciento, y Haití con 69 por ciento.
La cobertura de la escolaridad media es de 45 por ciento, apenas la mitad de la que se logra en Estados Unidos y Canadá, mientras en el nivel superior no alcanza 20 por ciento.
El futuro de América Latina y el Caribe no es promisorio mientras persista el rezago educativo, advirtió la dirigenta de la CEA.
Con orígenes en el primer Congreso de Maestros de América realizado en 1928, la CEA, fundada formalmente en 1957, agrupa hoy a 3,5 millones de trabajadores de la educación, integrados en 31 organizaciones sindicales.
Gordillo indicó "que es la primera vez que la Unesco auspicia un debate en donde se pone en discusión la educación desde el punto de vista del trabajador y de las organizaciones sindicales".
Al declarar inaugurada la Cumbre Internacional de Educación, el presidente de México, Ernesto Zedillo, dijo que la educación es el "medio socialmente más justo y más poderoso y eficaz para combatir la ignorancia y la pobreza, la opresión y la violencia".
En forma paralela a la Cumbre, se realiza en México el Encuentro Educación y Compromiso Legislativo, que reúne a diputados de varios países, quienes analizan el marco jurídico de las políticas educativas.
Para María Ibarrola, directora de la fundación para la Cultura del Maestro Mexicano, la escasa escolaridad en América Latina se debe, entre otros motivos, a la pobreza de los salarios de los maestros y a su falta de preparación
Datos de la Unesco indican que en muchos de los países de la región el sueldo de un maestro de educación básica no llega a 100 dólares mensuales, e incluso, en algunos casos no supera los 50. La proporción de maestros no formada profesionalmente es de 21 por ciento.
La educación debe ser impulsada con decisión y más allá de los discursos, pues "es el principal factor para enfrentar los complejos problemas de la globalización de la economía y de la cultura provocada por el impresionante desarrollo tecnológico y las transformaciones productivas", sostiene Ibarrola.
Los impactos de las crisis económicas en la región y la adopción de los modelos impulsados por los acreedores y los organismos financieros internacionales hicieron que los gobiernos destinen mayores recursos a pagar deudas que a la educación, afirma la CEA.
En la región los gastos en educación representan alrededor de 4,5 por ciento del Producto Interno. La Unesco recomienda que sea de 6,5 por ciento como mínimo.
A principios de la década, indica la Unesco, países como Argentina y Paraguay destinaban menos de uno por ciento de su Producto Interno a la Educación, Venezuela y Honduras poco más de cuatro por ciento y Panamá 5,7 por ciento. (FIN/IPS/dc/dg/ed/97)